desastres naturales

La ayuda internacional comienza a llegar a la ciudad libia de Derna tras el ciclón Daniel

La escasez de recursos ha obligado a los rescatistas y voluntarios a extraer a las víctimas de los escombros con utensilios domésticos y enterrarles en fosas comunes.

A general view of the flooded city of Derna, Libya, is seen Wednesday, Sept. 13, 2023. The rainwater that gushed down Derna's mountainside and into the city has killed thousands and left thousands more missing, washing entire neighborhoods out to sea. AP Photo/Muhammad J. Elalwany)
Vista de la ciudad de Derna, en Libia, una de las más afectadas por el ciclón Daniel.
Associated Press/LaPresse

La ayuda internacional comienza a llegar a Derna, la zona más afectada de la decena de ciudades del noreste de Libia golpeadas por el ciclón Daniel que dejó esté domingo al menos 6.872 muertos y más de 10.000 desaparecidos a su paso, según las cifras provisionales del gobierno del este, mientras las morgues colapsan ante la llegada incesante de cuerpos.

El jefe del Consejo Presidencial- que actúa de Jefatura de Estado- Mohamed al Manfi, declaró hoy que este es "un desastre que supera las capacidades de Libia" e insistió en la urgencia de la ayuda internacional, que comenzó a llegar progresivamente debido al difícil acceso a este valle rodeado de montañas, que quedo sumergido y aislado, sin electricidad ni telecomunicaciones.

Esta localidad costera, la cuarta más grande con 120.000 habitantes, era hasta ahora inaccesible por vía terrestre tras las lluvias torrenciales que hicieron colapsar dos presas, situadas a pocos kilómetros de las áreas habitadas, vertiendo 33 millones de litros de agua en el centro de esta localidad, que arrastraron hasta el mar barrios enteros y los cuatro puentes que atraviesan el río Derna.

El ministro de Aviación de este Ejecutivo, Hichem Chkiut, adelantó que es probable que el 25% de la ciudad haya desaparecido bajo el agua. Mientras tanto, más de 30.000 habitantes han sido desplazados sólo en Derna, reveló la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Uno de los motivos del rápido derrumbe de estos embalses podría ser, según los expertos, el mal estado de sus infraestructuras, la falta de medidas de seguridad así como la ausencia de mantenimiento.

El Gobierno de Bengasi (este) declaró en un comunicado que la presa de Wadi Jazah, situada entre Derna y Bengasi, está "bajo control" y al 6% de su capacidad aunque los equipos técnicos instalaron nuevas bombas hidráulicas para aliviar la presión.

Horas antes, las autoridades de los tres municipios situados en las inmediaciones alertaron de su posible colapso tras comprobar varias fisuras y pidieron a su población abandonar el lugar ante el temor a repetir una nueva catástrofe.

Pese a la urgencia de esta situación, las autoridades enfrentadas del este y oeste del país no han logrado coordinar una estrategia conjunta, lo que algunos analistas califican de "gestión caótica", aunque ambas pidieron este lunes por separado ayuda humanitaria y declararon tres días de luto nacional.

Sin embargo, el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), basado en Trípoli (oeste) y reconocido por la comunidad internacional, envió a la zona del este un avión con 14 toneladas de suministros y cerca de un centenar de miembros de personal médico.

Además, el Consejo de Ministros aprobó este martes un presupuesto de 384 millones de euros para la reconstrucción de Bengasi y Derna y 96 millones de euros destinados a los damnificados en las áreas declaradas siniestradas de Derna, Bengasi, Al Bayda, Al Marj y Soussa.

En las imágenes difundidas en redes sociales se muestra algunos hospitales como el de la localidad vecina de Shiha, donde varios cientos de cuerpos se amontonan en el patio exterior a falta de espacio en la morgue.

La escasez de recursos ha obligado a los rescatistas y voluntarios a extraer a las víctimas de los escombros con utensilios domésticos y enterrarles en fosas comunes en el cementerio de Martouba, a una veintena de kilómetros de distancia.

Estas son las peores inundaciones que ha sufrido el país en las últimas cuatro décadas, con lluvias torrenciales de entre 150 y 240 mm y fuertes vientos que alcanzaron los 80 kilómetros por hora e hicieron desplomarse torres de electricidad, reveló el informe del Centro Meteorológico Nacional Libio.

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