Nuevo Acho Coffee: un eje cafetero entre Extremadura y Zaragoza

El pacense José Manuel Durán ha abierto una cafetería de especialidad en la zona de Heroísmo con guiños a su tierra natal.

Acho Coffe, una nueva cafetería en Zaragoza centrada en el café de especialidad.
Acho Coffe, una nueva cafetería en Zaragoza centrada en el café de especialidad.
Oliver Duch

Un impulso llevó a José Manuel Durán a Zaragoza desde su Badajoz natal. Un impulso con aroma de café que le tiene instalado en la ciudad desde hace tres años. Allí llegó atraído por la 'movida' que en los últimos tiempos se ha desplegado en la capital aragonesa en torno al café de especialidad, ese que apuesta por la trazabilidad, por el comercio justo y el producto de calidad. Y, sobre todo, por cambiar la cultura que rodea esta bebida, muy pervertida en general por falsos mitos y sabores alejados del original.

Durán, como la mayoría de los europeos del sur, dice haberse criado con el café torrefacto, "una historia sociocultural que nos ha acostumbrado a prácticamente un único sabor del café, el amargo". "Pero cuando probé el de especialidad -recuerda- me explotó la cabeza, hay tanta variedad organoléptica como con el vino o la cerveza". 

Formado en ese mundo y tras trabajar en ese sector en Sevilla, puso camino al norte, donde ha encontrado "una ciudad con la que he conectado, venía con una idea equivocada de Zaragoza, pensaba que era más castellana, pero es muy flamenca", dice el pacense.

La Magdalena y su entorno se convirtieron pronto en el ecosistema del joven, hasta el punto de haberlos elegido como sede de su primera experiencia en solitario: Acho Coffee. Acho es una popular expresión extremeña (compartida con Murcia) que equivale a nuestro 'co' o nuestro 'maño'.

Juan Manuel Durán, de Badajoz a Zaragoza con sus cafés de especialidad.
Juan Manuel Durán, de Badajoz a Zaragoza con sus cafés de especialidad.
Oliver Duch

En el local, situado en un coqueto chaflán donde confluyen la calle  de Heroísmo y el número 1 de Manuela Sancho, Durán ha establecido un eje cafetero como el de Colombia, pero en este caso entre Extremadura y Aragón. La cafetería, diseñada por el estudio zaragozano Pisa Moreno, destila aires extremeños tanto en su aspecto como en su oferta.

Quizá lo más singular sea una suerte de anfiteatro de obra, un graderío que aprovecha uno de los rincones de la estancia. Perfectos para la charla con una taza de buen café en la mano, son un guiño tanto a la ingente huella romana de Extremadura como a sus construcciones típicas, las casas cueva, con su gotelé. El color de las paredes, de un suave crema recrea los campos espigados y el de las mesas, la terracota de los tejados de las casas tradicionales.

En cuanto a lo que se puede tomar, tanto el tostadero, Pam Café, de Zaragoza, como la repostería dulce y salada, son producto local (de Felipe Serrano, el obrador del Burgo de Ebro). 

De la tierra de origen del dueño se puede probar la tostada Acho, con jamón y aceite traídos de allí. También vinos ecológicos de la Sierra de Gata, a partir de viñedos históricos. Y las infusiones y tés de la marca Floco, fabricadas a base de cosechas frescas, mezcladas por ellos mismos y con especialidades tan sugerentes como la llamada 'Jardines del Jerte'. 

Huelga decir que la carta de cafés es amplia y alcanza todas las elaboraciones, con especial atención al café filtrado. También se ofrecen sandwiches caseros, de hummus, rúcula y cebolla caramelizada o de pesto, cheddar, eddam y cebolla caramelizada, aunque los sabores irán variando.

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