El Amorebieta, el ‘mejor’ rival posible para tratar de evitar otra crisis en el Real Zaragoza

El Real Zaragoza, que camina desde hace tres jornadas por el alambre que circunda una nueva crisis de entrenador, vestuario y despachos ejecutivos, afrontará dentro de 48 horas en La Romareda un partido clave para escapar de ese riesgo, al menos momentáneamente. El rival, el Amorebieta, es el último clasificado de la liga de Segunda División. En la hipótesis de que se pudiera elegir adversario para jugarse algo tan importante, cualquier equipo en apuros o inmerso en una fase de dudas y nervios elegiría, sin duda, al peor de la categoría. Y ese, hoy y desde hace ya un mes y medio, es el cuadro vizcaíno.

El Amorebieta es el colista, el último en la tabla, con solo 21 puntos. Está a 11 de la línea de salvación, que marcan en estos momentos el Cartagena y el Albacete con 31. Una distancia que empieza a otorgar a los vascos la condición de cercanos al desahucio.

Además, su pasaporte en esta liga 23-24 recoge el peor de los balances de toda la división en el papel de visitante. Es el único de los 22 clubes de Segunda que no ha ganado un partido fuera de su campo. Su récord parcial es devastador para ellos: de 13 partidos disputados a domicilio ha perdido 9 y, lo más que ha logrado en positivo, son 4 empates.

En este calvario que vive el Amorebieta desde agosto cada vez que ha de viajar a otros estadios, el balance goleador también evidencia que sus síntomas anuncian un colapso y que, de no mediar una rápida y efectiva reacción histórica, su destino es el descenso a Primera RFEF. En sus 13 partidos como visitante solo ha marcado 8 goles mientras que, en sentido contrario, ha encajado 25. Un diferencial de -17 en la productividad goleadora que habla –a gritos– de enormes carencias en sus prestaciones como equipo.

Los cuatro empates, que constituyen su mejor botin lejos de Lezama, campo propio postizo que utilizan (es la Ciudad Deportiva del Athletic Club de Bilbao) pues el suyo, Urritxe, no es apto para La Liga profesional, los consiguieron en Albacete (2-2), Gijón (1-1), Oviedo (1-1) y Huesca (0-0). Del primero, en campo manchego, hace un mundo, pues fue en los albores de la temporada, aún en agosto. Pero los otros tres son recientes, ya después del parón de Navidad. Esto es un aviso para el Zaragoza: este torpe Amorebieta está siendo algo más consistente últimamente de lo que lo fue en el primer cuatrimestre del torneo.

En el formato de sus 9 derrotas hay de todo. Tres veces cayeron por un solo gol, en partidos cerrados donde un error los condenó: el 1-0 se dio en Santander, en Ferrol y, hace 20 días, en Cartagena. También plantaron cara para acabar cediendo la victoria por un mínimo 2-1 en su viaje a Valladolid. Y, de igual modo, en un partido extraño al inicio del curso, perdieron 3-2 en Barcelona con el Espanyol, que les remontó un sorprendente 0-2 en la segunda parte.

En el lado opuesto de la horquilla, el Amorebieta tiene el dudoso honor de haber recibido la mayor goleada de esta campaña –y de la última década–, un 6-0 que les endosó el líder Leganés en la tarde más aciaga de los vascos. Completan su repertorio negro las derrotas por 2-0 en Elda y por el 3-1 en Villarreal ante el B.

Siendo puristas, sí hay un triunfo a domicilio de los azules: fue el 0-1 con el que eliminaron al Levante en el Ciutat de Valencia en la primera ronda de la Copa del Rey. Eso sí, ese fue un partido con alineaciones inusuales, llenas de suplentes, como es norma en esa segunda competición. Una rareza.