Gonzalo Lasheras: “Me mantiene activo no pensar que en la música te las sabes todas”

El productor, arreglista, compositor y guitarrista aragonés (Zaragoza, 1961) impartirá en el mes de septiembre en Zaragoza (del 19 al 23) el curso ‘De la canción de autor al hip hop’

El productor musical zaragozano Gonzalo Lasheras, en su estudio madrileño.
El productor musical zaragozano Gonzalo Lasheras, en su estudio madrileño.
Enrique Cidoncha

Gonzalo Lasheras ha diseñado el sonido de centenares de artistas de la escena nacional, desde Luis Eduardo Aute a Jorge Drexler, Kase.O, Duncan Dhu o Miguel Ríos, y a lo largo de su carrera ha trabajado con productores como Andy Wallace (Aerosmith, Nirvana) o Barry Sage (The Rolling Stones, New Order), entre otros. El próximo mes de septiembre (del 19 al 23) impartirá en el Centro de Historias de Zaragoza una formación en producción musical de la Fundación SGAE. El plazo de inscripción acaba el 15 de septiembre.

Vuelve a su ciudad natal para dar el curso ‘De la canción de autor al hip hop’. Este título resume su extenso trabajo con artistas de diversos géneros.

En estos tiempos nadie tiene muy claro, ni siquiera en la industria, qué es un productor. También se usa este término para denominar a un creador de bases de música electrónica o de hip hop. Mi papel es similar al de un director de cine que rueda una película en la que no ha escrito el guión, ni ha elegido a los actores. En el estudio de grabación no cantas, la música no la has hecho tú, pero pones a un equipo de personas a trabajar para conseguir el objetivo dentro de un presupuesto.

¿Cuál es la función principal de un productor?

Está ahí para decir lo que está bien y lo que está mal. Si te descuidas, al final solo se habla de lo que está mal. A mí me gusta dar una palmadita    de vez en cuando, porque si no es muy cargante. Un productor te puede decir diez veces en un día cosas que están mal, pero eso significa que ha habido 300 que probablemente se han hecho bien.

En su caso, además, la experiencia es un grado...

La verdad es que llevo muchos años produciendo música. No sé cuántos discos puede publicar un artista en su vida, ¿20? ¿30? Ha habido algún año en que he llegado a grabar esa cantidad. Actualmente he bajado un poco el ritmo y trabajo una media de ocho o diez álbumes de artistas distintos al año.

¿Es clave la destreza en el manejo de herramientas de software a la hora de producir?

Muchos cursos de producción que veo por ahí se centran demasiado en los equipos, en tal o cual programa. Hay infinidad de ellos. Para mí, realmente, lo más importante es cómo dirigir a los músicos, a los artistas, a los cantantes, e intentar obtener la mejor toma que puedas, sacar lo máximo de ellos. Luego hay aspectos más concretos sobre cómo dirigir una sesión de voz, por ejemplo.

¿Cuál es el principal objetivo de esta formación?

No se trata de enseñar a ser productores, sino de ofrecer las pautas para llevar a buen puerto un proyecto.

La autoproducción es una opción para muchos creadores...

Me llegan muchos proyectos de artistas que se autoproducen. Hoy en día es algo que está a tiro. Cualquiera puede tener en su casa, sin llegar a gastarse un montón de dinero, un sistema que realmente tiene posibilidades increíbles en cuanto a capacidad de grabación, número de pistas... La calidad ya es otro tema. El problema es que estas herramientas son tan poderosas que influyen a la hora de crear.

¿En qué sentido?

Realmente, lo de la inteligencia artificial hace tiempo que se está usando en la música. Puedes no cantar bien, desafinar, hacer una toma de voz mala... y yo la puedo afinar. Si un músico toca fuera de tiempo, se puede corregir sin problema. Para mí, eso ya forma parte de la inteligencia artificial, pero esas cosas condicionan. Hay quien a la hora de crear o a mezclar música busca en primer lugar las capacidades que ofrece el programa con el que está trabajando.

¿Se antepone la tecnología al modo tradicional de trabajar?

El proceso ha de centrarse más en la inspiración, y debe tener una dirección para saber qué se puede hacer con lo que se tiene. Si empiezas a probar esto y lo otro de un software, entras dentro de una aletoriedad que estará bien en general, pero son cosas que también hará cualquiera que tenga en casa ese programa. Muchas veces oigo discos en los que soy capaz de detectar procesos determinados hechos en el ordenador para conseguir lo que está sonando. Cuando grabas música en la primera fase, el sistema empleado ha de ser simplemente un grabador.

¿No le resulta complejo abordar géneros tan distintos en los discos de los artistas con los que trabaja?

En el fondo hay muchas similitudes en todos los artistas. Bueno, con Silvio Rodríguez no empleé ninguna de las técnicas que aprendí con Kase.O, porque fue anterior, pero si hoy en día tuviera que producir a Silvio, pues... quién sabe. Si tienes la actitud adecuada y estás atento, en cada proyecto aprendes cosas.

Con el zaragozano Kase.O se adentró en el hip hop...

Cuando empecé con Kase.O, de hip hop sabía muy poco. Tuve la enorme suerte de que él estaba a mi lado y sabe mucho de eso. Fue una colaboración bastante productiva para ambos.

El álbum ‘El círculo’ fue todo un éxito. ¿Se lo siguen recordando?

Hay veces que viene gente y me dice que quiere grabar un disco que suene como ‘El círculo’. Siempre digo que eso es muy sencillo: solo se necesita a Kase.O para hacerlo. Si no está él, será otra cosa. Escribe sobresalientemente, no he conocido a otro que lo haga así.

¿El talento es la clave?

Tengo un amigo, productor de AC/DC, al que muchos músicos le preguntan a menudo cómo hacer para que sus guitarras suenen como las del ‘Back is black’ o ‘Hghway to hell’. Siempre responde lo mismo: «Necesitas una Gibson SG, un amplificador Marshall y al guitarrista de AC/DC. Si no tienes una de esas tres cosas, no lo puedes hacer». Y es así.

¿Allana el camino contar con un buen compositor?

Con una buena letra tienes media batalla ganada. He trabajado con letristas muy buenos como Silvio, Aute, Drexler… pero a veces también llegan artistas que ni siquiera saben de música y traen una canción que te emociona. Es la magia de todo esto. Me mantiene activo no pensar que en la música te las sabes todas.

¿Es Aragón una tierra difícil para los músicos?

En esta Comunidad hay un talento descomunal. Tenemos artistas buenísimos en cualquier ciudad o pueblo. La cuestión es que es imposible vivir de esto en Aragón. El problema, desde hace siglos, es que esta tierra trata muy mal a sus talentos.

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