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La herida más grave en el accidente de bus de Mallorca: "Me siento totalmente abandonada por el Imserso"

Emilia López fue operada para reconstruirle un brazo, pero sigue en un hospital con triple fractura de pelvis a la espera de su traslado a Zaragoza.

Fotos accidente de Mallorca Emilia López, victima, junto a sus hijas María y Andrea Cabello 15_03_2024 Foto familia Cabello López [[[HA EXTERNOS]]]
Emilia López, arropada por sus hijas, este viernes, en el hospital balear donde sigue ingresada

La zaragozana Emilia López (67 años) y su marido, Ignacio Cabello (69), no habían contratado nunca una escapada con el Imserso. Y su primera experiencia ha resultado verdaderamente traumática. El matrimonio viajaba junto a otra veintena de aragoneses en el autobús que el pasado lunes, 11 de marzo, volcó en Mallorca tras salirse de la carretera y precipitarse por una pendiente. Emilia fue la herida más grave, lo que obligó a trasladarla en helicóptero en estado crítico al Hospital Son Espases de la capital balear, donde continúa ingresada

Su vida está fuera de peligro, pero la paciente ha tenido que pasar por el quirófano para que le reconstruyeran el brazo izquierdo y tiene una triple fractura de pelvis que no le permite ni siquiera incorporarse. Los médicos ya le han anunciado que su recuperación durará "bastantes meses" y todavía no sabe si podrá recuperar la movilidad de la mano. Sin embargo, no son las heridas lo que más le duele. “Mis hijas y yo nos sentimos absolutamente solas y olvidadas por el Imserso”, confiesa en una conversación con HERALDO.

Madre de dos hijas y abuela de dos nietos, lo que no le ha faltado ni a Emilia ni a su marido ha sido el apoyo de la familia. “Fue mi padre quien me llamó desde el lugar del accidente. Estaba tan en shock que solo pudo decirme que se habían salido de la carretera. Acto seguido, me pasó a una psicóloga. Supongo que esta quería tranquilizarme, porque solo me contó que mi madre se había hecho daño en un brazo y se la llevaban en ambulancia”, recuerda María, hija mayor del matrimonio. Preocupada, empezó a llamar a los hospitales de la isla hasta que consiguió que le dijeran dónde habían ingresado a su madre.

“Me explicaron que la habían trasladado en helicóptero. Y eso me asustó todavía más, porque pregunté qué tenía y me contestaron que no me podían decir nada. Fue muy angustioso. Yo estaba en Zaragoza y no sabía si mi madre se estaba muriendo”, cuenta la hija de Emilia. María no se lo pensó dos veces, tras hablar con su hermana Andrea, que vive en Málaga, se preparó una mochila “con lo imprescindible” y se fue a Barcelona para coger el primer vuelo

Cuando llegó a Palma de Mallorca por la noche, Emilia todavía seguía en un box del hospital. “Mi madre es una mujer más serena, pero yo rompí a llorar. Me contaron lo del brazo, lo de la pelvis… Estaba hecha un cromo. Pero solo de ver que estaba viva me pareció todo poca cosa”, asegura. Sin embargo, las lesiones revestían bastante gravedad y en las radiografías se vio que la paciente tenía el húmero “hecho añicos”. “La operaron el miércoles y le colocaron una placa enorme. Hubo que hacerle injertos y parece que tiene afecciones en los nervios. Todavía no pueden decirnos si podrá recuperar toda la movilidad de la mano izquierda”, explica María, agradecida con el trabajo de los sanitarios.

Sin fecha para el traslado a Zaragoza

Lo que más lamenta la familia Cabello López es la “despreocupación” del Imserso y de las compañías de seguros. “Cuando tendríamos que estar focalizadas en atender a mi madre, que no se vale por sí sola, nos estamos viendo obligadas a dedicar muchas horas a llamar por teléfono a todo el mundo, porque nadie ha venido aquí al hospital a ofrecernos ayuda”, critican las hermanas. La primera contingencia a la que tuvieron que hacer frente fue el alojamiento. “Después de mucho preguntar, conseguimos saber gracias a la Guardia Civil cuál era el seguro del autobús. Pero nos reservaron solo dos noches de hotel, así que hubo que volver a pelear para que nos prolongaran la estancia. Porque esto no van a ser dos días”, apuntan.

Sus esfuerzos se centran ahora en intentar saber cómo y cuándo se va trasladar a Emilia a Zaragoza, ya que les han dicho que la triple fractura de pelvis “no se soluciona con otra operación, sino con mucho reposo”. “Si fuera el hijo de un político, ya estaría todo organizado. Pero como es mi madre, aquí nos tienen, sin saber nada. Si estuviéramos en casa sería todo más fácil”, se queja María. Reconoce haber recibido llamadas tanto de un representante de la DGA como de la Delegación del Gobierno de España en Aragón. “Fueron estos últimos quienes por lo menos nos dieron el contacto de una representante del Imserso aquí el Mallorca. Pero echamos en falta más interés. Porque nos sentimos muy solas”, insisten.

El esposo de Emilia se está sometiendo a un tratamiento de quimioterapia, razón por la que regresó en avión a la capital aragonesa el miércoles con el resto de compañeros del viaje. “Así que estamos pendientes de mi madre y también de él”, indican.

No son las primeras en quejarse de la respuesta del Imserso tras el accidente de Mallorca. La hija de otra de las aragonesas que precisaron asistencia hospitalaria aseguraba en el aeropuerto de Garrapinillos que tampoco había recibido “ni una sola llamada”. “No me parece normal, tratándose de personas mayores que en una situación así se sienten siempre más desvalidas”, decía. Razones todas estas que podrían terminar impulsando la creación de una plataforma de afectados.

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