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Una juez de Zaragoza ordena el alejamiento de un maltratador al que la víctima no quiere denunciar

La Policía lo ha detenido dos veces en tres días, una por agresión y otra por destrozar la casa con un hacha. 

Policía Nacional recurso.
Policía Nacional recurso.
EF

El sistema de valoración policial alertó de que había un riesgo “medio” de que Rubén B. G., de 36 años, volviera a maltratar a su pareja, de 26. Y no se equivocaba. Tres días después de ser detenido en Zaragoza ha protagonizado de nuevo un episodio violento y la mujer tuvo que llamar a la Policía porque estaba destrozando la casa con un hacha. El hombre volvió a ser arrestado y, al igual que en la anterior ocasión, ella no quiso denunciar. 

Aunque esta vez se da la circunstancia agravante de que en la nueva valoración del riesgo a la que fue sometida el resultado fue “alto”. No obstante, en esta ocasión y a pesar de que la víctima no lo requirió, la Fiscalía pidió una orden de alejamiento que el juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 2 de Zaragoza adoptó.

Los hechos que originaron el nuevo arresto se produjeron el pasado 9 de diciembre, sobre las 16.15. La Sala del 091 recibió una llamada de una mujer que, muy nerviosa, pedía auxilio porque Rubén B. G. acababa de llegar a casa y, tras discutir con ella, se había puesto “muy agresivo”, “no atendía a razones” y había cogido un hacha con la que estaba rompiendo todo lo que se le ponía por delante. Al temer por su integridad y advertirle de que iba a llamar a la Policía, el hombre cogió a su perro y se marchó.

Los agentes accedieron al piso con la mujer y comprobaron que la casa estaba destrozada, había numerosas marcas de hachazos y el arma estaba escondida debajo de una manta tirada en el sofá.

Ella les contó que tiene "mucho miedo"

Ella les contó que tiene “mucho miedo” a Rubén B. G. porque tiene un carácter “muy variable” y discuten constantemente. Añadió que ambos tienen problemas con las drogas y consumen habitualmente, lo que incrementa los problemas mentales del hombre.

En el lugar se encontraba también el padre de la joven, que ratificó lo declarado por la hija, y también el padre de él, el cual lo llamó para que acudiera al domicilio. Cuando se presentó admitió que habían discutido y se había marchado, pero no pudo aclarar si los daños causados con el hacha eran de esa tarde o de otro día. Ante esta información, la Policía le comunicó que estaba detenido.

El hombre pasó a disposición judicial y, asistido por el abogado Luis Ángel Marcén, quedó en libertad con una orden de alejamiento de su pareja. Esta, por su parte, fue llamada por el juzgado y transmitió su deseo de no interponer denuncia.

En la valoración policial se señalaba que Rubén B. G. responde a un perfil de agresor persistente, marcadamente antisocial e impulsivo que puede incrementar la gravedad de la violencia que ejerce sobre la pareja actual. El hombre denuncias de víctimas anteriores, un historial violento y puede reincidir. La mujer, por su parte, tuvo una convivencia previa con otro maltratador.

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