La residencia del Buen Pastor ya tiene al fin contratista y abrirá antes de que acabe 2026

El complejo se encarece más de 600.000 euros tras adjudicarse a la segunda oferta, de OHL, que tendrá ahora dos años para ejecutar una obra valorada en 26,4 millones.

Recreación de la residencia y de uno de los bloques de apartamentos del complejo asistencial del Buen Pastor.
Recreación de la residencia y de uno de los bloques de apartamentos del complejo asistencial del Buen Pastor.
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El culebrón del contrato de obras del complejo residencial para mayores del Buen Pastor, en el zaragozano barrio de Valdefierro, ha tocado a su fin. La Consejería de Bienestar Social ha firmado ya la adjudicación a la segunda contratista, OHL, lo que encarecerá en más de 600.000 euros la factura final respecto a la oferta inicialmente seleccionada, la de Dragados y Papsa. Esta Unión Temporal de Empresas (UTE) no atendió debidamente las subsanaciones requeridas de la documentación necesaria para la firma del contrato, por lo que finalmente fue excluida de la licitación el pasado 19 de enero.

El coste de adjudicación se ha incrementado hasta los 26,4 millones, un 2,3% más respecto al precio de la UTE descartada, que ha renunciado tanto a recurrir de nuevo ante el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón (Tacpa) como a abrir un contencioso en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). De hecho, ha solicitado la devolución del aval depositado y el Gobierno PP-Vox ha podido desatascar esta infraestructura social planificada por sus antecesores. El contrato se firmó la semana pasada.

La contratista comenzará las obras en la próxima primavera si no surgen nuevos contratiempos, para lo que deberán obtener primero la preceptiva licencia municipal, y tendrá dos años para levantar el complejo residencial. Por tanto, existe colchón suficiente para justificar los fondos europeos concedidos para su financiación. El plazo expira a finales de 2026 y para entonces no solo debería estar acabada, sino en funcionamiento. De hecho, en la Consejería de Bienestar Social prevén inaugurarla antes de que culmine ese ejercicio, dado que contarán con cerca de medio año para hacer frente a su equipamiento interior.

El reformatorio del Buen Pastor se terminó de derribar el pasado verano, por lo que los 11.450 metros cuadrados que ocupaba en la parcela están libres para iniciar el movimiento de tierras. Al mismo tiempo, la pretensión es "conservar, integrar y potenciar" la zona arbolada situada al noroeste, que se extiende sobre otros 11.000 de los 43.972 metros cuadrados del ámbito de la actuación.

El complejo asistencial incluye una residencia de 100 plazas con un centro de día integrado con capacidad para 50 usuarios y sendos edificios anexos con 47 viviendas para mayores y otras 13 para jóvenes, dotadas en ambos casos con servicios comunes.

En este último bloque, en forma de L, se habilitarán en planta baja cinco locales para un uso polivalente y principalmente se pretenden destinar al pequeño comercio. Con ello se quiere crear un entorno abierto a los vecinos en el que se favorezca la interacción y participación social entre los usuarios y los habitantes del entorno.

El proyecto redactado por FAV Arquitectura especifica que se ha diseñado como "una unidad global de actuación donde los edificios se nutren unos de otros", de modo que la urbanización se adaptará a ellos y a su vez tendrá un "carácter independiente y funcional por si misma".

Recreación de una panorámica del futuro complejo asistencial.
Recreación de una panorámica del futuro complejo asistencial.
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Las vicisitudes

Este complejo social de Valdefierro, largamente reivindicado por las asociaciones vecinales del barrio, acumula distintos retrasos. La primera licitación de las obras quedó desierta a finales de 2022 como consecuencia del alza de precios. Por ello, se convocó un segundo concurso y para ajustar el coste se excluyó la cafetería y la sala polivalente previstas inicialmente, retrasándolas a una segunda fase que aún no tiene fecha. Y en Bienestar Social no se aventuran a fijar un compromiso ante el aluvión de necesidades.

Hace un año se amplió dos meses el plazo de presentación de ofertas para cumplir con los procedimientos que se requerían para las actuaciones subvencionadas con fondos europeos. Y cuando todo parecía encarrilado, con la adjudicación a Dragados y Papsa lista para firmar, solo pendiente de la subsanación de la documentación requerida, se paralizó todo a finales del pasado mes de septiembre.

La mesa de contratación los excluyó al entender que había llegado tarde a entregarla y la UTE recurrió con éxito al Tribunal de Contratos. Sin embargo, los papeles presentados, analizados por los técnicos a principios de año, seguían sin atender los requerimientos y quedaron finalmente excluidos. El culebrón se resolvió la semana pasada con la firma del contrato con OHL, con la que no ha habido problemas.

Al mismo tiempo, se ha adjudicado el contrato para la dirección de obra y las labores de coordinación en materia de seguridad y salud de las obras de construcción del complejo, que ha asumido el despacho zaragozano Sicilia y Asociados Arquitectura. En su caso, el importe asciende a 560.455 euros.

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