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La Fiscalía de Teruel pide tres años de prisión para un hombre acusado de agredir sexualmente a su expareja

El procesado se declara inocente y dice que los restos biológicos en la ropa y la cama de la víctima son de una relación consentida dos días antes

El acusado, en el momento de declarar en el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Teruel.
El acusado, en el momento de declarar en el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Teruel.
Heraldo

La Fiscalía de la Audiencia de Teruel solicitó este martes tres años de prisión para un vecino de Teruel que está acusado de haber agredido sexualmente a su expareja. La acusación particular eleva la petición de pena a seis años de prisión por considerar que hubo acceso carnal, mientras que la defensa reclama la libre absolución por entender que a lo largo del proceso judicial no se ha podido demostrar que su cliente forzara a la víctima.

Los hechos, que fueron juzgados este martes en la Audiencia de Teruel, se remontan a la tarde del 28 de abril de 2020 en Montalbán,  unos días después de que la relación entre ambos hubiera terminado. Según la víctima, que prestó declaración en el juicio, el acusado regresó a la casa que habían compartido para recoger sus cosas y una vez allí tomaron unas copas de licor. En un momento dado, ella le dijo que se sentía mal y que se iba a acostar, como así hizo. De acuerdo a la versión de la mujer, poco después entró él en la habitación y poniendo todo su cuerpo encima de ella la violó. Al día siguiente, la chica, que presentaba un eritema en el centro de la espalda, denunció los hechos ante la Guardia Civil.

Sin embargo, el acusado niega haberla forzado en alguna ocasión. Relató que el 28 de abril de 2020 no tuvieron relaciones sexuales y que sí las tuvieron dos días antes, pero consentidas, algo que niega la víctima. "No he hecho nada y voy a tener que pagar el pato", manifestó el procesado al terminar el juicio. 

En la ropa que llevaba la víctima ese día y también en las sábanas de su cama se hallaron restos biológicos del hombre, pero no en la vagina de la mujer, motivo por el cual la Fiscalía cree que no hubo acceso carnal. Sin embargo, la abogada que defiende al acusado, Olga Sánchez, atribuye estos restos biológicos a una relación consentida que habría mantenido la pareja dos días antes.

Sánchez sostiene que no se han presentado en el juicio elementos capaces de destruir la presunción de inocencia de su defendido. Esta letrada alega, por ejemplo, que si su representado hubiera sujetado a la víctima contra su voluntad ella llevaría hematomas en los brazos en lugar de un eritema indefinido en la espalda. Ha añadido que tampoco la psicóloga que atendió a la mujer pudo determinar con precisión si toda la ansiedad que presentaba la paciente se debía al suceso o a alguna otra causa.

"Ni una sola de las pruebas y declaraciones ha logrado aportar elementos que determinen con total certeza que mi cliente forzó a la víctima para una relación sexual", dijo la abogada defensora.

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