Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Fotografía científica

¿Es posible que el acero arda?

Esta espectacular imagen es una de las ganadoras del certamen de fotografía científica Fotciencia 19.

'Nada se resiste al poder del fuego', premio en la categoría General del certamen de fotografía científica Fotciencia 19.
'Nada se resiste al poder del fuego', premio en la categoría General del certamen de fotografía científica Fotciencia 19.
Sara María Rubio Largo

Esta fotografía se realizó con una finalidad plenamente científica. Así lo afirma su autora, Sara María Rubio Largo. Su intención con ella es “tratar de sorprender con la idea de que algo que, a priori, puede parecer completamente ignífugo, arde rápidamente con un chispazo”. ¿Es posible que el acero arda? La fotografía titulada 'Nada se resiste al poder del fuego' es la respuesta a esta pregunta. Y también premio en la categoría General del certamen de fotografía científica Fotciencia 19.

Pero, en este caso, antes hay que preparar el escenario. “La clave está en la superficie de contacto entre el acero y el oxígeno: por eso las hebras de acero se disponen de forma ahuecada a lo largo de la probeta”, explica. Estéticamente, se consigue un bello contraste entre los colores anaranjados y el fondo negro.

El acero arde porque en su composición lleva hierro, un elemento que reacciona de forma rápida con el oxígeno del aire cuando se acerca a una fuente de calor como una llama o, incluso, una chispa. Pero es necesario que el acero esté formando una madeja ahuecada de finos hilos que aumentan la superficie de contacto con el oxígeno del aire. La posición vertical del penacho de lana de acero dentro de la probeta facilita aún más la combustión. Con la luz apagada, todo un espectáculo.

La imagen se tomó en un laboratorio doméstico improvisado con elementos sencillos: una probeta, hilos de lana de acero y un mechero. “El escenario se montó con caucho oscuro para mejorar el contraste y evitar reflejos en la fotografía”, detalla.

Como suele ser habitual, hasta lograr la fotografía presentada al concurso hizo falta hacer “varias tomas modificando la disposición de la lana de acero”. Uno de los principales problemas que encontró su autora es que la lana ardía demasiado rápido. Además, “se producían chispas similares a las de una bengala que, al caer fuera de la probeta, llegaron a agujerear el escenario”.

A Sara María Rubio, profesora de Matemáticas en un instituto de enseñanza secundaria de Extremadura, siempre le gustó la fotografía y recientemente se ha adentrado más en este mundo realizando diferentes cursos. “Creo que la fotografía puede emplearse como recurso didáctico -considera-, ya que permite acercar conceptos relacionados con la física, química, biología o incluso las matemáticas a cualquier público”.

Además de la combustión del acero, también el movimiento coordinado de los estorninos, jardines petrificados o las neuronas activadas durante la formación de un recuerdo protagonizaron las imágenes seleccionadas en la 19 edición del certamen Fotciencia. Esta iniciativa de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que cuenta con la colaboración de la Fundación Jesús Serra, del Grupo Catalana Occidente, dedica modalidades específicas a la microfotografía, la agricultura sostenible, la alimentación y nutrición, el Año Cajal y la educación. Ciencia que entra por los ojos y despierta preguntas.

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