Los panaderos de Teruel se unen para garantizar el suministro diario a toda la provincia

Que hasta en los pueblos más pequeños los vecinos puedan comer pan y bollería recién hechos es el objetivo de un innovador proyecto en la provincia de Teruel al que ya se han sumado seis panaderos y que cuenta con el respaldo de la asociación que aglutina a todo el colectivo de profesionales.

La iniciativa, bautizada como ‘El Horno del pueblo’, pretende aunar la producción de todos los panaderos que lo deseen y crear una plataforma de distribución que, apoyada en las nuevas tecnologías de comunicación, permita garantizar el abastecimiento diario allí donde la despoblación impide un suministro fiable y de calidad.

Otro fin es fomentar el oficio, actualmente en declive en el medio rural. La Asociación de Panaderos de Teruel calcula que en los próximos cinco años se van a jubilar entre un 20% y un 25% de los profesionales de la provincia y muchos de ellos no cuentan con relevo generacional. La falta de rentabilidad de los pequeños negocios o la emigración de sus propietarios a localidades más grandes apuntan igualmente a un descenso del número de panaderos.

El impulsor del proyecto y presidente de la Asociación de Panaderos de Teruel, Jorge Sanz, explica que la iniciativa contempla reabrir los hornos de leña tradicionales en los pueblos en los que exista un emprendedor dispuesto a hacerlo. En otros casos, se buscará establecer un punto de venta que puede estar en un Multiservicio o en un alojamiento turístico. Para los municipios en que estas alternativas no sean viables, está pensado poner en marcha una red de transporte de pan y otros productos de pastelería.

"Es una plan muy ambicioso, de interés social, cultural y económico y que creará empleo en el medio rural", subraya Sanz, quien confía en que nuevos panaderos se impliquen en él. "Sería fantástico que 20 o 25 empresas llegaran a formar parte de esta plataforma", afirma.

‘El Horno del pueblo’ echará a andar en las próximas semanas en dos municipios pertenecientes a comarcas diferentes que no cuenten con punto de venta y cuyos vecinos reciben ahora un suministro en precario. "Será de forma experimental, a modo de plan piloto y los clientes podrán elegir entre dos clases de pan y cuatro tipos de bollería", resalta Jorge Sanz.

Más de 40 pueblos, sin panadero

Según datos de la Asociacion de Panaderos de Teruel, en la provincia hay más de 40 municipios que, debido al escaso número de habitantes fijos en el pueblo, se han quedado sin panadería. Uno de ellos es Peñarroya de Tastavins, en la comarca del Matarraña, cuyos vecinos son abastecidos por el panadero de Monroyo, a solo ocho kilómetros de distancia.

Enrique Escuin, que regenta el bar-restaurante ‘La Sociedad’ de Peñarroya de Tastavins, explica que se "apaña" con el suministro que llega de Monroyo, si bien admite que los domingos y otros días festivos "toca comer pan del día anterior o descongelado", porque el producto solo llega desde el pueblo vecino de lunes a sábado. Este hostelero considera que la localidad "tiene problemas mayores", como la falta de un transporte público para el desplazamiento a otras localidades, "especialmente para la gente mayor que no tiene coche propio".

El presidente de la Asociación de Panaderos de Teruel ha contactado con la Diputación Provincial y con los ayuntamientos pequeños en busca de apoyo. "Los costes para llegar a los pueblos serán importantes, sería interesante tener respaldo institucional", advierte Jorge Sanz.