economía

Oficios con alta demanda en Aragón que no hay quien cubra

Las empresas sufren un grave problema de falta de chóferes, electricistas, fontaneros, torneros, perfiles cuyas vacantes apenas pueden suplir. Y piden soluciones para que este déficit no se cronifique y lastre su crecimiento

El trabajador Emilio Pérez, que acumula 42 años cotizados trabajando de tornero.
El trabajador Emilio Pérez, que acumula 42 años cotizados trabajando de tornero.
Francisco Jiménez

La escasez de personal formado para trabajar en oficios tradicionales como fresador, soldador, electricista, peón de albañil, fontanero, carpintero, conductor de camión, tapicero, encofrador o gruísta preocupa sobremanera a las empresas en Aragón. Hace años que sufren serias dificultades para cubrir estas vacantes y el problema, lejos de solucionarse, se agrava, dicen. 

"Faltan porque la mayoría de los jóvenes no estudia estas profesiones. No hay una buena orientación a edad temprana y no existe esa parte vocacional que había antes cuando los hijos elegían seguir con el trabajo del padre. Eso se ha cortado y hay un problema", reconoce el secretario general de UGT Aragón, José Juan Arceiz. 

"Antes a los veteranos los sustituía el aprendiz que se formaba en la propia empresa. Ahora insistimos en la Formación Profesional Dual, pero con los que salen no se llegan a cubrir los puestos que precisan las empresas", coincide Benito Tesier, presidente de la Federación de Empresarios del Metal (FEMZ), que alerta de que "la dificultad aumenta a medida que se eleva el nivel de cualificación, sobre todo para perfiles digitales".

"Si no hay vocaciones, la cosa va a acabar mal. Las empresas nos demandan personas con cualificación para trabajar y no los encuentran", advierte Pilar Burgués, responsable de Empleo y del programa Metalízate en la FEMZ, que abarca tres líneas de trabajo. 

La primera es contar con "una bolsa de empleo; y la segunda, orientar a los propios profesores para paliar el gran desconocimiento del sector Metal que existe y a los alumnos". Con ‘Abriendo tu futuro’, explica, imparten charlas en centros de FP e institutos para despertar vocaciones, y la tercera pata es Metalízate.2, un programa experimental para jóvenes con el que han llegado a una inserción laboral del 97,8%. Para Burgués, solucionar esta escasez de perfiles en la industria "requiere unir mucho más sociedad, educación y empresa". Según UGT y CC. OO, la "falta de formación específica, la ineficiencia en políticas activas de empleo y la precariedad laboral en algunos sectores" influye a la hora de encontrar candidatos.

Frustración es lo que confiesa sentir Alejandro Lafuente, gerente de la empresa Somos Luz Verde, al no encontrar ni con anuncios en las redes sociales ni en Infojobs ni en ninguna parte electricistas. "Estamos 6 personas, pero necesitaría 8 más. No sé qué hacer. Cada vez hay más trabajo, pero no encuentro personal y la próxima semana me toca acometer la instalación eléctrica de cinco granjas de gallinas ponederas en Calatorao", afirma preocupado. 

"El déficit de mano de obra es tremendo", coincide Ricardo Arilla, presidente de la Asociación empresarial de instaladores y mantenedores de Huesca. "El problema se agrava año tras año. Pese a los intentos de potenciar la Formación Profesional, los jóvenes no apuestan por ella", y eso que en la industria "se esté cobrando más de lo que marca el convenio".

Para Tomás Doñate, presidente de la Asociación empresarial de instalaciones eléctricas de Teruel, el problema es que "la FP está denostada, hay pocos jóvenes que la elijan y mientras tanto van desapareciendo autónomos y pymes en el medio rural". "No solo ocurre en Aragón. En todas las comunidades pasa lo mismo. No se encuentran estos perfiles", asegura Santiago Magallón, al frente de la Asociación de empresas instaladoras de Fontanería, Calefacción, Gas y Afines de Zaragoza.

Las ocupaciones donde falta mano de obra en Aragón

Según el Inaem, más del 50% de la contratación que se produzca este 2024 se concentrará en una docena de ocupaciones:

-Peones de las industrias manufactureras

-Peones agrícolas

-Camareros

-Personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos

-Vendedores en tiendas y almacenes

-Peones del transporte de mercancías y almacenaje

-Monitores de actividades recreativas y de entretenimiento

-Ayudantes de cocina

-Conductores de camiones

-Empleados domésticos

-Cocineros

-Empleados administrativos

Y el pasado año, 2023, también de acuerdo al Instituto Aragonés de Empleo, entre las 25 ocupaciones con mayor dificultad para cubrir los puestos ofertados estuvieron oficios tradicionales como operadores de máquinas enlatadoras o envasadoras de frutas y verduras, electromecánicos de mantenimiento industrial, peones agrícolas; embaladores y etiquetadores a mano; agentes comerciales, fontaneros, pintores de estructuras metálicas, conductores de camión con remolque, albañiles, auxiliares de enfermería, carpinteros, empleados administrativos de contabilidad y cocineros, entre otros.

"En buena medida se está industrializando la construcción porque no se encuentra mano de obra", señala Vicente Lafuente, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción, que pone el ejemplo de que se utilizan en muchas construcciones baños prefabricados o fachadas modulares porque no encuentran ni fontaneros ni caravisteros.

"Tenemos un déficit crónico de titulados para profesiones tradicionales", reconoce Valentín Bote, director de Randstad Research, "un problema al que se suma el del reto generacional, ya que por cada diez veteranos que salen del mercado de trabajo solo entran 7 jóvenes". 

En su opinión, la solución pasa por "seguir prestigiando la Formación Profesional ya que algunos grados garantizan una empleabilidad del 100% y ofrecer buenos salarios". Asimismo, ayudaría, dice, impulsar más los certificados de profesionalidad, que exigen menos horas de formación que un grado completo de FP y proporcionan las competencias para poder trabajar. El último recurso, concluye Bote, es traer a trabajadores de otros países pero "parece extraño teniendo casi tres millones de parados a los que se podría formar".

"Al final, las empresas tienen que seguir funcionando y buscarán la manera", asegura José Luis Lapetra, director de Logística y RR. HH. de Coferdroza. "Por ejemplo, en Aragón, enclave logístico no se encuentran fácilmente conductores y desde el clúster ALIA han constituido un grupo de trabajo para traerlos de Perú". "Es un parche, no la solución", opina Carmelo González, presidente del Comité Nacional del Transporte. "Habría que dar más formación y que la gente joven se animara. A los sindicatos que dicen que si las empresas pagasen más encontrarían, les diría que Alemania y Estados Unidos pagan más y también les faltan chóferes".

"Hacer atractivos los oficios" es el reto para Marta Ibarbuen, responsable de RR. HH. de la empresa Serma, de 106 trabajadores, con 8 procesos de selección abierta y que cuentan con dos jóvenes estudiantes del IES Miralbueno a los que forman con técnicos seniors para que aprendan el oficio.

Marta Díaz, directora general de la planta de estampación del Grupo Jordán en Figueruelas.
Marta Díaz, directora general de la planta de estampación del Grupo Jordán en Figueruelas.
Francisco Jiménez

Potencian la FP, pero no está calando 

"Este no es un trabajo de fuerza sino de precisión", aclara Marta Díaz, directora general de la fábrica de estampación Jordan en Figueruelas. "Nos faltan matriceros para adaptar los troqueles y también fresadores y especialistas de mantenimiento", dice. 

"Cuesta encontrarlos", añade Nieves Herce, responsable de RR. HH. y de una plantilla de 120 trabajadores. "Hay que dar a conocer este tipo de puestos de trabajo en primaria, en los colegios, y también en bachiller, porque no se conocen. Ni siquiera hay un grado de FP específico de matricería", lamenta.

En el caso de esta fábrica del Grupo Jordan (factura 100 millones, 20 desde la planta zaragozana), tienen la suerte de contar con un veterano matricero, Luis Blasco, que empezó a trabajar a los 13 y aprendió el oficio de su abuelo. "Hay que estar con alguien que sabe: este es un trabajo artesano y desconocido por la mayoría". 

Recuerda que "hace 25 años todos los jóvenes querían ser ingenieros y ahora lo que no quieren es mancharse las manos; por eso optan por la carrera universitaria", afirma. "Es una pena", considera la directora general de la planta, que laamenta que no haya más vocaciones porque ante la escasez de matriceros, su salario se está acercando al de los ingenieros. 

Le gustaría también que las mujeres -hay cinco en el equipo directivo del grupo- eligiesen también estos oficios. "Últimamente se potencia la Formación Profesional pero no está calando entre los jóvenes", señala Díaz. Mientras que Herce insiste en que hay que empezar la orientación laboral en los colegios y generar ahí las vocaciones. 

"Hoy en día en la sociedad están muy de moda las profesiones digitales, que también hacen falta, pero a los oficios apenas se les da publicidad", añade, "cuando son igual de necesarios". Mientras se encuentra la solución a esta escasez de perfiles, Herce explica que están haciendo formaciones transversales para el personal de mantenimiento de forma que tengan un conocimiento general de todas las máquinas.

"Son oficios que se van a ir perdiendo"

Patricia Ibáñez, en el taller de Ebroaire, en el polígono empresarial de Utebo.
Patricia Ibáñez, en el taller de Ebroaire, en el polígono empresarial de Utebo.
Francisco Jiménez

"No conozco a nadie que diga que quiere ser tornero. Hoy los jóvenes aspiran a ser ‘youtubers’ o futbolistas, pero los oficios del Metal se van a ir perdiendo", anticipa Patricia Ibañez, que trabaja en Atención al Cliente, junto a Sonia Bello, en Ebroaire, una pequeña empresa especializada en productos de neumática, que da trabajo a 15 personas en Utebo. "Un tornero mayor con experiencia no se encuentra o pide mucho dinero. Son oficios cuya vocación habría que inculcar en los colegios e institutos", apunta.

"Si se incentivara más a las empresas y el chaval joven no les costará tanto como un profesional, sería más fácil su incorporación", reconoce Emilio Pérez, tornero que va a cumplir 60 años y tiene 42 cotizados. "Conozco este oficio por mi padre. Él quería que estudiara pero yo quería trabajar y entré de aprendiz a los 17 años. Gracias a eso no se perdió un tornero", ironiza. 

Ahora le toca a él enseñarle al joven Daniel Mendoza, de 21 años, que lleva un año en Ebroaire y tiene ya contrato fijo. "Hice grado medio de Mecanizado en el IES Corona de Aragón. Tengo familiares que se han dedicado a este trabajo y me gusta porque cada día aprendes una cosa nueva. Y además no valgo para estar sentado", confiesa, sin levantar la vista de la fresadora. Recuerda que mientras se formaba hizo prácticas en una empresa de ascensores, pero le tocó en la línea de montaje y "era muy aburrido".

A la pregunta de por qué cuesta tanto cubrir estas vacantes, responde que "muchos jóvenes no conocen la realidad de estos oficios ni que están muy demandados". En su caso, se considera afortunado ya que muchos compañeros, dice, han acabado en cadenas de montaje. Ibáñez recuerda que muchos jóvenes eligen irse la gran empresa porque piensan que les va a dar mayor proyección profesional aunque en la pequeña puedan aprender más. 

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