INGREDIENTES

Cómo potenciar el sabor de la salsa de tomate casera: el ingrediente secreto que no te esperabas

Este condimento clásico de la cocina tradicional puede ser aún más sabroso si se añade un ingrediente que muy pocos usan en esta elaboración: unas gotas de un aliño asiático muy popular.

Se trata de un ingrediente muy popular en la cocina asiática.
Se trata de un ingrediente muy popular en la cocina asiática.
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La salsa de tomate es, además de una de las básicas de la cocina tradicional en España, la reina de los acompañamientos puesto que no hay receta en la que no encaje. La sencillez de su elaboración es otro de los motivos que le han llevado a alcanzar ese estatus de favorita, pese a que admite varios ingredientes. Hay quien recurre solo al tomate frito y a un buen aceite o quien lo complementa con vegetales pochados como cebollas o ajos para potenciar su sabor. Sin embargo, el condimento perfecto para este aliño es uno que muy pocos usan, pero que aporta el toque final perfecto: la salsa de pescado.

Este ingrediente proveniente de la cocina asiática, donde cumple la misma función que la popular salsa de soja, se emplea a menudo para preparar recetas italianas. Sin embargo, más allá de elaboraciones específicas que requieran su uso, este aderezo no debería faltar en ninguna salsa de tomate que se precie, puesto que consigue que este aliño ya de por sí está delicioso, sea aún más espectacular en lo que a sabor se refiere. Y sí, incluso debería emplearse para preparar unos sencillos macarrones con tomate para potenciarlos con una dosis fácil de ‘umami’.

Además, no es necesario emplear mucha cantidad de salsa de pescado, puesto que su intenso sabor se consigue con apenas una pequeña cantidad. La recomendación de los que usan este ingrediente de forma habitual es emplear una cucharada por cada kilo de tomates, aunque luego es recomendable degustarla para ajustarla al gusto. Si queremos aprovechar la compra de este aliño y sacarle más partido en la cocina, hay otras recetas en las que triunfa, como el tradicional ‘pad thai’ de origen japonés, o los rollitos vietnamitas que se mojan en una salsa a base de esta propuesta de pescado.

Para incorporarla a la salsa de tomate y conseguir ese toque de ‘umami’ que tanto gusta en la cocina, basta con añadir el aliño asiático a la vez que echamos los tomates a la cazuela. De esta forma, se integra completamente para conseguir el mejor sabor, mientras la salsa se cocina a fuego lento.

¿Es lo mismo la salsa de tomate que el tomate frito?

Aunque muchos utilizan de forma indistinta sendas terminologías, a nivel culinario cabe destacar que la salsa de tomate y el tomate frito no son lo mismo. Mientras que la segunda preparación es una receta a base de tomate, aceite de oliva, sal y algún edulcorante que reste acidez, la primera utiliza su base y le añade otros ingredientes que enriquezcan el sabor. Lo habitual es apostar por cebolla, pimiento verde, zanahoria y ajo muy picados que le darán consistencia al guiso.

Un espesor que también sirve de elemento diferenciador respecto al tomate frito que, en caso de desagradar (sobre todo a quienes no soportan lo grumos), es fácil de aligerar. Una vez preparada y reposada, para evitar quemaduras, solo hay que batirla unos minutos y pasarla por un colador de malla fina que atrape la pulpa de las verduras y hortalizas.

Una receta muy sencilla y versátil que, además, puede salvarnos de más de un apuro si se aprende a conservar la salsa de tomate como es debido. Solo hay que introducirla en botes de cristal dejando un margen de unos dos centímetros respecto a la tapadera que habrá de poner y cerrar con fuerza una vez que esté fría. Después, ya se puede llevar al congelador y dejar una semana sin preocupaciones para que esté lista para la próxima receta.

Receta de salsa de tomate... ¡con umami!

De la cocina asiática hemos aprendido la importancia del umami para conseguir un sabor completo e inolvidable; y la salsa de pescado es el ingrediente secreto para conseguir esta experiencia con el tomate. Aunque, debido a que no siempre es sencillo encontrarla en los supermercados, siempre puede sustituirse por una receta más europea, la salsa Worcestershire inglesa (también conocida como Perrins). Sea cual sea la elección, lo fundamental es conocer el paso a paso para conseguir la mejor salsa de tomate.

Ingredientes

Para seis personas

2 kilos de tomate tipo pera maduros

Azúcar

Sal

1 cebolla dulce

1 pimiento rojo grande (se puede escoger el verde si se busca un extra de sabor)

Dos cucharadas soperas de aceite de oliva Virgen Extra

Dos cucharadas soperas de salsa de pescado

3 zanahorias

Elaboración

Lavar todas las verduras bien (se van a utilizar con piel) y trocear en cubos pequeños. Añadir a una cazuela todas las que previamente hemos añadido aceite de oliva, todas excepto el tomate, ya que tardan más tiempo en hacerse.

Rehogar, previo salado, durante varios minutos las verduras hasta que pierdan el color brillante, puesto que ayudará a crear un fondo para la salsa más sabroso. Añadir el tomate troceado y la salsa de pescado y cocinar a fuego lento para que se integren todos los ingredientes.

Remover cada cinco minutos para evitar que se pegue a la base de la cazuela  y para ayudar a que se mezclen los sabores.

Pasada una hora, dejar enfriar la mezcla antes de triturar con una batidora para conseguir una salsa de tomate contundente. Si se quiere, se puede pasar por un colador de malla o chino para un resultado más fino.

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