Enrique Llera (Laboratory of Garments): "Abro las puertas a todos los sentimientos"

El joven es uno de los diseñadores aragoneses más prometedores del momento con una firma que tira de lo urbano sin dejar de explorar ningún camino creativo.

El diseñador zaragozano Enrique Llera, de Laboratory of Garments.
El diseñador zaragozano Enrique Llera, de Laboratory of Garments.
Oliver Duch

No ha esperado Enrique Llera a acabar la carrera para presentar sus credenciales en el mundo de la moda. Con su marca Laboratory of Garments, el zaragozano tiene, a sus 26 años, un estilo ya muy reconocible sin que por ello renuncie a su derecho a cambiar y a explorar en un mundo, el del diseño, que llegó a su vida sin casi darse cuenta. Recuerda: "Me gustaban los raperos americanos, pero no tenía casi idea de moda: Versace no sabía ni lo que era. Cuando vi que para una de esas prendas no me llegaba, compraba camisetas blancas y las tuneaba con rotuladores. Ahora me doy cuenta de que ese fue mi primer contacto con la moda, pero entonces no pensaba que era así. Fue con los años cuando se me despierta el verdadero gusanillo, me pongo a ver desfiles... Aún así, empecé a estudiar marketing, pero me pasaba las clases dibujando...". Al final, pudo más la verdadera vocación y Enrique forma parte de la que es la primera promoción de los estudios de Diseño de Moda de la ESDA.

Acaba de terminar la carrera y ya parece tener estilo propio.Yo creo que mi estilo es el ‘street wear’ y lo ‘unisex’, aunque mi patronaje es para hombre y mujer. Hay más límites para que los patrones femeninos se los ponga un hombre, pero al revés es muy posible porque son prendas ‘oversize’. Cuando yo hago una ‘bomber’ me encantaría que la llevasen hombres y mujeres. 

¿Cuánto pesa en usted la parte comercial de sus diseños?A veces es algo que me quita el sueño. Si quiero comer, tengo que vender. Pero al final son diferentes líneas y etapas. Por ejemplo, las dos últimas colecciones que he presentado son más comerciales, y ahora estoy en un momento más experimental.

¿En qué sentido?Estoy trabajando en integrar materiales técnicos con otros más elegantes. Estoy dejando de lado el textil y decantándome por materiales de otros sectores como la construcción.

Póngame ejemplos.Estoy trabajando con tubos corrugados, cemento, metal, fibra de vidrio, espuma de poliuretano... Me gusta mucho descontextualizar. En esta etapa estoy colaborando con el escultor Jesús Gazol, que para mí es un referente.

¿Y los accesorios?De momento no es algo que trabaje, aunque no lo descarto, porque pienso mucho en ellos de cara a la pasarela.

¿Qué es para usted la pasarela?Me encanta. Es como el premio después de tantos meses de trabajo. Son solo siete minutos y cuando terminas es un bajón. Te dices: "Ya está". Pero el momento cuando sale el primer modelo, ¡uf!, es increíble.

El blanco y negro son ya su tarjeta de presentación.Todo el mundo me relaciona con el blanco y el negro, pero no me siento forzado a ello. Todos los artistas tenemos etapas. Ahora mismo por ejemplo estoy en una etapa un poco distinta, pero seguro que volverá el blanco y el negro.

¿Cuál es su proceso creativo?Como digo, experimentar. Ver las telas, los distintos materiales, tocarlos, abrirme a lo que surja incluso accidentalmente, me gusta el diseño de improvisación. Porque si te cierras a algo, mal. Siempre parece que hay que inspirarse en lo positivo, en el amor y cosas así. Pero a veces, cuando más me inspiro es cuando estoy en un agujero o depresivo, con ansiedad... O por el odio. A mí el odio me ha ayudado a crear y a superarme, abro las puertas a todos los sentimientos.

¿Se considera maduro para su edad?Mi filosofía es un poco vieja, aunque no lo aplico a la moda. Lo que no soy es fiestero. Soy social, me gusta hablar con todo el mundo, pero hace que no salgo de fiesta ni me acuerdo.

"Estoy dejando de lado el textil y decantándome por materiales de otros sectores como la construcción".

"A veces, cuando más me inspiro es cuando estoy en un agujero o depresivo, con ansiedad... O por el odio. A mí el odio me ha ayudado a crear y a superarme".

"No pienso en vender para hombre o mujer, pienso en vender".​

¿Eso se refleja en su moda? Aparecen por ahí desde bordados de la abuela a propuestas futuristas.Mi primera colección versó sobre el ‘op-art’, pero luego se me cruzó la posibilidad de participar en un concurso de la localidad gallega de Camariñas en el que el protagonista es el encaje. 

Vaya reto.Sí, porque pensaba que ese trabajo artesanal era como de mesa camilla, de mi abuela o de la ropa interior. Pero pensé: "¿Y si lo integro en ropa para hombre?". Las normas del certamen permitían quemar el encaje, romperlo, teñirlo, pero me daba respeto, porque el trabajo de las palilleras es increíble. Al final, hice una oda al negro a lo largo de los años, desde el tinte del palo campeche, que es de donde sale el color, hasta el ‘little black dress’ de Chanel o la influencia del movimiento de la música UK Drill, porque a mí la música me inspira mucho.

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