Cómo es el Barranco de la Muerte de Zaragoza que provocó las inundaciones y por qué se llama así

La tormenta que se desató el 6 de julio en la capital aragonesa y devolvió el agua a su cauce natural, un barranco que posee un nombre muy sangriento, pero que nada tiene que ver con estos fenómenos naturales.

Barranco de la Muerte en Zaragoza por el recorrido de la Z-30
Barranco de la Muerte en Zaragoza por el recorrido de la Z-30
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La fuerte tormenta que descargó en la capital de Aragón el jueves 6 de julio dejó registros de lluvia descomunales, más de 54 litros en menos de una hora, según la Aemet. Una verdadera 'supercélula' tormentosa con grandes precipitaciones de lluvia y granizo. Esta enorme fuerza de la naturaleza hizo que la gran cantidad de agua activara los barrancos y torrenteras de Zaragoza que desaguan hasta los ríos. En concreto, afectó al conocido como Barranco de la Muerte que atraviesa el sur de la capital hasta la confluencia con la Z-30. Desde Cuarte de Huerva, este gran accidente geológico se dirige prácticamente en línea recta hasta Puerto Venecia cruzando el Parque del Barranco hasta desembocar en la glorieta de la Policía Local. Según explicaron fuentes de Urbanismo, la ingente cantidad de agua que descargó en Zaragoza hizo que "no solo el Barranco de la Muerte, sino otros muchas torrenteras de la zona confluyeran en el mismo punto" y el agua buscó la salida por cono de deyección del Tercer Cinturón.

Recorrido del Barranco de la Muerte de Zaragoza

Este gran barranco natural ha sido modificado por el crecimiento de la ciudad de Zaragoza, aunque ha conservado su sangriento nombre que nada tiene que ver con las tormentas sino con las batallas de hace cientos de años. La Asociación de Vecinos de Torrero-La Paz buceó en los archivos de la ciudad y publicó un artículo en el que se resumía la historia de este Barranco de la Muerte que fue bautizado así tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador. El 22 de mayo de 1118 el ejército cristiano atrajo a las huestes taifales hacia el fondo del barranco en una emboscada de la que pocos soldados musulmanes salieron con vida. Desde entonces el lugar se conoce como el Barranco de la Muerte.

Pero esta no fue la única batalla decisiva librada en esta zona de la ciudad. Durante la Guerra de Sucesión, en 1710, se convirtió en el escenario del enfrentamiento entre las tropas españolas que apoyaban al Archiduque Carlos, compuestas por soldados de la antigua Corona de Aragón, contra el ejército francés que, apoyado por Castilla, aliado con los seguidores del Duque Felipe de Anjou. Desde los Montes de Torrero, los zaragozanos vieron como el barranco se llenaba de muertos y heridos. Los vencedores, partidarios de Carlos, acabaron con 5.000 enemigos e hirieron a más de 2.000 y el perdedor, el duque Felipe de Anjou, solo pudo escapar de la masacre disfrazado de soldado.

Batalla del Barranco de la Muerte de 1714
Batalla del Barranco de la Muerte de 1710
Archivo de la Diputación de Teruel/ Av. Torrero- la Paz

En 1784, pocas décadas después, Ramón Pignatelli consiguió que las aguas del Canal Imperial llegaran a Zaragoza y para ello tuvo que salvar la altura del barranco con un gran acueducto.

La 'Guía de Zaragoza para viajeros de 1860' explicaba, según la asociación de vecinos,  que el Barranco de la Muerte discurría: "Por la parte izquierda de los Montes de Torrero, y cerca de donde están situados los almacenes de pólvora, viene extendiendo este gran torrente o barranco”. Y durante muchos años se conservó este polvorín detrás de las tapias del Cementerio de Torrero. 

Las obras de construcción del Tercer Cinturón, Z-30, incluyeron un nuevo acueducto para cruzar el Canal en la zona por la que desagua el barranco. En 2002 se encauzó y se laminaron las torrenteras. Además se perforó el antiguo acueducto de Pignatelli para crear las calzadas y aceras de la Ronda Hispanidad.

Sin embargo, la fuerte tormenta que devastó Zaragoza a principios de julio volvió a poner en marcha el Barranco de la Muerte. El geólogo, Jesús Fernández, explicó a HERALDO que este barranco "da un susto cada x años, 20, 30 o 50 tenemos un susto. Es un fenómeno natural". La cuenca es muy abierta y amplia y el barranco suele estar seco. "Eso sí, cuando lleva agua, lleva mucha", por eso añadió que "sería necesaria una actuación para evitar que vuelva a suceder algo así".

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