gastronomía
El mejor ternasco asado tradicional de Zaragoza se come en un restaurante que es como un 'museo'
Por segundo año consecutivo este premio del Mes del Ternasco se instala en un establecimiento del centro de la capital aragonesa.
Esta semana se entregaron los premios del Mejor Ternasco Asado. El Mesón de la Dolores de Calatayud recibió el premio al mejor plato tradicional, mientras que Fonda Alcalá fue distinguido con el galardón de no tradicional. Junto a ellos, más de una treintena de menciones y premiados en las tres provincias.
Por segundo año consecutivo el premio de Mejor Ternasco Asado Tradicional de la provincia de Zaragoza fue para El Fuelle. Este restaurante de la calle Mayor de la capital aragonesa –en el tramo de San Vicente de Paúl a la plaza de la Magdalena- es una cápsula del tiempo.
En la mayoría de las paredes se encuentran antigüedades y curiosos objetos que forman parte de la esencia de este establecimiento. Bicicletas, escudos, aparejos del campo, fotografías antiguas, el cubierto que utilizó el rey Felipe VI –cuando estuvo en la Academia General Militar de Zaragoza y todavía era Príncipe de Asturias- o la plaza que reconoce sus logros en la cocina con sus recetas de ternasco y que lucen con orgullo.
Además de este plato tan tradicional se pueden probar migas elaboradas con la receta de siempre, morloncho –morcilla, longaniza y chorizo a la brasa-, patatas asadas con su "salsa peligrosa", ensaladas clásicas y, de postre, melocotón con vino.
Es un lugar recomendado a los turistas por taxistas y personal de hoteles que abrió sus puertas en 1986, solo hace falta ver las puertas cualquier día. De esa fecha data también su horno, clave para el cocinado de los asados. Lo consideran "una joya". A pesar de que su cocinero lo aprecie como "una maravilla", no es fácil de usar, ya que al inicio del servicio empieza fuerte y conforme pasa el tiempo, baja la temperatura.
"Cariño, tiempo, dedicación y un buen producto" son las claves que reveló Aitor Mercado, su cocinero, a HERALDO hace unos meses. Ese "cariño" se traduce en dos horas y media del jarrete a fuego medio, con cebolla y zanahoria, que culmina con un golpe fuerte. Además de jarretes, también ofrecen otros cortes, como costillas.
