La actuación de los músicos Luis Lucía y Consuelo Roy, al piano y con su bandoneón, se encargó de crear una cálida y emotiva atmósfera que perduraría hasta el final de la gala de entrega de los galardones que, patrocinada por Edelvives, tuvo lugar en el salón principal de la sede de Caja Rural de Aragón.

En su desarrollo, subieron al escenario los premiados, protagonistas de la velada, que agradecieron de forma reiterada la importante labor de la difusión cultural que todas las semanas recoge en sus páginas el suplemento de HERALDO DE ARAGÓN. Así, la escritora Irene Vallejo, la primera galardonada en dirigirse a la audiencia, merecedora del premio de Literatura, no dudó en dedicar su distinción a su coordinador Antón Castro, por "dar prestigio a las iniciativas culturales". Recordó con cariño sus columnas en este diario y aquella reseña de su primera novela que leyó emocionada en él.

Después, recogía el galardón Edelvives de Literatura Infantil y Juvenil Sandra Araguás, quien admitía estar muy sorprendida y agradecida por el reconocimiento. La escritora se define como "cuentista tres veces, porque los cuentos me llegan por las orejas, porque la vida me hizo narradora y porque las historias no me dejaban dormir y tenía que sacarlas de mi cabeza".

La imagen ganó relevancia con la obra del ilustrador, caricaturista y pintor Luis Grañena, que recibía el premio de Artes Plásticas, agradeciendo especialmente que procediera de sus "compañeros y amigos".

La emoción iba en aumento, a lo que contribuyeron la voz y la guitarra de Isabel Marco, dando paso a los dos reconocimientos en el capítulo de la fotografía. El primero de los premios ‘ex aequo’ fue para Rafael Navarro, quien confesó que este tipo de distinciones alimentan el ego de los artistas, ese "bicho que habría que encerrar en una jaula de vez en cuando". El segundo galardón de esta categoría fue para José Antonio Hernández Latas, quien deseó que sirviera "de homenaje a los pioneros de la fotografía que trabajaron en esta tierra a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX".

Una intensa trayectoria de 40 años avala el premio de Promoción Cultural otorgado a Ana Cañellas y Francisco Goyanes, de Librería Cálamo, quienes destacaron que su actividad de difusión cultural, centrada en presentaciones y congresos, había llegado hasta Latinoamérica.

Por parte de Teatro Arbolé, no solo Esteban Villarrocha e Iñaqui Juárez recogieron el premio de Teatro, Danza y Circo, en nombre también del tercer socio Pablo Girón, sino que al escenario se atrevió a subir Pelegrín, que en su 40 aniversario, quiso explicar a los asistentes qué era una cachiporra.
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El premio de la Música fue para Gabriel Sopeña, quien reivindicó la creatividad y el entendimiento entre las personas. Deleitó a los asistentes con una canción en aragonés, ‘Mai’, de Ánchel Conte, y un eléctrico dúo con el cineasta Javier Macipe versionando el célebre tema ‘Apuesta por el rock’n roll’, que sirvió de colofón a la entrega del galardón de Cine, recibido por el director de ‘La estrella azul’, película que se estrenará próximamente. En la categoría de Patrocinio se distinguió al Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. La vicerrectora Yolanda Polo incidió en su objetivo de convertir al espacio "en el salón de la casa de todos los zaragozanos con una oferta cultural amplia y de calidad".

Por último, el escritor Francisco Ferrer Lerín recibió el premio Especial del Jurado y aprovechó para esbozar brevemente su trayectoria y explicar su decisión de afincarse en Aragón. Para clausurar la velada, tomó la palabra Antón Castro, quien agradeció a todos su presencia y su buen hacer.