UN MES DE LA GRAN TORMENTA:
LA TARDE EN LA QUE ZARAGOZA ROZÓ LA TRAGEDIA

Treinta días después del aguacero torrencial que puso en jaque a la ciudad aún persisten restos de lodo en Parque Venecia y el Tercer Cinturón

La previsión meteorológica era adversa, pero nadie imaginaba que en media hora pudiera desatarse el caos en la ciudad. Una descarga torrencial de lluvia y granizo provocó la tarde del pasado 6 de julio cientos de daños en Zaragoza que, afortunada y milagrosamente, fueron tan solo materiales. Se vivieron escenas de auténtico terror, con vecinos encaramados a lo alto de sus coches a merced de la corriente, hasta el punto que el Ayuntamiento no dudó en solicitar la declaración de zona catastrófica o, lo que es lo mismo, “gravemente afectada por una emergencia de Protección Civil”.

Un mes después de los más de 54 litros por metro cuadrado que cayeron en tan solo una hora, los daños ‘particulares’ se han cuantificado en 150 millones de euros, a los que hay que sumar otros 2,5 en el impacto directo en los equipamientos municipales, bien sean calzadas, parques o la red de tuberías.
Pasadas cuatro semanas de la gran tormenta, aún es posible ver barro, piedras y arquetas levantadas en algunas de las zonas que resultaron anegadas: las zonas cercanas a la Z-30 por Parque Venecia se llevaron la peor parte, pero también en Las Delicias, Casablanca y otros barrios el aguacero hizo estragos.

Fue una semana en la que todos aprendimos qué es una supercélula y en las imágenes virales de coches flotando en las calles de Zaragoza aparecieron, incluso, en informativos de Australia. En la hora más crítica de aquella tarde se tuvieron que efectuar una docena de rescates de personas que se subieron a sus coches para evitar ser arrasadas por el agua e, incluso, se aferraron a los árboles para no ser tragadas por la corriente.
Es cierto que a los pocos días se recuperó la normalidad, y también se recuperó el debate sobre la conveniencia de construir junto a un tanque de tormentas o de implementar un plan de emergencias frente a las lluvias torrenciales. Los urbanistas advierten de que episodios como el del pasado 6 de julio pueden repetirse y afirman que es necesario "aprender del aviso" para "evitar en el futuro tragedias humanas". Nadie quiere imaginar qué hubiera podido pasar si el colegio María Zambrano hubiera estado abierto en el momento de la tormenta o si los ascensores de los centros comerciales que quedaron anegados de agua hubieran estado ocupados.

Según el expediente con el que el Ayuntamiento solicita la declaración de zona catastrófica, fue a partir de las 17.45 cuando "un frente de tormenta cruzó por la zona sur del casco urbano de oeste a este con precipitaciones muy elevadas". La primera y casi inocente llamada del servicio de Bomberos se recibió a las 17.25 por la caída de un árbol en la calle de Foratata (Casablanca), pero apenas diez minutos después se multiplicaban las peticiones de auxilio por acumulación de agua en garajes, el rebose de sumideros, sótanos inundados, etc. En Galán Bergua (Las Delicias) a las 18.20 ya se daba parte de que había personas atrapadas en el interior de sus coches y un cuarto de hora después empezaban a correr de móvil a móvil las imágenes de vehículos arrastrados por el agua en la avenida de la Policía Local de Parque Venecia. Los especialistas en rescate vertical se pusieron en alerta, el Barranco de la Muerte se había convertido en un gran río que arrastraba coches y mobiliario urbano. El inventario de afecciones por la fuerte y persistente tormenta se antoja infinito: entra agua al Hospital Clínico, un tren queda bloqueado en La Cartuja Baja, el camino de la Fuente de la Junquera se revienta y queda impracticable, cae el tendido eléctrico de la avenida de América, hay que evacuar a personal de varias industrias de Cuarte…Los efectivos de bomberos atendieron más de 400 incidencias consecuencia de unas lluvias torrenciales que se prolongaron mucho más tiempo del esperado en el sur de la ciudad. 
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en el barrio de Valdespartera cayeron -como se ha dicho- 54 litros por metro cuadrado en apenas una hora, pero analizando la frecuencia diezminutal (que casi permite ver los datos en tiempo real) hubo momentos en los que se generaron 117 milímetros/hora. Todo consecuencia de una supercélula (una tormenta que se mueve de forma rectilínea y a la vez va girando en torno a sí misma), que nada garantiza que no pueda volver a producirse y vuelva a toparse contra un urbanismo poco sostenible.

  • Los vecinos exigen que se limpien los aliviaderos del barranco de la Muerte para evitar un peligro mayor. Piden a las instituciones que trabajen coordinadas para proteger el barrio. 

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Afecciones tras la tormenta en Zaragoza

Fotos más impactantes de la gran tormenta de Zaragoza que provocó graves inundaciones

Una tromba de agua y piedra causó hace un mes el pánico y el caos en la capital aragonesa y sus alrededores. Sobre las 18.00, la intensa lluvia colapsó el barrio de Parque Venecia, donde el Tercer Cinturón se convirtió en un mar de agua que arrastró decenas de vehículos y obligó a los bomberos a rescatar a algunos de sus ocupantes encaramados al techo o a los árboles para evitar ser llevados por la corriente. También se vivieron momentos de tensión en Las Delicias, el entorno de Los Enlaces y del Centro Comercial Augusta, donde el agua embalsada obligó al desvío del tráfico y al rescate de algunos vehículos.

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