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"Causa de reumatismo" o "mujeres escoltadas": así fue la persecución a la minifalda en los años 60

El invento de Mary Quant, fallecida este jueves, fue tan exitoso como vilipendiado: en los 60 sufrió todo tipo de ataques, bulos y comentarios machistas.

Algunos de los artículos publicados en los años 60 en el HERALDO sobre la minifalda.
Algunos de los artículos publicados en los años 60 en el HERALDO sobre la minifalda.
Iban Santos

Este periódico fue solo uno de los muchos que en lo 60 dedicaron páginas y páginas, incluidas muchas portadas, a la minifalda, el invento de Mary Quant, fallecida este jueves. Las historias eran variadas: desde las más ligeras hasta las que referían vejaciones e injusticias contra las mujeres que se atrevían a lucirla. Casi todas son prueba fehaciente del lacerante machismo de la época.

Es el caso del artículo titulado ‘La minifalda resulta peligrosa en todo el mundo’, sobre cómo la Policía parisina de 67 "puso en guardia a las jovencitas sobre los peligros de llevar minifalda". El texto añade otros casos, como el de una milanesa que no fue admitida en un examen de conducir por el mismo motivo. La persecución llegó hasta un templo del conocimiento como la Universidad de Oxford, donde las estudiantes accedieron a no llevar minifalda durante los exámenes para no distraer a los alumnos masculinos. 

La cuestión puede parecer ahora risible, pero entonces fue serísima: las acusaciones de indecencia llegaron hasta los altos tribunales británicos. La chispa la desencadenó una joven de 18 años a la que se le negó la entrada en el hipódromo de Ascot por lucir minifalda. El asunto desató una guerra entre quienes defendían la libertad en el vestir y los que, incluso, llegaban a propugnar una regulación al respecto. Hubo hasta quien abogaba por que las mujeres que lucieran la prenda de Quant no fueran atendidas por los camareros.

En España, la hemeroteca del HERALDO nos descubre una crónica de cuando la minifalda llegó a la Gran Vía madrileña: "Discretamente escoltadas por un servicio de protección, las chicas (...) se convirtieron durante un buen rato en blanco de piropos, miradas, comentarios, chistes y bromas. Ya pueden imaginar ustedes el espectáculo de las faldicortas heroínas”, dice el periodista capitalino que, visionario, califica la "dichosa falda" de "moda pasajera”. Añade al respecto: “Había que ver las caras de los testigos y viandantes al contemplarla en figuras menos agraciadas”.

Las continuas invectivas tuvieron también su respuesta. A la portada de HERALDO asomaron por ejemplo las azafatas de la PanAmerican, que protestaron en las calles contra la orden prohibirles faldas cortas en el uniforme o las manifestaciones de la Sociedad Británica para la Defensa de la Democracia.

La obsesión con la minifalda llevó también a la creación de bulos. Uno llegó desde Argentina, donde un profesor llegó a decir que causaba reumatismo. Hubo también quien trató de hacer negocio, por ejemplo, diseñando joyas para lucir en las rodillas. Huelga decir que, al contrario que el diseño de Mary Quant, eso sí que fue pasajero.

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