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Crimen del mendigo en Zaragoza: "Alardear de que lo golpearon pudo ser una bravuconada"

La abogada defensora mantiene que no hay pruebas de que dos indigentes mataran a otro, mientras que la Fiscalía solicita que sean procesados por asesinato. 

Asentamiento en el que vivía el indigente fallecido.
Asentamiento en el que vivía el indigente fallecido.
José Miguel Marco

La Fiscalía no tiene ninguna duda: Florentin L. D., de 57 años, y Georgica D., de 51, deben ser imputados por el asesinato con alevosía de Florin T., de 56, fallecido el pasado 8 de enero dos días después de recibir una salvaje paliza debajo de la pasarela peatonal junto a la desembocadura del río Huerva de Zaragoza. 

La convicción del Ministerio Público proviene de las declaraciones de personas conocidas de los tres protagonistas de esta historia, las cuales contaron a la Policía que Florentín presumió delante de alguna de ellas de haberle pateado la cabeza y que Georgica dijo que él le dio dos "fuertes golpes" con la mano abierta en la cabeza, pero que no le quiso pegarle con el puño cerrado por "miedo a matarlo".  

Sin embargo, para la abogada defensora de los dos detenidos, Rocío Notivoli, esas afirmaciones no tienen ningún valor probatorio y son meros testigos de referencia que dicen que tanto uno como otro han dicho haber agredido al fallecido. A su juicio, son declaraciones vertidas por personas que pudieran tener algún tipo de animadversión contra los dos arrestados y que deben ser analizadas de manera rigurosa para constituir una acusación por asesinato. 

"Las manifestaciones que dicen que hicieron mis representados pudieron constituir una mera bravuconada o un alarde de poner paz en el lugar de chabolas donde donde habitaban ", explicó este miércoles la letrada, que añadió que el tristemente fallecido era conocido por su agresividad y por haber agredido a otras personas en la zona. 

Así lo expuso la abogada ante el juez del caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 1, José Ignacio Esteban, quien había convocado a las partes para concretar la imputación a los detenidos como prevé la Ley del Jurado. Mientras para la fiscal está claro que los hechos pueden constituir un delito de asesinato y se debe tomar de nuevo declaración a los testigos que escucharon a los sospechosos, para Rocío Notivoli el caso debe ser sobreseído y no hay más pruebas que practicar. 

La agresión se produjo poco antes de las 22.00 del 5 de enero. Según concluyó la Policía, Florentin L. D. y Georgica D. discutieron por causas no determinadas con Florin T., a quien conocían porque todos compartían el espacio de chabolas situado bajo la pasarela y el puente del Huerva y también el albergue municipal. 

Los dos varones golpearon a la víctima con puñetazos y patadas, especialmente en la cabeza, sin que tuviera posibilidad de defenderse. Las lesiones lo dejaron en muy mal estado y permaneció en la zona sin recibir asistencia médica. No fue hasta casi 30 horas después, sobre las 4.45  del 7 de enero, cuando dos viandantes lo encontraron tirado en el suelo en el paseo de Echegaray y Caballero, junto a la gasolinera. 

Estos dos ciudadanos avisaron a la Policía, que movilizó una ambulancia que lo trasladó a la uci del Hospital Clínico. Las lesiones faciales y craneales eran muy graves y falleció a las 15.10 del 8 de enero a causa de una hemorragia y un edema cerebral causadas por un traumatismo craneoencefálico cerrado, según concluyeron los médicos.  

La investigación policial se centró en el interrogatorio de los indigentes que malviven en la misma zona que Florin T. y los sospechosos. Una mujer que había sido pareja del fallecido les contó lo que había oído a los luego detenidos. En concreto, que Georgica D., apodado el Corsicano y exboxeador, le había dicho que solo le había dado dos golpes con la "mano abierta" y pero que el otro, Florentin L., alias Calo, le había “jugado en la cabeza”, como dicen en Rumanía cuando alguien patea la cabeza a otro con los dos pies.  

Cuatro días después de la muerte de Florin T., los agentes localizaban a los dos presuntos agresores. A Florentin L. lo localizaron en la plaza Padre Laza de Tudela (Navarra), mientras que a  Georgica D., lo detuvieron cerca del edificio Trovador, junto al parque Bruil, una zona donde también se reúnen personas indigentes.

A pesar de las declaraciones de los testigos, la abogada de los arrestados -que se encuentran en prisión provisional- niega que sean los autores del crimen y añade que, de haber dicho que lo agredieron, la afirmación no constituye prueba de cargo ni se deriva de ello ninguna conducta delictiva, "Y, en el peor de los casos -añade- nos encontraríamos ante un delito de homicidio imprudente" 

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