Alternativas a las uvas para las campanadas en Aragón: mandarinas, Lacasitos e incluso torreznos

Existen muchas formas de disfrutar de las 12 campanadas que pondrán fin al 2023.

Lacasitos, uvas, gominolas y torreznos: propuestas para tomar en las campanadas
Lacasitos, uvas, gominolas y torreznos: propuestas para tomar en las campanadas
H. A.

Las tradiciones para despedir el año son muy variadas. En España y Aragón, la costumbre de comer doce uvas acompañando a las campanadas de medianoche es omnipresente. Con el paso del tiempo, los hábitos han cambiado, y mucho, y entre las alternativas elegidas por los aragoneses a las uvas las hay de lo más variadas. Desde gajos de mandarina,  trozos de melón o piña, hasta cacahuetes, Lacasitos, conguitos e incluso torreznos.

A pesar del peso de la tradición, que invita a despedirlo con los típicos 12 granos, incluso la forma de tomarlos ha cambiado. Así lo cuenta Merche Comín, de la frutería Rock & Fruits ubicada en Parque Venecia de Zaragoza, que en sus siete años de experiencia ha vivido el cambio en primera persona. "Lo que se prioriza hoy en día es la comodidad. Que estén contadas, limpias y sin pepitas, y listas para recoger ese mismo día", destaca la zaragozana, quien reconoce que en las dos últimas semanas, como suele ser habitual, el precio de este producto se ha encarecido.

"Cada vez sube un poco antes porque la gente se adelantaen la compra: desde hace dos semanas el precio del kilo ha subido más de un euro", recalca. En su tienda, la uva blanca sin pepita está a 6.50 el kilo, mientras que la moscatel -la normal- supera los 3 euros. "También se demanda un tamaño específico, cómodo para comer", afirma.

El peso de la superstición sigue primando al resto de modas como demuestra el hecho de que la gente siga llevando "un par de racimos de más por si fallan las cuentas", añade. Además, desde hace tres años prepara sus propios saquitos y brochetas de Nochevieja, y no solo de uva: "Tenemos de fresas, de piña y de melón, que son cada vez más demandados porque la gente opta por fruta en general como opciones más saludables para despedir el año". El precio de cada paquete ronda los dos euros.

Cristina Gil,de El Rincón de la calle Sobrarbe en el Arrabal
Cristina Gil,de El Rincón de la calle Sobrarbe en el Arrabal
C. I.

Sin embargo, desde hace años hay un producto ‘made in Aragón’ que causa furor en los hogares -no solo aragoneses- para despedirse del año: los Lacasitos. De hecho, desde la Lacasa aseguran que durante la época de Navidad "multiplican por cinco" sus ventas. Así lo confirma Francisco Rodríguez, director de Márketing y Comunicación de la empresa. "Sobre todo desde hace cinco años, que es cuando se empezó a poner más de moda y ya no solo entre los más pequeños", afirma.

Desde la tienda de El Rincón de la calle Sobrarbe, en el Arrabal, Cristina Gil vive el incremento de venta de Lacasitos para despedir el año en primera persona. "O bien porque no gusta la fruta, o porque la gente tiene miedo de atragantarse. Es lo que más se vende desde hoy hasta el mismo día 31 con total diferencia", asegura. "Algunas para los nietos, y otra clienta me contaba que su nuera era alérgica a la uva", relata la dependienta que lleva casi dos décadas vendiendo dulces. También, aunque son muchos menos, hay quienes se llevan una bolsita con 12 gominolas creadas por la casa Fini que se llaman ‘Uvas de la suerte’ y que saben a melón y fresa.

La turolense María López., vecina de Calanda de 37 años, lleva más de 15 años decantándose por la opción dulce: "De adolescente me resultaba complicado acabar las 12 campanadas con las uvas, entonces cambié a los Lacasitos y ya se ha quedado como tradición", explica. También otra zaragozana, Andrea Millán, que hace más de dos décadas que no toma uvas. "Las sustituyo por chocolate, cacahuetes o uvas pasas. El motivo es que no soy capaz de masticar una uva por segundo, por el tipo de piel que tiene y no consigo comer más de cinco", explica.

Otro caso es el de la zaragozana Bárbara Aznar, quien a sus 38 años lleva desde los seis sin comer uvas por Nochevieja. "Tomo Lacasitos desde que mi mejor amiga del colegio me dijo que lo hacía así, y me sumé. Las uvas nunca me gustaron", admite.  

Aarón Villamañán, vecino de Fuentes de Ebro, apuesta por las olivas
Aarón Villamañán, vecino de Fuentes de Ebro, apuesta por las olivas
C. I.

Doce campanadas, 12 mini torreznos

También el joven Aarón Villamañán, de 11 años y vecino de Fuentes de Ebro, comenzó a disfrutar de esta tradición cambiando las uvas por, en este caso, 12 olivas. "Empezó con Lacasitos, pero le resultaba más sencillo esto y lo dejamos", admite su madre, María José Payá. "Al final. lo que importa es que pueda disfrutarlo como toda la familia", concluye.

Pero para original la opción de Etna N. Romero y su pareja, que hace siete Nocheviejas decidieron dar el salto a los mini torreznos, eso sí, por accidente. "Era el mismo día 31, y al ponernos a preparar todo para la cena nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidado de comprar la uva", relata esta aragonesa con raíces sorianas. Fueron estas, precisamente, las que les salvaron la noche.

"Mi padre cada año nos regala panceta de Soria, y al ver que no teníamos nada más, le dije a Dani ¿Y si probamos?", rememora. La opción fue tan divertida, que no dudaron en incluirla entre sus tradiciones. "La verdad es que ningún año nos da tiempo a comernos los 12 trozos por pequeños que sean los cortes, pero nos reímos un rato, y es una buena forma de entrar al nuevo año", concluye. 

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