Alimentos, licores, textiles, juguetes... Naval enseña su mejor cara en la Feria de Artesanía
La localidad oscense presenta este domingo muchos atractivos para descubrir, desde su sal o alfarería tradicional.
Pocas localidades del medio rural cuentan con una identidad tan marcada y encierran tanto patrimonio material e inmaterial como Naval, población sita al norte de la comarca del Somontano, límite con el Sobrabre como marca su sierra de Arbe. Muchas son las épocas del año aconsejables para su disfrute, sobre todo en verano, cuando es posible sumergirse en sus baños relajantes de agua salina que se extrae de los manantiales en la roca y que constituyen un auténtico balneario al aire libre. Pero es este domingo cuando la villa alfarera se presenta ante propios y extraños con su mejor cara con motivo de su Feria de Artesanía.
La cita está declarada dentro del calendario de Ferias del Gobierno de Aragón y se recuperó a comienzos del presente siglo tras haberse perdido a mediados de la anterior centuria. Sus orígenes datan de un privilegio real concedido en la Edad Moderna a raíz de la Guerra de Sucesión de Cataluña, siglo XVII, en la que la Corona precisó de carros, madera y de vecinos de Naval para que transportaran víveres al ejército. En 1645, la villa somontanesa se dirigió al monarca para la concesión de un privilegio real para celebrar una feria a cambio de lo aportado a la Corona por la población.
Desde entonces –salvo su desaparición en la posguerra- la plaza Mayor de Naval es punto de encuentro de las gentes del llano y de la montaña cada tercer domingo de noviembre. Aquí se podrá encontrar desde alimentos, útiles del hogar, licores, textiles, juguetes…
Más de sesenta artesanos han confirmado su presencia en esta feria, y ofrecerán su alfarería típica de la población, objetos elaborados en mimbre, madera, bisutería, agroalimentación (quesos, encurtidos, cárnicos, embutidos, chocolates, turrones, pan, pastillos y diferentes dulces, …). La mayoría de puestos proceden de Aragón, pero también de otras Comunidades vecinas y hasta de Francia.
Caldereta popular
El Ayuntamiento, organizador del certamen, ha planeado actividades de animación, como un taller de cerámica y actuaciones, como el dance de su característico Palotiau, y servirá una comida a base de caldereta de cerdo. Una gran hoguera en el centro de la plaza calentará el ambiente y allí se podrán asar los productos adquiridos en la feria.
La ocasión bien merece una oportunidad para descubrir una villa que conserva su trazado urbano medieval que corona su iglesia colegiata, aprender cómo se elabora la cerámica de las manos del último alfarero local, David Echevarría, o visitar el centro de interpretación de la alfarería.
Como productos locales, Naval cuenta con carnicerías que elaboran las sabrosas y genuinas chiretas y sirven cordero, de fama en toda la comarca. La panadería Jovita ofrece pan de masa madre y repostería artesana. Y en vísperas de Navidades, no hay que perderse los turrones que elabora el restaurante La Fábrica.
Saliendo del casco urbano, Naval ofrece rincones singulares para disfrutar de la naturaleza, como su Salinar de Rolda, que durante el verano recibe a miles de bañistas. Un ejemplo de un oficio centenario –el de la extracción de la sal- reconvertido en un recurso turístico de éxito. En la feria o en el mismo salinar se puede adquirir la siempre tan preciada sal de Naval y las escamas o Flor de Sal.
Pasado el Salinar de Rolda parte una senda que lleva a la ermita de Santa Quiteria y, pasada ésta, una empinada subida desemboca en el tozal de Pisa, donde se encuentra uno de los mejores emplazamientos de la Guerra Civil, recientemente adecuado por el GRIEGC (Grupo de Recuperación e Investigación de Espacios de la Guerra Civil), la posición más septentrional de la Línea del Cinca. Se puede recorrer las trincheras y adentrarse en los nidos de ametralladoras y dar un salto en el tiempo desde la Edad Media hasta 1936.
