Nacho Royo: "Zaragoza es una ciudad de talento musical, y eso hay que provocarlo"

El promotor Nacho Royo (Zaragoza, 1964) lleva casi cuatro décadas organizando conciertos y es el artífice de la llegada a la capital aragonesa del festival Vive Latino.

Nacho Royo posa en una de las calles de su Zaragoza natal
Nacho Royo posa en una de las calles de su Zaragoza natal
Guillermo Mestre

El pasado mes estuvo en el Vive Latino de México, la matriz del festival zaragozano que volverá en septiembre. Son palabras mayores.

Es impresionante, una cita ineludible. Si llegamos a ser la mitad de la mitad alguna vez, ya sería estupendo. Allí reunieron a 80.000 personas el primer día y 85.000 el segundo. El Foro Sol contó con siete escenarios, aparte de otros espacios que se montaron. Y ya no es solo ver a a grupos como The Black Crowes, o Red Hot Chili Peppers; Kase.O tuvo un éxito tremendo, y a Leyva también le fue muy bien. Disfrutar del concepto global de este festival es increíble, una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida.

¿Cómo nace la idea de organizarlo a Aragón?

Viene de hace tiempo. Llevábamos unos nueve o diez años con la idea de traerlo. Pero para conseguirlo hacía falta que se involucrasen distintos actores, tanto instituciones como empresas privadas, tenía que ser un festival que abrazase la ciudad, porque si no era imposible. El espacio donde se organiza no es un lugar que se pueda rentar. Si no existiese una voluntad política de cederlo, no habría posibilidad. En definitiva, la ciudad tiene que ir al unísono. Si no, es prácticamente imposible. Tras varios años de intentos, no se alinearon los astros hasta justo el año antes de la pandemia. Por otro lado, fue complicado porque el Vive Latino lleva 25 años organizándose en México y eran reacios a salir, puesto que allí tienen muy bien instalada su marca. Costó convencerlos, pero al final se consiguió.

¿Está satisfecho con el resultado de la primera edición? ¿Cómo se presenta la de este año?

El año pasado nos desbordaron las previsiones, ya no tanto en cuanto a asistencia, que estuvo bien, sino en relación a cómo recibió la ciudad el festival y al ambiente que se vivió dentro del recinto de la Expo. Se creó una magia muy difícil de conseguir en el entretenimiento. Y este año tiene pinta de que va a ir muchísimo mejor. De momento, vamos muchísimo mejor de venta que el año pasado y hay muchísimas más ideas, conocemos ya el sitio, que es un ventaja, y estamos contentos y con ganas de perpetuarlo aquí el mayor tiempo posible. Siempre dependerá de las instituciones, o de cuestiones como que tampoco cambie la orografía del recinto. Hay que ir edición a edición, no se puede pensar a largo plazo. Por parte de mis socios mexicanos no hay ningún problema, la licencia para organizarlo es de cinco años más otros cinco renovables, y el Vive Latino se quiere quedar en Zaragoza.

Una cita como esta era un viejo anhelo de la ciudad.

Y no solo de la ciudad. También queremos ampliarlo a Aragón. Por eso organizamos el Vive Latino Snow Weekend en Panticosa y Formigal, con Loquillo y Carlos Sadness, y fue una experiencia increíble. Eso es lo que queremos hacer, movernos un poco y tratar de llevar artistas y el espíritu del Vive Latino a todos los rincones y que sea uno de los grandes festivales de la Comunidad.

"En la primera edición se creó una magia difícil de conseguir en el entretenimiento"

¿Qué artistas le gustaría que vinieran en los próximos años?

Hay artistas que no pueden por agenda, están tocando en otros sitios o resulta que en septiembre andan de gira por México o Estados Unidos. En muchos casos, es complicado. Por eso planteamos el cartel con tanta antelación, porque si te sitúas con tiempo, a partir de entonces se arma el esqueleto. Ahí es donde hay que estar un poco atentos y en cuanto termina el festival, al día siguiente, tienes que empezar a buscar nuevos artistas.

¿Contempla incluir nombres anglosajones en el futuro, como en la edición de México?

El Vive Latino nació con la idea de ser cultura musical iberoamericana. Estamos siguiendo esa misma línea, lo que ocurre también es que tiene como política no repetir artistas. El año pasado hubo 36, este año de nuevo 36 distintos, el año que viene otros tantos. En dos años habrán tocado 118 artistas de todo ámbito y de toda Latinoamérica y España. A partir del cuarto año, ya puedes empezar a repetir los del primer año, pero en este intermedio se deben incluir diferentes propuestas y es difícil. Pero el año pasado se consiguió, se está logrando este y todavía hay cantera para el que viene. La idea es aguantar en este sentido mostrando la esencia del Vive Latino. Aunque no estamos cerrados en absoluto. Con el paso de los años, muy probablemente, tendrán cabida. No obstante, de momento queremos preservar y mostrar música iberoamericana, rock en español.

En el festival tendrán cabida más bandas locales...

Eso hay que hacerlo. El año pasado ya hubo representación aragonesa con Amaral, Kase.O o Sho-Hai. Este año, lo que hemos decidido es contar con más artistas de Aragón, vamos a darles un 20% de escena y mostrar el talento de aquí, que lo hay a raudales, y vamos a animar también a las nuevas bandas que empiezan con ilusión. Ahora hay buena cantera, como también la había en épocas pasadas. De la escena local de Zaragoza han salido bandas y artistas como Radio Futura, Héroes del Silencio, Bunbury, Amaral, Violadores del Verso, Kase.O… La ciudad es fuente de talento y eso hay que provocarlo de alguna manera. Igual que se provocó con la sala En Bruto, creo que también se puede provocar con el Vive Latino. Se trata de seguir la misma línea, amoldándote a los tiempos.

"Hemos decidido contar con más artistas aragoneses y mostrar su talento"

Es profeta en su tierra. El pasado año le nombraron hijo predilecto de Zaragoza. Cuando abrió la sala En Bruto en 1986, ¿imaginaba que iba a llegar tan lejos en el mundo de la promoción de la música en directo?

No. Todo lo contrario. Cuando abría la En Bruto, los mismos que luego me han hecho hijo predilecto me la cerraban (ríe). Que mi ciudad reconozca mi trayectoria profesional es motivo de orgullo. La verdad es que lo recibí con mucho agradecimiento y con mucha ilusión porque este es un camino difícil. Al final, siempre estás un poco ‘outside’, incluso dentro de la cultura.

De algún modo, es responsable de la cultura musical de muchos zaragozanos que vivieron los conciertos que programó en la sala En Bruto, y otros que trajo a la capital aragonesa (The Rolling Stones, The Who, la gira de Héroes del Silencio en 2007 o los de Bunbury, de quien ha sido mánager durante más de veinte años)...

Eso es otro milagro. En referencia a En Bruto, que se cerró en 1997, no hay mejor premio que escuchar que en 2023 todavía se habla y se recuerda esta sala.

"La intención es que el Vive Latino sea uno de los grandes festivales de Aragón"

Allí estuvo a punto de tocar Nirvana, ¿o es una leyenda?

Es cierto. No lo publicitamos masivamente, aunque la cartelería llegó a ponerse en la calle. Estaba firmado, pero salió el disco ‘Nevermind’ y cancelaron todo. A partir de aquello, ya no tenía sentido traer una banda de ese calibre a una sala de 500 personas. Con los que sí que llegamos a tiempo fue con Green Day. Si hubieran empezado un poquito antes, no hubieran podido estar. Por eso reitero que tanto para casos así como para bandas de estadios o grandes artistas, debes estar muy pendiente y luego tener mucho contacto, y por supuesto, un buen currículum. Nadie llevaría más de 35 años en esto si no fuera profesional.

Green Day, Sonic Youth... y muchos otros. ¡Menudos conciertos!

Las bandas eran felices en la En Bruto. Era una época en la que tenían que promocionarse tocando en directo. Los videoclips valían un dineral inalcanzable y actuaban en una gran cantidad de lugares. Las giras de los grupos incluían muchas fechas y se tenían que mostrar en cada escenario del país si querían llegar a algún sitio. Eso ha cambiado.

¿Qué le falta a Zaragoza para albergar grandes conciertos y estar más presente en el calendario de las giras mundiales?

A Zaragoza no le faltan recintos, pero hay que tener en cuenta que cada vez más los artistas tienden a  acudir a tocar en los festivales en verano o a presentarse en solo un par de ciudades, hacer dos estadios grandes y que el público se desplace. Antes no, había mucha más actividad y ofrecían muchas más fechas. La globalización también ha llegado al mundo de la música. Si actúan en México, en EE. UU., Argentina, Ecuador, Colombia, en Europa… no tienen fechas posibles. Entonces, solo van a Madrid o Barcelona. Y si hay más opciones, tienes que estar listo para agarrarlos en mitad del camino. Además, si existe un apoyo institucional a la cultura, es más factible hacerlo.

El rock parece haber vuelto a las salas y tiene menos presencia en grandes estadios.

Así es, aunque Zaragoza ha sido siempre ciudad de rock. El festival Monsters of Rock, en la Feria de Muestras, o el concierto de Metallica en La Romareda (2004) funcionaron muy bien. Lo que ocurre es que la tendencia musical va por otros derroteros ahora mismo. Y es normal. También para nuestros padres el rock era entonces una cosa de melenudos. No lo entendían. Es lógico que a mí y a otros de mi generación nos empiece a costar entender los nuevos movimientos musicales: lo urbano, el reguetón, lo que va saliendo día a día... O estás totalmente atento o te has quedado atrás en dos meses. No sabes cómo es. Muchos artistas aparecen y desaparecen, hay otra forma de consumir la música... Es diferente, está cambiando, pero hay que acoplarse a eso también e intentar ser ecléctico en los carteles.

¿Eso se cumple también en la propuesta de este año?

De la misma manera que traemos a Los Fabulosos Cadillacs, que llenan estadios en Argentina; o a Loquillo, que es una gran estrella del rock, o a M-Clan, también le damos cancha a Sara Hebe, Julieta Venegas, al rap, al hip-hop... Todo cabe. Se trata de mezclar un poco diferentes estilos para que cumpla el propósito de ser el festival de la cultura musical iberoamericana más importante del mundo. Eso es el Vive Latino y eso es lo que queremos traer a Zaragoza.

¿Prevé que sea un éxito como el de la primera edición?

El Vive Latino de México lleva 25 años, nosotros uno. Nos hace falta crecer. Pero lo que pasó, tal y como estamos yendo, nos ha animado y este año seguro que va a ser un éxito superior al de 2022. Estoy totalmente convencido.

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