'Masterchef Celebrity 6' da la sorpresa en el duelo final

El concurso de cocina de famosos echa el cierre a una edición marcada por Verónica Forqué y la relación, entre el amor y el humor somarda, del zaragozano Miki Nadal con el periodista deportivo Juanma Castaño.

Juanma Castaño y Miki Nadal, de enemigos a amigos en 'Masterchef Celebrity 6'.
Juanma Castaño y Miki Nadal, de enemigos a amigos en 'Masterchef Celebrity 6'.
RTVE

Dijo Miki Nadal que esta ha sido la edición de Verónica Forqué. Si algo ha demostrado el de Pedrola es que es más listo que el hambre. No es cuestión menor en un programa de cocina. Ha sido la salsa de todos los platos, con permiso de las estrafalarias salidas (nunca sabremos hasta qué punto impostadas) de la Forqué que hizo empalidecer precisamente a una compañera suya, la llamada a ser sujeto de todas las polémicas en esta sexta edición: Victoria Abril. Al final, la exchica Almodóvar se reveló en el concurso como una bambi con bastante buena mano para la cocina, a la que superaron los ritmos y exigencias del formato.

Mientras, conforme avanzaban las semanas, Nadal ha ido construyendo un cada vez más empastado dúo cómico con Juanma Castaño. Su sainete a lo Álvarez Quintero ha terminado con ambos en el duelo final. El periodista deportivo, a la primera. Nadal -que ha enseñado a España entera lo que es ser un auténtico somarda- en el segundo intento.

A las puertas se quedó la actriz Belén López, otra de las concursantes que, de media, ha cocinado mejor. Lo mismo que Carmina Barrios, otro de los descubrimientos del concurso, si bien ya se sabe que las señoras maduras en televisión, hasta cierto punto. Gloria bendita.

David Bustamante, que se perfiló durante el concurso como 'caballito ganador', fue esbafándose, víctima de su propia intensidad. Si hubiera una escala en los realities como la de Richter para los terremotos, el cantante alcanzaría un 9/10. Quedó el tercero, como en OT.

El programa final, como suele ocurrir edición tras edición, estuvo entre los más premiosos. Una vez se conocieron los duelistas, solo saber quién gana finalmente el programa le puede mantener a uno despierto a estas horas de un lunes. Otro de los problemas no resueltos del programa, pese a las repetidas promesas de TVE, la cadena pública, de adelantar el horario.

Y eso que esta vez el duelo llegaba con un morbo más allá de la competición en los fogones: el primer encuentro entre los padres de Castaño -la madre bien podría ir al próximo celebrity- y su novia, la también periodista deportiva Helena Condis.

Un paisano de Bustamante, Jesús Sánchez, del Cenador de Amós (sí, hay más gente en Cantabria además del cantante de OT y Miguel Ángel Revilla) fue el encargado de poner a los concursantes a prueba en la primera parte del programa. Los cuatro finalistas hubieron de replicar un plato del chef siguiendo sus pasos. La actriz y el cantante se perdieron casi a las primeras de cambio. Más templados se mostraron Nadal&Castaño. El locutor radiofónico logró el pase a la final con un estrambótico plato de carne y remolacha.

Los hermanos Roca y los vinos del Penedés protagonizaron el último publirreportaje. Perdón, prueba de exteriores. Curiosamente, en el idílico entorno de una bodega hasta Bustamante se mostró más relajado.

Finalmente fue Nadal el que logró la chaquetilla enamorando a todos con unas cigalas. Directo al duelo contra Castaño. Los que empezaron como enemigos han acabado siendo amigos... y rivales por el premio final. El cabezón y el triste, como los llama Carmina Barrios.

Nadal, vestido con un batín de boxeador, se presentó al duelo como Miki MañoXO, en referencia a sus orígenes y a su amigo y mentor en el mundo de la cocina: Dabid Muñoz, del restaurante DiverXo.

Antes del cocinado hubo momentos para la emotividad, con la hija de Miki, Carmen, su hermano y su cuñada. También se invocó a la Virgen del Pilar gracias a Verónica Forqué. No hay que olvidar que su padre era de Zaragoza.

Nadal quiso reflejar varias etapas de su vida: cocinó pasta, anguila con longaniza (un plato que hacía su abuela) y un helado de leche quemada. Castaño homenajeó a Asturias y a su familia: mucha sidra, presa ibérica, manzana asada, erizos de mar...

Los menús estuvieron muy bien argumentados. Hubo emoción hasta las lágrimas. Buen rollo.

Tanto... ¡que ganaron los dos! Como cantaría Bustamante, son dos hombres con un mismo destino. Enhorabuena, pero son las 2 de la madrugada. ¿No hay recena?

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