El 'hot pot' más auténtico de China desembarca en Zaragoza
El responsable de esta inversión es Jian Yong Guo, el empresario chino que ha traído la marca a España a través de la compañía Dragón Taste.
Un trocito de la China más auténtica acaba de llegar a Zaragoza. Se llama Xiaolongkan y es mucho más que un restaurante chino. Se ubica en la calle Francisco de Vitoria, 26, en el mismo establecimiento donde hace 25 años dio sus primeros pasos el restaurante japonés Sakura.
Para hacerse una idea de la importancia de este proyecto tan solo hay que fijarse en el detalle de que todos los materiales se han traído de China. Se intenta ofrecer una imagen más vinculada al pasado que al presente o el futuro. Las tradiciones de la cultura de este país se reflejan en los faroles, los dibujos y grabados, la madera o las mesas.
La apariencia de todo es de ser muy auténtico e impresiona desde la puerta de entrada, donde el colorido de las luces impacta antes de cruzarla. Lo siguiente que llega es el aroma de las ollas humeantes. En todas las mesas hay un hueco para colocarlas sobre una vitrocerámica que calienta el contenido.
El responsable de esta inversión es Jian Yong Guo, el empresario chino que ha traído la marca a España a través de la compañía Dragón Taste. El primer establecimiento Xiaolongkan se abrió en Madrid hace tres años y el de Zaragoza es el segundo. Muy pronto llegarán Oviedo, Málaga y Barcelona. En total, hay 800 restaurantes en todo el mundo.
Todos los materiales -madera, mármol, piedra y ladrillos, faroles, cuadros…- han llegado desde China y al tocarlos se nota que son auténticos, que se ha invertido mucho dinero. El local es muy grande y tiene capacidad para alrededor de 150 personas.
“Queremos que los clientes que entran se sientan como en China, tanto a la hora de comer, como en la decoración o en el ambiente”, comenta Yu Liu, encargada del local zaragozano. Ella está muy contenta de la respuesta del público tras la apertura la última semana de noviembre. “La gente tiene ganas de probar cosas nuevas, y el 'hot pot' sin duda lo es”.
Yu Liu explica que es una comida “muy social”, ya que se trata de compartir a la mesa una misma olla con caldos hirviendo donde se cocinan todo tipo de ingredientes: verduras, carne, casquería, pescado, marisco, pasta… “Es como las barbacoas o las parrilladas de los domingos que se hacen en España -prosigue- , el ´hot pot` tiene el mismo sentido, compartir en familia o entre amigos alrededor de la mesa”.
En la cultura gastronómica china se elaboran muchos caldos diferentes, pero por simplificarlo bastante, la encargada del local explica que “nos hemos centrado en tres: de setas, tomate y picante”. Para este último se ofrecen cuatro intensidades.
A la hora de comer el 'hot pot`', Yu Liu comenta que lo más habitual es empezar por la casquería, la carne y el marisco. A continuación, es el turno para las verduras “para refrescar un poco el paladar” y se termina por la pasta. “Al final de la comida los tallarines, por ejemplo, recogen mucho mejor el sabor del caldo”, que también se recomienda probarlo al inicio y el colofón de la degustación. Eso sí, el de setas, que es el más neutro.
El precio medio de la experiencia está entre 25 y 30 euros, y es recomendable vivirla entre cuatro u ocho personas. Las mesas están pensadas para este tipo de grupos, aunque también hay alguna más grande.
