'No estás sola', el documental que desmonta la versión de los violadores de la Manada

Los directores Almudena Carracedo y Robert Bahar diseccionan el caso para mostrar la universalidad de la violencia sexual contra la mujer.

La actriz Carolina Yuste y la directora Almudena Carracedo, durante la promocion del documental de Netflix
La actriz Carolina Yuste y la directora Almudena Carracedo, durante la promocion del documental de Netflix
Óscar Chamorro

Durante tres años y medio los directores Almudena Carracedo y Robert Bahar han rodado en secreto 'No está sola: la lucha contra la Manada', un documental que disecciona la violación múltiple que sufrió una joven la primera noche de los sanfermines de 2016. Nada dijeron a nadie, ni siquiera a sus familias, para poder trabajar con tranquilidad, sin presiones, en aras de garantizar la confidencialidad de los participantes. Antes de llevar adelante el proyecto los dos realizadores y productores pidieron permiso a las víctimas y abordaron un trabajo extenuante de documentación y edición. Casi mil horas de material de archivo, 600 horas de entrevistas, 50 horas de material rodado para la producción y 14 meses de meses de montaje. 

El esfuerzo ha fructificado en una cinta que va más allá de los hechos acaecidos en las fiestas de Pamplona hace ochos años. La película trenza la agresión grupal de los sanfermines con la de Pozoblanco, perpetrada por los mismos autores, y el asesinato en 2008, también durante las fiestas pamplonicas, de Nagore Laffage, una estudiante de enfermería que recibió una brutal paliza antes de morir. "Al entretejer las tres historias podíamos contar una verdad universal, la de la violencia sexual contra las mujeres", asegura Almudena Carracedo, responsable de la cinta, que se puede ver en Netflix.

"Nos dimos cuenta de que se había ido gestando una versión muy confusa. Era preciso dar voz a las víctimas, que los espectadores se pusieran en la piel de las supervivientes"

Carracedo y Bahar, firmantes de 'El silencio de otros' -Goya al mejor documental en 2018-, han creado un filme riguroso, sin resabios sensacionalistas, ajeno al ruido que generaron las tertulias televisivas y la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra, que calificó los hechos de abuso sexual, no de violación, al no apreciar el tribunal signos de violencia o intimidación. "Nos dimos cuenta de que se había ido gestando una versión muy confusa. Lo que contaron los medios, sobre todo los televisivos, estaba basado en el relato del abogado de la defensa y de los agresores, que es el que permaneció. Era preciso dar voz a las víctimas, que los espectadores se pusieran en la piel de las supervivientes", aduce la directora.

Las actrices Natalia de Molina y Carolina Yuste prestan su voz a las mujeres violadas en Pamplona y Pozoblanco, respectivamente. Las víctimas nunca aparecen en pantalla. Tampoco se reproducen imágenes de las agresiones, aunque hubo partes que en su día se filtraron a la prensa. Las palabras de De Molina son una versión literal extraída de los hechos probados de la sentencia de la Audiencia Provincial, mientras que las de Yuste forman parte de una entrevista que se hizo por teléfono a la sobreviviente de Pozoblanco. "El día que salió la sentencia de la Manada me fui por la tarde con una amiga a manifestarme frente al Ministerio de Justicia. Recuerdo que llegó un montón de gente, muchas mujeres corearon el 'Yo sí te creo'. Nos pusimos a llorar porque sentíamos que algo estaba cambiando. Estábamos agotadas de callar y perpetuar el silencio", alega Carolina Yuste.

Ley del 'solo sí es sí'

Y efectivamente muchas cosas cambiaron. El movimiento feminista recobró fuerza, adquirió el empuje de un tsunami, y se abordaron cambios sociales y legales que cuajaron en la ley del 'solo sí es sí', norma que puso el foco en el consentimiento, al tiempo que se suprimió el término "abuso", englobado en el más amplio de "agresión".

El documental viaja al pasado para entender el presente, se remonta al asesinato de Nagore Laffage por el estudiante de psiquiatría José Diego Yllanes en 2008. Un jurado popular consideró que la muerte de Nagore no fue un asesinato, sino un homicidio, a pesar de que la víctima sufrió un apaleamiento salvaje: su cuerpo presentaba 36 golpes, el cráneo estaba fracturado y la mandíbula rota. El autor confeso fue condenado a doce años y seis meses de prisión, contra el criterio de la fiscalía y todas las acusaciones populares. El testimonio de Asun Casasola, madre de la joven, es conmovedor. "La madre de Nagore cuenta algo devastador que hace que te derrumbes cuando la escuchas: 'ojalá mi hija se hubiera dejado porque ahora estaría viva'", apunta la directora. Su lamento está en consonancia con las palabra de una fiscal del Tribunal Supremo: no se puede pedir a la víctima de una violación que mantenga una actitud peligrosamente heroica.

En su descargo, los condenados por la violación múltiple, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero, alegaron ante el tribunal que grabaron un vídeo de los hechos porque querían vivir una película porno, pero con ellos dentro. Uno de los policías aporta un testimonio que invita a la reflexión: si no existiera el vídeo de la agresión, ¿hubiéramos creído a la superviviente? "El vídeo fue crucial para que se creyera el relato de la víctima, que es el que está reflejado en los hechos probados y que se plasma en la sentencia del Tribunal Supremo", arguye Carracedo.

Los autores del documental han querido "humanizar" a las dos atacadas por la Manada preservando su anonimato y sin revictimizarlas. "Por eso intervienen las actrices, dos mujeres comprometidas, doblando a las víctimas, a las que se les pone el nombre ficticio de Lucía y Paloma. Queríamos demostrar que se puede hacer una cobertura respetuosa sin mostrar imágenes que son terribles".

Ana Fernández, trabajadora social que acompañó a la violada en Pamplona a un apartamento, fue la que se encargó de hablar con sus padres. "Habían oído cosas, había salido en la televisión; pensaban 'No será mi hija'... Y se encuentran con que era su hija", cuenta Fernández en la película. Tanto el juez como la policía municipal que observó el vídeo llegaron a la misma conclusión. Por su comportamiento y palabras, no era la primera vez que los detenidos agredían a una mujer.

"Pese al repunte de denuncias, la mayoría de las agresiones pasan desapercibidas. Conocemos las violencias sexuales que se sufren en la calle, en las macrofiestas, pero hay muchísima violencia sexual dentro de la pareja, de las familias, en los colegios, en el ámbito laboral, en el deportivo", sentencia la directora.

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