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De 1991, a la actualidad: cuarta etapa de Víctor Fernández en el banquillo del Real Zaragoza

El entrenador aragonés regresa al club de su vida, del que salió por última vez en agosto de 2020.

Víctor Fernández, con su abogado, Julio Beltrán, en una imagen de archivo, a la salida de los vestuarios de La Romareda.
Víctor Fernández, con su abogado, Julio Beltrán, en una imagen de archivo, a la salida de los vestuarios de La Romareda.
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Víctor Fernández está de vuelta. El Real Zaragoza y el técnico del barrio Oliver han alcanzado un acuerdo a última hora de este domingo para que, tres años y medio después de su adiós, regrese como ‘salvador’ de una temporada que ha dado muchas vueltas. Casi tantas como el club en este periodo en el que él se ha mantenido al margen del fútbol, pues entre aquel mes de agosto de 2020 -momento en que anunció su adiós al no conseguir el ascenso- y el actual marzo han ocurrido infinidad de cosas.

La Sociedad Anónima Deportiva lo pasó realmente mal, deportivamente hablando, la campaña posterior a su marcha (2020-21). Estuvo cerca de perder la categoría y, tras el milagro obrado por Juan Ignacio Martínez, el propio técnico alicantino no supo darle mayor entidad al equipo en la 2021-22, no fue capaz de aspirar a algo más que la permanencia, y acabó saliendo en un verano que estuvo marcado por el cambio accionarial.

Fernández se encuentra hoy un Real Zaragoza muy distinto al que dejó. Empezando por los dueños, por ese grupo de empresarios encabezados por Jorge Mas; prosiguiendo por la dirección deportiva; y acabando por una plantilla que, probablemente, está por debajo del nivel de la que él manejó entre diciembre de 2018 y 2020.

En ese último periplo, de entrada, se le encomendó una misión similar a la que ahora asume (rescatar a un equipo muerto futbolística y anímicamente) y terminó por rozar el ascenso en ese curso condicionado por la irrupción de la pandemia cuando el Zaragoza parecía lanzado hacia la Primera División.

Así, con el mal sabor de boca de no devolver a su equipo a la máxima categoría y sintiéndose “agotado” por todo lo ocurrido en aquellos meses, terminó la tercera etapa de Víctor en el club maño. La anterior, la que fue de 2006 a 2008, había terminado de peor forma, si cabe, pues fue destituido por los malos resultados que arrastraba el equipo y que, a la postre, derivaron en el descenso.

Eduardo Bandrés, el que fuera presidente de aquel Real Zaragoza en pleno ‘agapitismo’ recordó en su despedida que la entidad siempre iba a ser “su casa”. Lógico, teniendo en cuenta que esa convulsa segunda etapa venía precedida de la más gloriosa: la que trajo la consecución de la Recopa de Europa, el trofeo más importante de la historia de la SAD.

Víctor tomó las riendas del equipo en marzo de 1991, cuando también salió al rescate de un Zaragoza en horas bajas, y lo dejó en 1996. Entre tanto, esa gesta de la Recopa y la consecución de la Copa del Rey de la temporada 1993-94, después de que se resistiese la de la 1992-93 al perder la final con el Real Madrid.

Poco queda de aquel jovenzuelo. Víctor vuelve con 63 años y como técnico con más partidos al frente del club, los 419 que cumplió en ese verano de 2020 en que el zaragocismo soñaba con el ascenso y acabó decepcionado con la derrota ante el Elche en el ‘play off’.

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