Los pueblos de la ribera, pendientes de la crecida: "Estamos preocupados y con mucha incertidumbre"

En Novillas, primer pueblo aragonés por el que discurre el río, se vigila la mota y los agricultores observan con inquietud cómo están sus campos.

Francisco Rupérez reconoce que en la zona están acostumbrados a sufrir riadas, pero admite que están "preocupados".
Francisco Rupérez reconoce que en la zona están acostumbrados a sufrir riadas, pero admite que están "preocupados".
Guillermo Mestre

Este miércoles las miradas están puestas en Ebro y en los pueblos de la ribera se está a la espera de la llegada de la punta de la crecida, prevista para este jueves, según ha informado la CHE. Y mientras, los ayuntamientos controlan el estado de las motas y el nivel del cauce, los vecinos se acercan a comprobar en directo cómo baja el río y los agricultores recorren sus campos con inquietud para ver si resultan afectados por la inundación.

En Novillas, primer pueblo aragonés por el que discurre el Ebro, el testigo del nivel del agua supera este miércoles por la mañana los 7 metros de altura, lejos de los más de 2 0 2,5 que suele ser habitual. El alcalde, Abel Vera, reconoce junto al puente de la carretera que cruza el río que siguen “muy pendientes” del nivel que se alcanza en Castejón (Navarra), donde la CHE estima que la punta de la crecida llegará este miércoles por la tarde. Todos recuerdan la riada de 2021: “Ahora, aunque llega más caudal, el nivel sube más lento”. Pero hay que esperar, explica con prudencia: “Porque el río no siempre se comporta igual”.

Los recuerdos se agolpan en la mente de muchos los que han vivido ya con anterioridad esta experiencia: “Son malos y bastante frecuentes, cada dos o tres años suele haber un episodio de este tipo”. Para hacer frente al envite del agua señala que se han revisado las motas y las zonas de desagüe, para comprobar que estén limpias. “Estamos a la espera, transmitiendo la información que conocemos a través de la CHE a agricultores y ganaderos y que, en la medida de lo posible, se puedan paliar los daños”.

El 112 Aragón pide "precaución" ante la llegada de la crecida del Ebro.
El alcalde de Novillas, Abel Vera, este miércoles junto al Ebro.
Guillermo Mestre

En 2015 se hizo en el pueblo una mota de refuerzo, que discurre detrás del campo de fútbol, y se abrieron dos marcos en el puente, para dejar pasar el agua: “El pueblo está bastante más seguro, si no fuera por eso se notaría más”. Aun así, hay campos que ya se están inundando. “No se puede saber qué va a pasar, el río no siempre se comporta igual. Existe mucha incertidumbre y preocupación por lo que pueda ocurrir, estamos en alerta".

Junto al puente que cruza el Ebro en Novillas la expectación crece conforme transcurre la jornada. Un ciclista, Francisco Rupérez, de 61 años y natural de la cercana localidad navarra de Cortes, reconoce que ha salido esta mañana a practicar deporte y a ver cómo está el Ebro, “que siempre impresiona verlo así”. “El nivel irá a más”, dice: “Estamos acostumbrados, porque hemos vivido ya varias riadas, pero hay preocupación”.

En una granja de cerdos, situada cerca del cauce del río, Julián, de 72 años, recuerda también experiencias anteriores. En una, hace casi diez años, el agua subió hasta un metro y los animales sobrevivieron, gracias a que les pudieron dar de comer con ayuda de la UME y los bomberos. En otra ocasión, tuvieron que sacarlos y trasladarlos a otra instalación, algo que, por el momento, descartan en esta ocasión. “Hay que esperar, pero confío en que el nivel no sea muy alto”, indica.

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