Aliños sin aceite para sortear la inflación


Si bien es un elemento de las recetas españolas prácticamente indispensable, hay alternativas que lo omiten o lo reducen.

La lechuga y los vegetales verdes protagonizan muchas ensaladas
La lechuga y los vegetales verdes protagonizan muchas ensaladas
Adrian Scottow

Casi diez euros el litro de aceite de oliva. Tres más que antes del verano y no parece que esta escalada de precios vaya a terminar a corto plazo puesto que si bien son las causas coyunturales, derivadas, sobre todo, de la sequía, la solución no llegará de un día para otro.

Optar por otro tipo de aceites o de formas de cocinar que no lo hagan tan necesario parece la salida más factible a esta crisis. Asar o cocinar al vapor en lugar de freír, por ejemplo. 

Aunque las sustituciones parecen algo más complicadas cuando hablamos de un plato tan habitual estos meses de verano como es una ensalada o, directamente, cuando usamos el aceite en crudo. ¿Cómo sustituir el oro líquido en ese caso?

En este empeño, el yogur aparece como un aliado esencial. Hasta el punto de que puede servir no solo para aderezar, sino como plato refrescante en sí mismo. Es el caso del tzatziki, una ensalada de origen griego, pero que también se consume en países del entorno como Turquía, Albania o Bulgaria. 

La receta es bien sencilla y, como sucede con el guacamole o el hummus, hay muchas variantes. La básica incluye un yogur (mejor si es griego) el pepino bien troceado (se puede dejar la piel), hojas de menta picadas, un chorrito de limón y sal. La ventaja del tzatziki es que se puede tomar como primera plato, untando en pan (preferiblemente tortitas) o a cucharas; como salsa acompañante con pescados o carnes (ideal con ternasco) o directamente como aliño, por ejemplo con un tomate en rodajas o unas endivias.

Hay más aliños que incluyen el yogur como ingrediente principal. Uno original, perfecto para una ensalada verde, es el que lo mezcla con fresas. En una licuadora metemos un taza de fresas, media taza de yogur natural, un cuarto de taza de vinagre balsámico, cebolla morada picada (unas dos cucharadas), una cucharadita de ajo picado, sal y pimienta. Listo. Más sencillo aún: mezclar yogur, limón y eneldo.

Otro elemento básico a la hora de sustituir el aceite para añadir jugosidad a las ensaladas es la miel. Se puede combinar sin ir más lejos con el propio yogur y un toque de mostaza, otro elemento que da muchísimo juego en este sentido. Con la ayuda de un tarro para agitar podemos emulsionar mayonesa (puede ser light), mostaza amarilla, de Dijon, miel, lima y un toque de sal.

La mayonesa, por su untuosidad, también es un excelente sustituto del aceite (que forma parte de su composición). Por ejemplo, para hacer una salsa ranchera: tres cucharadas de mayonesa, otras tres de crema agria, tres más de leche (puede ser desnatada), una pizca de cebolla en polvo y otro de ajo también en polvo, salsa Perrins, eneldo deshidratado, sal y pimienta.

Muy útil puede resultar también el tahini, la pasta de sésamo con la que se hace el hummus. Con ayuda de jugo de limón y un poquito de ajo en polvo se puede lograr un interesante aliño. También se puede lograr mayor untuosidad añadiéndole miel y vinagre balsámico.

En esta misma línea, también pueden pueden dar mucho juego los aliños con crema de cacahuete, un sabor que nos trasladará al sudeste asiático.

Buceando más en la gastronomía oriental también se pueden encontrar alternativas para dar alegría a una ensalada. Por ejemplo, con una vinagreta a base de miso marrón, salsa de soja y vinagre de arroz que conviene rebajar en agua.

Por último, un truco sencillísimo: hacer ensaladas con algún tipo de conserva y aprovechar el aceite de la misma (sardinas, atún o, incluso, unos mejillones).

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