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Los crímenes de Igor el Ruso en Andorra

El pistolero serbio mató a tiros a un ganadero y a dos agentes de la Guardia Civil el 14 de diciembre de 2017

Igor el Ruso, entrando a la Audiencia de Teruel para ser juzgado el 22 de abril de 2021.
Igor el Ruso, entrando a la Audiencia de Teruel para ser juzgado el 22 de abril de 2021.
Antonio García/Bykofoto

Andorra fue el escenario el 14 de diciembre de 2017 de uno de los crímenes más cruentos de las últimas décadas en España. El pistolero serbio Norbert Feher, alias Igor el Ruso, mató a tiros sorpresivamente a un joven ganadero, José Luis Iranzo, y a dos guardias civiles, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. El número de fallecidos a punto estuvo de sumar cinco, pues solo nueve días antes el paramilitar balcánico había disparado contra dos vecinos de Albalate del Arzobispo en una casa de campo de esta localidad, dejando gravemente herido a uno de ellos.

No se sabe con exactitud cuándo llegó Igor el Ruso a la zona de Andorra, pero se cree que el delincuente, perseguido por la Policía Italiana al haber cometido en el país transalpino dos asesinatos, llevaba escondido en los montes de esta comarca y robando en los ‘masicos’ -pequeños refugios campestres- alrededor de un mes antes de empezar a atentar contra la vida de quien se cruzaba en su camino.

Aquel 14 de diciembre, la Guardia Civil buscaba al ladrón que desvalijaba los masicos de comida, bebida, ropa de abrigo y herramientas. Curiosamente, José Luis Iranzo había denunciado sobre el mediodía que en su masada de ‘El Saso’ también había entrado el delincuente y, curiosamente, este ganadero acompañó a un grupo de agentes a primera hora de la tarde por los alrededores de Andorra para seguir el rastro del malhechor. Cuando al anochecer Iranzo regresó a ‘El Saso’ para recoger a su padre, recibió dos tiros, uno de ellos mortal, nada más abrir la puerta de la casa, en cuyo interior estaba Feher. El padre de Iranzo, oculto en el tractor al haberse percatado un rato antes de la presencia del bandido en el lugar, sintió los peores presagios sobre el destino de su hijo, confirmados, lamentablemente, unas horas después.

El aviso del padre del ganadero activó a la Guardia Civil, que se dirigió a El Saso en coches patrulla. Uno de ellos, con los agentes Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero a bordo, se desvió por un camino para identificar el vehículo pick up que permanecía estacionado en una explanada con las luces encendidas. Al descender del vehículo oficial, sin tiempo siquiera para desenfundar sus armas reglamentarias, los dos guardias civiles fueron abatidos a tiros por Igor el Ruso, que disparaba a dos manos con pistolas escondido detrás del pick up hacia las zonas del cuerpo de los agentes no protegidas por el chaleco antibalas. Ya caídos, los remató en el suelo. Los dos guardias, hallados poco después por sus compañeros, fueron conducidos al centro de salud de Andorra, pero nada se pudo hacer por ellos, pues morían desangrados mientras Norbert Feher huía a toda velocidad en el pick up, robado a José Luis Iranzo después de haberle descerrajado dos tiros en El Saso.

El criminal fue hallado y apresado de madrugada por la Guardia Civil, borracho y medio dormido, junto a un árbol al lado de la carretera a Mirambel y sujetando entre sus manos una de las pistolas que había utilizado en sus crímenes. El jurado popular lo consideró culpable de tres asesinatos y la Audiencia Provincial de Teruel lo condenó a prisión permanente revisable, sentencia que fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y el Tribunal Supremo.

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