Nutella, tequila, pistacho, tarta de queso… los roscones más especiales de San Valero
Varios establecimientos zaragozanos se atreven con sabores que desafían a los clásicos de nata, crema y trufa.
Se acerca la festividad de San Valero, uno de los momentos más dulces del año en Zaragoza, alrededor del roscón. Además de los clásicos de nata, crema y trufa, hay pastelerías, obradores, chocolaterías y cafeterías que apuestan por innovar y ofrecer roscones diferentes, tanto a la hora de elaborar la masa como en el relleno.
En Artisan Real Food (c/ Cosuenda, 15), cuyo lema es 'Comida real para gente de verdad', estos días le prestan una atención especial al roscón de San Valero. En todas sus versiones el bollo es el mismo, elaborado con masa madre. Y tienen una opción sin gluten.
Sus tres roscones más singulares están rellenos de Nutella, Kinder y Ferrero Rocher. “No somos una pastelería así que no podemos elaborar muchos; nuestro enfoque es para que el cliente pueda degustar una ración en el establecimiento, aunque también los hacemos para llevar si nos los encargan un día antes”. La ración para consumir en el local cuesta cinco euros, y cuatro para llevar.
En Le Petit Croissant (Paseo de la Constitución, 16), junto a los formatos clásicos, este año ha aparecido el de pistachos en una versión pequeña para una o dos personas. La masa es normal, como la del resto. Lo singular, explica el maestro pastelero Daniel Castillo, “es que lo rellenamos con una crema de chocolate blanco y pistacho natural en pasta”.
En este caso, no se corta por la mitad para poner el relleno, sino que se inyecta al ser más fluido que la nata o la crema y no tener tanta consistencia. “Va decorado con pistacho molido, azúcar perlado y granillo dorado de almendra”.
Uno de los obradores que en los últimos años está creciendo con más fuerza en Zaragoza es La Aljafería (plaza de Emilio Alfaro, 1). El propietario, Alberto Lorente, y el maestro pastelero, Iván Alba, han ideado dos curiosas propuestas. La primera el 'chesse cake' roscón en el que el relleno es una tarta de queso presentada como si fuera una mousse. “La montamos y conseguimos una textura muy esponjosa”, explica Iván. En el interior lleva un cremoso de frambuesa y, por encima, crumble de galleta y pistacho molido.
El otro es una explosión de chocolate. Se llama Yanduya y el relleno está formado por una mezcla de frutos secos y chocolate con leche y avellanas. También incorpora un crujiente de galleta y avellanas provocando en la boca una curiosa combinación de texturas. Se decora con cacao y unas figuras de chocolate. La masa es la misma que la del resto de los roscones y están disponibles el domingo y el lunes.
En la Chocolatería Capricho (c/ Don Jaime, I), Luis Paracuellos ha preparado una curiosa versión de nata y crema. En concreto, se trata de un roscón de nata montada con crema quemada. Lo parte por la mitad y lo rellena con la nata. Le da la vuelta a la tapa superior, pone la crema, azúcar y lo quema con una pala pastelera. “Queda muy rico y diferente, tanto la textura como el sabor”. También es interesante porque lleva una masa muy enriquecida elaborada con huevos de corral, mantequilla, aceite de oliva y ron. “Es muy aromático”, concluye. Y trabajoso. Por eso solo lo prepara por encargo.
Ámbar Guadix acaba de abrir Extrem Gastro&Bakery (avda. Pablo Gargallo, 15). Su apuesta es claramente por la innovación. Le gusta la pastelería americana así que hacia ese lado ha llevado su propuesta de roscón de San Valero.
Ha elaborado dos especiales, uno de Ferrero Rocher y otro con las famosas chocolatinas estadounidenses Reese´s. El relleno lo hace con la crema de cacahuete que lleva este producto y va cubierto de chocolate. Se vende en porciones para consumir en el local o para llevar y está disponible el domingo y el lunes.
Por último, la imaginación de Sandra Ibáñez alrededor de su propuesta creativa de Toque de Canela (c/ San Vicente de Paúl, 7) le ha llevado a preparar dos roscones muy llamativos. En uno de ellos el relleno es de Baileys y en el otro emplea una crema de licor de tequila y fresa. “Es una bebida que está muy de moda entre los jóvenes y me apetecía probar”, explica Sandra.
Uno de los detalles más llamativos de este último roscón es el color rosado de la mousse de tequila y fresa. “En los dos casos -sugiere Sandra- el punto alcohólico está muy matizado, pero sí, son roscones para mayores de edad”.