Moda, precio y tendencias para acercarse a las doce uvas de la suerte

El formato de esfera de reloj, sin pepitas, se consolida en la hostelería, y las bolsitas en escenarios masivos como la plaza del Pilar.

. NOVELDA (ALICANTE), 27/12/2023.- Varias operarias trabajan durante la selección de uva con DOP Vinalopó en un almacén de Novelda que se comerá principalmente en las campanadas de fin de año cuando los productores de uva de mesa embolsada del Vinalopó (Alicante) han tenido este año una cosecha inferior a la de 2022, entre un 10 % y un 25 %, según la variedad y la zona, aunque crece la demanda de este producto para Nochevieja. EFE/Morell
Varias operarias trabajan durante la selección de uva con DOP Vinalopó en un almacén de Novelda que se comerá principalmente en las campanadas de fin de año cuando los productores de uva de mesa embolsada del Vinalopó (Alicante) han tenido este año una cosecha inferior a la de 2022, entre un 10 % y un 25 %, según la variedad y la zona, aunque crece la demanda de este producto para Nochevieja.  
MORELL/Efe

Alrededor de las doce campanadas y del consumo de las doce uvas -la tradición más extendida en España para despedir el año y recibir al nuevo con los mejores deseos- se ha evolucionado bastante desde que a principios del siglo XX se popularizó entre las familias más aristocráticas.

Luego llegó su consumo masivo entre el resto de la población que se debió, según uno de los relatos más conocidos, al excedente de una cosecha. Desde la madrileña Puerta del Sol la experiencia se extendió como una mancha de aceite a las principales plazas de otras ciudades españolas. En Zaragoza, por ejemplo, durante muchos años se comieron bajo el carrillón de la Diputación en la plaza de España y junto al reloj del edificio de Correos. Hoy en día, estos escenarios han sido sustituidos por la plaza del Pilar, donde se citan miles de personas.

Uvas y envases en formato reloj  de Frutas Mené
Uvas y envases en formato reloj de Frutas Mené
Heraldo.es

También se ha producido una evolución en las uvas que se consumen. Hasta hace poco, la variedad aledo de la denominación de origen Vinalopó (Alicante) era la mayoritaria, casi única. Es la de vendimia más tardía, la última que llega al mercado. Su fruto tiene el grano pequeño y se conserva bastante bien en cámaras hasta el momento del consumo masivo el 31 de diciembre.

En cualquier caso, tal y como reconoce Javier Mené, de Frutas Mené, uno de los distribuidores más importantes de Zaragoza, “la tendencia es a un consumo cada vez mayor de variedades foráneas, sobre todo la thompson, que no tiene pepitas, algo que la gente agradece para no atragantarse y que la degustación sea más cómoda”. Otra uva de fuera, la red globe, es vistosa, pero de momento no está consiguiendo mucha cuota de mercado.

Uvas de la suerte servidas en copa
Uvas de la suerte servidas en copa
H. A.

Donde la uva thompson está triunfando es en las cenas de Nochevieja que se celebran en restaurantes y hoteles. Javier calcula que “más del 70% son de esta variedad; es más cara pero los hosteleros prefieren que los clientes vivan un momento tan especial sin la incomodidad de las pepitas”.

En general, hablando de precios, los consumidores más madrugadores ya habrán notado que este año el precio de las uvas de Nochevieja ha subido notablemente. “La cosecha ha sido menor de lo que se esperaba -prosigue-, así que inevitablemente van a ser más caras”. Ahora mismo, su precio oscila entre cuatro y cinco euros el kilo, pero a medida que se acerque el 31 de diciembre “la tendencia será a subir un poco más”.

En cuanto a los formatos hosteleros, se consolida el protagonismo de la esfera de reloj de plástico que en su interior, en cada hora del día, acoge una uva sin pepitas. Sin duda alguna, es la opción que más se va a ver en las cenas de grandes complejos como Aura, El Cachirulo o Sella.

El siguiente formato en popularidad es la bolsita, presente no solo en muchos restaurantes, sino también en escenarios tan masivos como la plaza del Pilar, donde el Ayuntamiento de Zaragoza se encarga de su reparto a todas las personas que acuden a esta cita.

De momento, no tienen mucho protagonismo las copas de cava de plástico con las doce uvas en su interior, “pero todo se andará; igual el año que viene es lo que se pone más de moda”, asegura Javier Mené. Y los que ya no marcan tendencia son los pequeños botes con uvas peladas en su interior. “Tuvieron su momento, pero ahora apenas se ven”.

En uno u otro formato, concluye este distribuidor, “lo verdaderamente importante es que sirvan para hacer realidad los buenos deseos con los que todos empezamos el año nuevo”. Que así sea.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión