Esta semilla regula el azúcar en sangre, ayuda a rejuvenecer la piel y gusta mucho en España
Este alimento es una fuente de omega-6 y se toma como tentempié en muchas reuniones sociales en España. Contiene potasio, magnesio y un alto poder antiinflamatorio.
El mundo de las semillas no es nada nuevo en cuanto a complemento de la dieta o aporte vitamínico y energético, pero en los últimos años resulta innegable que se ha convertido en una moda para quienes cuidan de manera especial su alimentación. Como pasa con las frutas e infusiones, el saber popular que se basa en los refranes y dichos de nuestros mayores se ha ido reforzando con el conocimiento profundo en España de las virtudes nutricionales de las semillas, además de la influencia de las culturas orientales, árabes e indias americanas en las nuevas rutinas occidentales.
Las semillas de chía están en lo más alto de la popularidad, junto a las de lino, calabaza o quinoa. Son parte de los nuevos recetarios y cada vez hay más aficionados a incluirlas en el día a día como complementos y, por qué no, engaños al hambre entre horas, que lleva a picotear desordenadamente arruinando cualquier esfuerzo de ser algo más sanos en cuanto a la alimentación.
Beneficios de las semillas de girasol: una fuente de Omega-6
Como ocurre con casi todo lo bueno, un abuso puede convertirlo en algo malo. Así pasa con los ácidos grasos omega-6: están en todo el cuerpo y ayudan con la función celular; aportes medidos de este elemento refuerzan la tarea, pero un exceso podría alterar la reacción de las células, especialmente en el aparato circulatorio y el corazón. Lo que sí está probado es que ayuda con el bajo desarrollo infantil, el colesterol alto y la regulación de azúcar en sangre. Por otra parte, su contenido en selenio apoya la función tiroidea.
Las semillas de girasol son ricas en omega-6. Tienen además potasio y magnesio y poder antiinflamatorio, por lo que los deportistas las emplean para colaborar en la prevención y tratamiento de lesiones. También contienen fósforo, un apoyo para la agilidad mental, y vitamina E para proteger la piel del envejecimiento prematuro. No hay que desdeñar sus beneficios cosméticos. En forma de aceite son perfectas para atacar las sequedades en la piel.
Las pipas, un complemento de recetas
Las populares pipas (sin tostar ni salar, en este caso, no como las industriales) son ricas en zinc, niacina, hierro y ácidos grasos. Su ingesta ayuda a una mejor hidratación de piel y cabello. Igualmente, su aporte de fibra es notable, y su textura agradable la convierten en un remate idóneo para platos de invierno, como las cremas: le quedan especialmente bien a las de acelgas y zanahoria, o apetitivos fríos como el hummus de lenteja o garbanzo con pimentón.
Las pipas también pueden suplir de manera saludable al pan rallado en los rebozados, especialmente con freidoras de aire. Las croquetas, calamares a la romana o bolitas de queso quedan geniales con pipas machacadas.
