Caos electoral y nuevo conteo manual en El Salvador

La noche electoral no pudo empezar peor. El presidente Nayib Bukele se autoproclamó vencedor sin datos oficiales, una peligrosa forma de ningunear al TSE.

Salvadoreñas reclaman derechos tras las elecciones del pasado 4 de febrero
Salvadoreñas reclaman derechos tras las elecciones del pasado 4 de febrero
EFE

El 5 de octubre de 1988 se paró el conteo de votos durante unas horas en Chile. Augusto Pinochet no quería reconocer que había perdido el plebiscito y que sus días como dictador estaban contados. Presiones internacionales le conminaron a aceptar la derrota. El 7 de mayo de 1989, el general panameño Manuel Noriega decidió anular las elecciones presidenciales cuando iba perdiéndolas y ordenó apalear a los candidatos opositores ganadores. Meses después, Estados Unidos invadía Panamá y lo detenía después de provocar un gran derramamiento de sangre. El 25 de febrero de 1990 se silenciaron los resultados electorales durante horas en Nicaragua cuando los sandinistas tuvieron constancia de que perdían las elecciones presidenciales con claridad. A primera hora de la mañana del día siguiente, el presidente Daniel Ortega, acompañado de toda la plana mayor de su partido, admitió la derrota e hizo el mejor discurso de su vida.

Lo normal es que los procesos electorales sean agredidos por los perdedores. Ha ocurrido en múltiples ocasiones y, por desgracia, volverán a producirse situaciones parecidas. En cambio, lo inédito es que un triunfo apabullante del salvadoreño Nayib Bukele pueda ser visto como un gran fraude por culpa de la incapacidad del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de hacer medianamente bien su trabajo

La noche electoral no pudo empezar peor. El presidente Nayib Bukele se autoproclamó vencedor sin datos oficiales, una peligrosa forma de ningunear al TSE. En muchos colegios electorales no había empezado el conteo de votos que duró toda la noche. Se hicieron habituales las imágenes de representantes de las mesas electorales durmiendo en el suelo al no poder abandonar los colegios electorales por la imposibilidad de transmitir las actas electrónicamente.

La web del TSE llegó a mostrar un conteo de votos mayor al padrón electoral y registró actas que nos habían sido procesadas en los centros de votación. Ya de madrugada el TSE reconoció el rotundo fracaso y autorizo la emisión de actas manuales.

Hubo de pasar casi 24 horas desde el cierre de los colegios electorales para que el TSE admitiera que "pese a todos los esfuerzos institucionales realizados, no fue posible concluir de la manera esperada el escrutinio” sin dar explicaciones sobre los errores del proceso.

La presidenta, Dora Martínez de Barahona, confirmó que el sistema electrónico logró procesar 6.105 actas de la elección presidencial, un 70,25 del total mientras solo se recogieron datos de poco más del 5% de las actas de la elección legislativa. Y anunció que el TSE abrirá el 29% de las urnas de la elección presidencial y el 100% de la legislativa para contar todos los votos de forma manual, un proceso que puede durar semanas.

Candidatos de la oposición pidieron inmediatamente un informe sobre la cadena de custodia de las urnas electorales tras el cierre de los centros electorales y solicitaron al máximo organismo electoral que garantice el acceso a los medios de comunicación cuando se abran las urnas de forma manual.

El candidato presidencial a la reelección Nayib Bukele criticó con dureza a los medios de comunicación internacionales, especialmente a los españoles, durante su mitin de autoproclamación como presidente electo cuando apenas había datos oficiales ante decenas de miles de seguidores.

La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) emitió un comunicado con un registro de 173 restricciones al trabajo de los medios de comunicación durante la jornada electoral del domingo, con la mayor cantidad de casos ocurridos incluso antes de la apertura de los colegios electorales. En varios centros de votación se prohibió la entrada o se expulsó a periodistas acreditados ante TSE y se produjo otras agresiones como acoso digital y declaraciones estigmatizantes contra algunos periodistas.

“La prensa denunció durante toda la jornada la obstrucción a su trabajo por parte de autoridades de seguridad y fiscales. Tuvimos un diálogo con el TSE y se logró emitir un comunicado, pero el panorama continuó", expresó la presidenta de la APES, Angélica Cárcamo

Según los registros de la asociación de prensa, las principales agresiones y amenazas se produjeron en la capital y en varios departamentos orientales. Hubo un importante número de casos identificados en el centro de votación "donde Nayib Bukele emitió el sufragio".

Varios periodistas, a los que se les negó el uso de la palabra en las conferencias de prensa, fueron fotografiados y grabados cuando protestaron por considerar que no se respetaba el derecho a la información.

"Sabemos que ese escenario iba a suceder y queremos hacer un llamado a los periodistas. No vienen momentos fáciles, pero esta asociación seguirá trabajando por la libertad de expresión", aseguró Cárcamo.

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