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El superalimento tropical que adelgaza y fortalece los músculos si lo introduces en tu dieta
Se trata de una fruta cuyo consumo está en auge en España y que, además de por su sabor dulce y jugoso, destaca por ser una gran fuente de nutrientes.
Los superalimentos no dejan de ganar popularidad en España por su capacidad de ofrecer múltiples beneficios para el organismo, entre ellos, el gran aporte de vitaminas y minerales. Eso sí, siempre se deben integrar en una dieta variada y equilibrada y en un estilo de vida que incluya ejercicio frecuente. De hecho, no sirve de nada ingerir solo estos productos esperando sus efectos milagrosos. Los que ayudan a adelgazar, como el repollo que también reduce el colesterol, son los más demandados. Esta es una de las principales características de una nueva fruta que se suma a esta lista de alimentos ricos en propiedades: el mangostán.
A esta fruta, originaria de Asia, también se conoce como mangostán, mangosto o mangostín, incluso se le asocian propiedades curativas. Pero las antioxidantes y regenerativas son las más populares. Así, puede que en Europa resulte un alimento desconocido, pero su buen sabor y todas las ventajas que le aporta al organismo son motivos más que suficientes para incluirlo en la dieta. Algo similar ocurre con las bayas de Açaí que, en este caso, provienen de Brasil. Su alto contenido nutricional las ha llevado a ser muy populares en España.
Por su parte, el mangostán, con su sabor dulce y su característica forma de algodón, también ofrece ventajas para el organismo que, incluso, permite retrasar el envejecimiento y fortalecer los músculos, aunque, a estas alturas de septiembre, sea el más buscado para ayudar a deshacernos de los kilos de más del verano.
Propiedades y beneficios del mangostán
Esta fruta, disponible durante todo el año, destaca en sus propiedades nutritivas por su gran contenido en agua, por lo que puede ser un aliado para mantener la hidratación durante todo el día, así como potenciar las ventajas que esto tiene para la piel y para los órganos. Por 100 gramos de producto, el mangostán tiene 63 calorías, 18 gramos de hidratos de carbono, 1,35 gramos de fibra, 48 de miligramos de potasio, 13,9 miligramos de magnesio y 7 miligramos de vitamina C.
Con estas características se puede determinar que esta fruta tiene buenas propiedades para el organismo. Para empezar, ayuda adelgazar por su bajo aporte calórico que, en parte, se debe al alto contenido en agua. También es una ayuda eficaz contra las enfermedades y, en el caso de quienes padezcan insuficiencia renal, el aporte de potasio que ofrece puede ser de gran ayuda, un activo que también ayuda al fortalecimiento muscular.
Si hablamos de degenerativas o cardiovasculares, el mangostán reduce su aparición al reforzar el sistema de defensas propio del cuerpo humano. También mejora afecciones como la anemia gracias a que tiene una gran capacidad para absorber el hierro de los alimentos. Por último, el efecto antioxidante del mangostán es otra de las propiedades más apreciadas para frenar el envejecimiento, puesto que ayuda a combatir los radicales libres.
¿Cómo se come el mangostán?
El mangostán es una de las frutas exóticas más apreciadas y cotizadas, tanto por su aspecto inaudito en Occidente como por el sabor de los gajos blancos que forman su corazón. Esta delicia dulce y melosa que procede de Asia y América es una fuente de nutrientes muy saludable que, además, puede incorporarse con facilidad a la dieta mediterránea. Sin embargo, para disfrutar de sus beneficios, primero hay que aprender a pelarla.
Perfecto para comer fresco y crudo, como otras tantas frutas, el mangostán hay que cortarlo por la piel a la mitad y quitarla como si se estuviese pelando un huevo duro. Así, en pocos pasos, se llegará a los gajos blancos que forman el centro, característicos por tener una textura gomosa y pegajosa al tacto, aunque en boca es muy jugoso,
Una vez pelado, se puede consumir directamente como postre, merienda o desayuno; aunque, esta fruta tropical también puede añadirse a otras recetas, como ensaladas, batidos o pasteles, a los que aportará un punto dulce sorprendente.
