dónde comer en el pirineo
Restaurantes con vistas en el Pirineo: del valle de Benasque a Broto
Además de comer de maravilla en ellos, poder levantar la mirada y deleitarse con el paisaje es una gozada añadida.
Con el verano en pleno esplendor y el repunte de la covid-19, los negocios de hostelería vuelven a verse obligados a la reinvención o los reajustes. En estos momentos resulta fundamental contar con espacios al aire libre para la clientela, en caso de no poder garantizar la debida circulación del aire en interiores. Obviamente, si esos espacios privilegiados están en el Pirineo, con vistas espectaculares, mejor que mejor. Dentro de la excelente oferta gastronómica de los valles pirenaicos hay algunos establecimientos que no solamente destacan por la calidad de su cocina, sino que también cuentan con regalos para los ojos en forma de paisajes. En el Sobrarbe, desde el valle de Broto, hay unos cuantos, y lo mismo ocurre en la Ribagorza. Aquí van cinco de ellos:
El Balcón del Pirineo para comer en Buesa
En Buesa, a apenas dos kilómetros de Broto, está El Balcón del Pirineo. El nombre de este hotel y restaurante ya da una pista de lo que puede disfrutarse en sus instalaciones: un valle verde y frondoso que se pierde en el horizonte, con el río Ara cortándolo por el centro. La calidad de las carnes en el establecimiento es muy conocida en la zona, y tampoco hay que perderse los exquisitos entrantes y los postres caseros
Kanguro Truchero para comer en Bielsa
A las afueras de Bielsa, en la orilla del embalse de Pineta, está la antigua Cabaña Australiana, fundada hace medio siglo por Elizabeth Ferguson. Ahí se maneja la cocina fusión, cuidada y con un punto informal, junto a platos más convencionales y especialidades veganas. Está en plena naturaleza, muy cercano también a la carretera que entra en el valle de Pineta, no es caro y la experiencia vale la pena.
Posada de Silván en Tella
En el bonito pueblo de Tella, conocido por el dolmen que figura a su entrada desde Lafortunada, se levanta este negocio familiar que abrieron hace cuatro años las primas Lourdes, Elena y Bely Sesé. Productos de la zona tratados con mimo, exquisiteces de pueblos cercanos a la venta (desde quesos de Saravillo a mermelada de Javierre) y maravillosas vistas en un amplio ángulo, que incluyen la ruta de las ermitas.
Restaurante La Llardana en Benasque
En Benasque hay mucho nivel en los fogones. Con el permiso del Fogaril, dentro del hotel Ciria, y el Ansils, cerrado puntualmente en estos días, es conveniente acercarse a La Llardana. Su terraza voladiza es un formato poco habitual en la zona, que permite disfrutar del paisaje a resguardo. Destacan las carnes a la brasa del Valle, asados, pucheros, pescados y mariscos frescos, además de la cocina de temporada.
Restaurante Casa Javier en Bisaurri
En un antiguo pajar reconvertido en comedor se ubica el restaurante de Casa Javier, que suma la oferta culinaria a su propuesta de hospedaje en Bisaurri. Son devotos del ‘slow food’ y los productos de kilómetro cero, y cuentan con dos terrazas para sumar las vistas a su excelente cocina. El trinxat de col con níscalos y gambas tiene mucho éxito, y para postre destaca el sorbete de mandarina con chocolate fundido de Benabarre.