Boticaria García: "Cuando escucho la palabra ‘coach’ me echo a temblar"

La conocida divulgadora sanitaria, doctora en Farmacia y nutricionista, asegura que "la fuerza de voluntad no tiene nada que hacer frente al hambre emocional".

Boticaria García acaba de publicar ‘Tu cerebro tiene hambre’.
Boticaria García acaba de publicar ‘Tu cerebro tiene hambre’.
Javier Ocaña

Explicar las cuestiones más difíciles de la forma más sencilla no es tarea fácil, pero Marián García (Boticaria García) tiene esa capacidad, algo que la ha convertido en una reconocida divulgadora sanitaria. «Hago lo mismo que hacía detrás del mostrador de la farmacia de un pueblo de Cuenca, solo que en vez de para 500 habitantes lo hago para 500.000 personas que me siguen en Instagram, pero la estrategia es la misma, y es que el mensaje tiene que ser riguroso, sencillo y que entretenga», afirma.

Esta fórmula es la que aplica en ‘Tu cerebro tiene hambre’ (Planeta), donde García responde a diversas preguntas relacionadas con las dietas, el sobrepeso y el ejercicio exponiendo evidencias científicas con sentido del humor y un lenguaje cercano. «Ahora que hablamos tanto de gestión emocional, esto es un libro de autoconocimiento, pero de nuestras chichas».

¿Un aperitivo saludable para el domingo?

Un agua con gas y una rodajita de limón es fantástico. El alcohol no está dentro de ninguna recomendación, lo que no significa que debamos volvernos abstemios, simplemente que lo debemos reducir.

Pero un vermú y unas patatas fritas molan más.

Sí, pero unas aceitunas también molan y tienen algún nutriente un poco más interesante, tienen más antioxidantes. O unos anacardos tostados, que son mejores que esos panchitos que llevan glutamato y sal y están fritos. Siempre podemos hacer cambios pequeñitos para que ese capricho no sea tan negativo.

En el tema de la nutrición hay mucho intruso.

Cuando escucho la palabra ‘coach’ me echo a temblar porque, normalmente, es la palabra que utilizan los que no tienen titulación académica para la labor que desempeñan. No niego que haya ‘coaches’ perfectamente preparados, pero yo soy nutricionista, no ‘coach’ nutricional.

No le da miedo meterse en charcos.

Intento meterme en los charcos en los que creo que es interesante hacer una prevención, pero elijo mis guerras y elijo mis charcos porque hay algunos muy peligrosos: a veces he llegado a tener miedo porque he tenido alguna amenaza, incluso ha habido gente que ha intentado extorsionarme.

¿Las cosas llegaron hasta ahí?

Sí, hubo épocas durante la pandemia en las que temas como las vacunas o como los métodos que algunos proponían eran un peligro para la salud pública y había muchos intereses creados. Tuve que plantearme mucho si hablaba a los medios de un tema o no. No es cuestión de valentía, sino de defensa personal.

«No adelgazas porque no tienes fuerza de voluntad», dicen. Pero no es exactamente así.

La fuerza de voluntad frente al hambre emocional es David contra Goliat: una vez puede que gane, pero no es la norma. La fuerza de voluntad no tiene nada que hacer frente al hambre emocional o el hambre ambiental, ni tampoco frente a una disfunción, es decir, frente a unos adipocitos, a unas células grasas alteradas: si tienes obesidad, tus adipocitos se estropean, mandan la señal de que tienes más hambre y comes más, con lo cual tienes más obesidad, con lo cual tienes más hambre. Que esto sea muy poco conocido no ayuda, porque hay un estigma sobre las personas con sobrepeso y obesidad, que si son unas hambronas, que si no son capaces de controlarse… pero no es cierto; es que su cerebro les está mandando una señal tan poderosa como la que te manda a ti a las dos de la tarde cuando llega la hora de comer.

El 85% de las dietas funcionan al principio, pero después se recupera el peso.

Sí, entre seis y nueve meses después porque estás haciendo un déficit calórico muy agresivo que no es sostenible en el tiempo, por lo que cuando no tienes ese déficit calórico tan grande recuperas el peso. Además, al perder peso pierdes grasa, pero también músculo. Y esto es muy importante: el músculo gasta más en reposo que la grasa, con lo cual lo interesante es perder grasa y ganar músculo, porque el músculo va a generar las superquinas, que son las polipíldoras naturales capaces de apagar ese incendio que es la inflamación, e incluso son capaces de hacerte más listo, de generar más neuronas y de hacer que tengamos más memoria. El ejercicio lo estamos viendo como una máquina de quemar grasa, pero también sirve para prevenir el deterioro cognitivo.

¿Y cómo incorporamos el ejercicio físico a nuestro día a día?

En el libro doy una respuesta para eso, que es el Tris, Tras y el Cucu-trás. Le pedí a Javier Butragueño, que es doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que me montara un circuito de ejercicios de fuerza que hemos llamado Tris porque se hace en un tris, en un momento: son 10-15 minutos al día y lo puedes hacer estando de vacaciones, en el hotel, en pijama y sin necesidad de ningún instrumento. El músculo es el gran olvidado, y tenemos que incorporarlo al eje intestino-cerebro porque necesitamos el músculo para equilibrar todo lo que ocurre en el resto de los sistemas.

Pero solo con ejercicio no se adelgaza, que yo hice el Camino de Santiago y engordé kilo y medio.

Te ponías fina, ¿eh? [risas]. Esa es otra de las preguntas del millón: ¿se puede adelgazar solo con ejercicio físico? No, no es posible: según los estudios realizados, necesitarías unas tres horas o más al día de ejercicio intenso para crear un déficit suficiente para adelgazar. La dieta es importante también, y aunque no hay que elegir entre papá y mamá, si me preguntas, te diré que la alimentación tiene más peso.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión