Peñaflor dejará de verter aguas residuales sin tratar al río Gállego en 2025

La construcción de una tubería de 6,9 kms y un tanque de tormentas empezará este año y costará 4 millones de euros.

La depuradora de La Cartuja está llegando al final de su vida útil.
La depuradora de La Cartuja, donde irán a parar los vertidos.
Guillermo Mestre

El fin de los vertidos de aguas residuales sin tratar de los 1.300 vecinos de Peñaflor al río Gállego está más cerca. En el último cuatrimestre del año se iniciará la ejecución de una canalización de 6,9 kilómetros y un tanque de tormentas que harán que los vertidos lleguen hasta la depuradora de La Cartuja para garantizar un correcto tratamiento. La inversión rondará los 3,9 millones de euros, de los que 1,5 millones están consignados en el presupuesto de 2024. La futura tubería, que estará lista el próximo año, abrirá la puerta en el barrio rural a nuevos desarrollos urbanísticos, que hasta ahora se veían limitados por el problema en la red de saneamiento. Así lo destaca el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, que incluye la actuación en la filosofía del equipo de Gobierno municipal de "atender demandas históricas" y la "obligación de garantizar los servicios" con independencia del número de vecinos.

La alcaldesa del Peñaflor, Mamen López, subraya, también, el "daño ecológico" actual, que se evitará cuando entre en funcionamiento, después de años y años de proyectos para intentar solventar el problema que no llegaron a buen puerto.

Aunque el porcentaje de tratamiento de las aguas residuales en Zaragoza es muy alto, se alcanza casi el 99%, hay puntos negros en la red como Peñaflor, donde han tenido que pasar décadas hasta dar con el sistema adecuado. Ecociudad define si los vertidos se conectan a las depuradoras actuales (La Cartuja y La Almozara) o si se habilita un tratamiento de vertidos propio.

Peñaflor dispone de una red de alcantarillado unitaria que recoge tanto los vertidos de aguas residuales, asimilables a domésticos, y los de escorrentías en momentos de lluvia y se derivan al río Gállego a través de un colector de hormigón de 1.200 milímetros de diámetro.

Durante años se analizó la construcción de una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) para solventar el problema. Pero se llegó a la conclusión de que era "difícilmente viable y muy compleja por cuestiones técnicas, de espacio, ubicación y cambio de sistema", apuntan desde Urbanismo. Uno de los proyectos de depuradora para Peñaflor llegó a superar la evaluación de impacto ambiental en 2010, pero se dejó caducar la autorización y no se llegó a ejecutar. La conexión con una tubería a la EDAR de La Cartuja era "la más económica" en la construcción y el mantenimiento, y contaba con el visto bueno de la CHE y del Gobierno aragonés, explica Mamen López.

El proyecto que ejecutará Ecociudad incluye una estación de bombeo e impulsión en una longitud de 1.250 metros, un tanque de tormentas asociado al bombeo y un emisario de 6,9 kilómetros que conducirá, por gravedad, los vertidos a la red de saneamiento de Zaragoza.

A la hora de diseñar el trazado, se han aprovechado los caminos existentes y las vías públicas para minimizar la afección a las urbanas y parcelas privadas.

El tanque de tormentas se instalará en una parcela de regadío en una cota de al menos dos metros inferior a la del camino existente. Aunque en principio está pensado para las aguas fecales, también dará garantías si hay picos por lluvia. Estará en la zona donde llega ahora el vertido, cerca del río.

Para evitar la deposición de sedimentos y para reducir las labores de mantenimiento, el proyecto incluye un canal en el interior del tanque de tormentas que acabará en una arqueta de recogida desde la que se alimentará el bombeo. La estación estará justo al lado. La impulsión deberá salvar un tramo de 1.167 metros que, desde el tanque de tormentas, irá hacia el sur y a 150 metros empezará a ascender por una rampa para salvar el escarpe donde se asienta el núcleo urbano de Peñaflor. Hacia el sur cruzará la carretera A-121, y 970 metros después llegará a un pozo de rotura de carga donde empieza el tramo de donde se conducirá el vertido por gravedad.

La tubería de 6.870 metros irá por el camino hacia la urbanización El Regao, pasando por una gravera; cruzará el camino de Perdiguera e irá hacia la carretera A-123 cambiando de dirección hacia el oeste. Por terrenos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) llegará a la acequia de Urdán, discurrirá por suelo del CITA hasta la Casa de Labor y, hacia el sur, conectará con un emisario en las proximidades al Gállego.

Serrano confía en que la actuación estará lista en 2025. Con esta infraestructura, podrán salir adelante los desarrollos urbanísticos de Peñaflor, un barrio rural que hasta ahora ha estado "atascado". Compara la importancia de esta obra con la tubería de suministro de Torrecilla, aunque en Peñaflor se beneficiará a 1.300 vecinos.

La actual alcaldesa pedánea explica que en los últimos años se ha instalado gente joven el barrio, y con cinco áreas de desarrollo urbanístico podría crecer muchísimo más.

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