Vivienda
¿Pueden las comunidades de propietarios prohibir los pisos turísticos en Aragón?
Dos sentencias del Tribunal Supremo en Oviedo y San Sebastián avalaban el veto a los apartamentos turísticos.
Los vecinos del edificio La jirafa Élite, en Oviedo, han conseguido que cese la actividad de dos pisos turísticos en su bloque. En el eterno debate sobre este tipo de vivienda aparece ahora un aspecto fundamental: el Tribunal Supremo ha avalado el veto de estos apartamentos en dos sentencias, una en San Sebastián y otra en la citada ciudad de Asturias.
Este veto fue celebrado por las comunidades de vecinos, que no ven con buenos ojos estas viviendas turísticas. En Aragón, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay alrededor de 3.800 inmuebles de este tipo, una gran parte de ellos en Huesca, en la zona del Pirineo. Germán Pardiñas, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón, incide en que estas sentencias tienen aspectos relevantes que los presidentes de las comunidades de propietarios deben conocer.
"Con anterioridad a estas sentencias, se podía limitar el uso de los pisos turísticos, pero no prohibir", explica Pardiñas, gracias a la Ley de Propiedad Horizontal. Y, para ello, se necesitaba la aprobación de las tres quintas partes de la comunidad de propietarios que lo solicitase. Existe la opción de restringirla del todo, pero alcanzando la unanimidad, aspecto bastante improbable teniendo en cuenta que, en la inmensa mayoría de casos, el propietario de uno de estos pisos no votaría a favor.
La peculiaridad en estas dos últimas sentencias reside, principalmente, en que el Tribunal Supremo considera que el alquiler de viviendas para uso turístico es una actividad económica. Así, si en los estatutos de la comunidad de vecinos se recoge que se pueden vetar los pisos destinados a una actividad económica, se podrían prohibir los alquileres de alojamientos turísticos.
La Sala subraya, a la vista de la legislación sectorial turística de la Comunidad Autónoma y las ordenanzas municipales aplicables, "la condición de actividad económica de la actividad de alquiler de las viviendas que se ofrezcan o comercialicen como alojamiento por motivos turísticos o vacacionales, y que son cedidas temporalmente por la persona propietaria, explotadora o gestora y comercializadas directamente por ella misma o indirectamente, a terceros, de forma reiterada o habitual y a cambio de contraprestación económica".
Añade, además, que "el que el desempeño de esa actividad comporte una serie de requisitos y condiciones, incluidos los de funcionamiento, implica la prestación de una serie de servicios y la asunción de determinados deberes inherentes a la comercialización de las viviendas para uso turístico que determinan que la actividad y la prestación del servicio turístico se desarrolle en la propia vivienda".
"En resumen, estas sentencias ponen de relieve que las actividades de alquiler de apartamentos turísticos pueden prohibirse por unanimidad siempre y cuando se marque en los estatutos de la comunidad que las destinadas a una actividad económica están vetadas, o en aquellas que ya estuviera vetado con anterioridad", añade Germán Pardiñas. Por el momento, en Aragón no se han registrado cambios a este respecto, pero el presidente de los Administradores de Fincas expresa que "cuando los propietarios se enteren, seguramente tomarán medidas".
La cantidad de alojamientos turísticos que se reparten por todo el territorio aragonés es "pequeña" en comparación con otras comunidades autónomas, pero sigue en aumento tanto en las zonas cercanas al Pirineo como en Zaragoza, donde se han cuadriplicado en tan solo cinco años. "Cuando se concentran, es un caos", reconoce Germán Pardiñas.
"Causan muchos problemas en las comunidades de propietarios"
Para los administradores de fincas, estas sentencias son "algo positivo". "Establece las reglas los alojamientos turísticos están causando muchos problemas en las comunidades de propietarios", explica Pardiñas. Principalmente, los vecinos no ven con buenos ojos que alguien ajeno a la comunidad pase unos días en un inmueble. "Es un abuso indiscriminado, con problemas de comportamiento, utilizan los ascensores... Hay gente de fuera del inmueble por un periodo corto que puede generar esa inquietud y molestias de ruidos. Vienen aquí temporalmente, a pasarlo bien, y puede que tengan circunstancias diferentes a los que ya viven en el edificio, como horarios diferentes", añade Pardiñas.
