El entrenador del Casademont Zaragoza, Porfirio Fisac, en el pabellón Príncipe Felipe.
El entrenador del Casademont Zaragoza, Porfirio Fisac, en el pabellón Príncipe Felipe.
Toni Galán

El Casademont ha protagonizado una sorprendente involución en su juego. Y ahora es un bloque frágil, timorato, con importantes desequilibrios en las labores de contención, tal y como han retratado sus dos últimos compromisos: claudicó con amplitud ante el Barcelona, el pasado domingo, en la vigésimo tercera jornada de Liga Endesa (109-68); y sufrió un oprobio inesperado el miércoles, en el pabellón Príncipe Felipe, frente al Chemnitz germano (64-98), en el primer asalto de los cuartos de final de la FIBA Europe Cup. 

Dos actuaciones desalentadoras, muy deficientes, que han generado un profundo malestar entre sus propios aficionados, al margen de haber acentuado el debate sobre la verdadera solvencia de la plantilla –a todas luces descompensada–.

En este contexto, el Gran Canaria no parece el rival más propicio para iniciar la reacción. Al contrario, el equipo insular ha conquistado el triunfo en ocho de sus últimos 10 encuentros, lo que le ha catapultado a la cuarta posición de la tabla. Inició su exitosa secuencia de resultados ante el Bilbao Basket (83-75), el 16 de diciembre, en la decimosexta jornada, y posteriormente doblegó al Andorra (77-98), al Río Breogán (86-60) y al Valencia Basket (79-86).

Tras caer después en Málaga, frente al Unicaja –segundo clasificado–, en un duelo que compitió hasta el final (80-77), el Gran Canaria se impuso al UCAM Murcia (91-80), al Real Madrid (100-77) y al Obradoiro (72-81). Luego cayó en Palencia, en la cancha del colista (82-58), pero reaccionó el pasado fin de semana con un convincente triunfo ante el Baskonia (98-80).

Se trata, además, de un bloque especialmente fiable en su feudo, donde ha obtenido la victoria en 10 de sus 12 compromisos. Al abrigo de su afición, el Gran Canaria solamente dobló la rodilla contra el Barcelona (73-83), en la cuarta jornada, y luego en el derbi contra el Lenovo Tenerife (82-94), en la undécima etapa del calendario.

Eso sí, este sábado acude herido al careo, después de haber entregado esta misma semana la corona de la Eurocup. Fue el pasado miércoles, cuando la derrota ante el Besiktas turco, en la ronda de los octavos de final (78-80) –disputada a partido único–, conllevó su eliminación del torneo.

Happ y Brussino, las grandes amenazas

En la pintura, Ethan Happ es el mejor argumento de los insulares, con unos registros de 15,3 créditos de valoración por encuentro. El pívot factura 12,3 puntos, 5,3 rebotes y 1,9 asistencias por partido en 19 minutos de juego. En la línea exterior, su jugador más fiable atiende a Nico Brussino, exjugador de los zaragozanos, quien alcanza las 14,7 unidades de nota general (12,8 tantos, 4,7 capturas y 2,1 pases de canasta por encuentro).

Por su parte, el Casademont recupera a Rati Andronikashvili, que ya tuvo minutos el miércoles frente al Chemnitz, pero no podrá alinear a Mark Smith ni a Yoanki Mencía, ambos por lesión. El escolta es el máximo anotador de los zaragozanos (13,5 puntos por duelo), mientras que el ala-pívot había dado un importante paso adelante en las últimas semanas.

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