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Los incendios mortales dejan un inquietante goteo de víctimas en Aragón

El humo y el fuego se han cobrado un total de 12 vidas en los últimos cinco años, un goteo de casos que pasa desapercibido pero que empieza a activar alarmas.

Las llamas han destruido la planta baja y ya han sido sofocadas, aunque los bomberos de la DPZ permanecen en el lugar por si el el fuego pudiese reavivarse.
Los bomberos de la DPZ en las inmediaciones a la vivienda de Ateca en la que han fallecido un padre y su hijo
J. Macipe

La conmoción y el desconsuelo que se viven hoy en Ateca y en todo Aragón son inexplicables. La noticia del fallecimiento de dos personas en el incendio de su vivienda ha estremecido a toda la comunidad. Eran un padre y un hijo, menor de edad, vecinos del pueblo de toda la vida. La magnitud de este tipo de tragedias eclipsa cualquier suceso cotidiano. Sin embargo, estos últimos pueden adquirir una entidad y gravedad mayor al analizarlos con cierta perspectiva. Como ejemplo, el goteo de incendios mortales que desde hace cinco años se viene produciendo en Aragón. Ha podido pasar desapercibido, pero empieza a resultar inquietante

El calendario de 2024 apenas había perdido tres hojas, cuando en esos escasos tres meses los incendios se habían cobrado ya otras tantas vidas: la de una anciana de 82 años en el barrio de Casablanca, la de un joven de 29 en Huesca capital y la de un hombre de 69 años en su casa móvil de El Temple. A estos últimos decesos hay que sumar los de otras siete personas que también se vieron sorprendidas por el humo o las llamas en sucesos ocurridos entre 2019 y 2023. Es cierto que la casuística es variada, pero las circunstancias de estos siniestros podría permitir extraer un patrón: la mayoría de las víctimas son personas de mediana o avanzada edad que viven solas. Esto sin embargo, ha cambiado en este último incendio que se ha cobrado la vida de un menor de edad y su padre de unos 50 años. 

Este problema no ha pasado por alto para algunas administraciones aragonesas, entre ellas la Diputación de Zaragoza, que ya en 2016 impulsó un proyecto pionero en España bautizado como Hogar Seguro. Su objetivo era instalar cada año 250 detectores de humo o monóxido de carbono en los domicilios de personas vulnerables que viven en el medio rural, que es donde los bomberos necesitan más tiempo para llegar. Pero el Ayuntamiento de Zaragoza puso en marcha después un plan similar y solo entre 2019 y 2020 distribuyó otros 1.300 dispositivos en las viviendas de personas de avanzada edad sin compañía.

“Cuestan apenas 15 euros, se colocan con un par de tornillos o con cinta adhesiva de doble cara y la pila puede durar un par de años. La gente no se da cuenta, pero algo tan sencillo y económico salva vidas”, asegura Manuel Martínez Forniés, jefe de intervención del Servicio Provincial de Extinción de Incendios de la DPZ. “No hace falta ser mayor para necesitarlos -añade-. Yo los he puesto en mi casa. Pero aconsejaría a hijos que tienen padres mayores que pongan estos sensores en sus domicilios”. ¿Cuándo se hacen especialmente útiles los detectores? Por la noche, ya que cinco de las muertes que se han producido en los últimos años en Aragón -esta cifra podría aumentar a siete a falta de conocer el inicio del fuego en Ateca- han sido consecuencia de incendios que sorprendieron a las víctimas durmiendo.

Las últimas víctimas

  1. 13 de enero de 2024, Zaragoza. Incendio en el barrio de Casablanca. Tras pasar una semana en la uci, muere la anciana de 82 años que vivía sola en la vivienda.
  2. 5 de febrero 2024, Huesca. Fallece un joven de 29 años al arder la cocina de su vivienda en el barrio del Perpetuo Socorro. 
  3. 18 de marzo 2024, El Temple (Huesca). Un hombre de 69 años de edad muere en un incendio originado en una casa móvil que se encontraba en el campin.
  4. 12 de abril de 2024, Ateca (Zaragoza). Un padre y su hijo, que vivían solos, mueren de madrugada en el incendio de una vivienda del paseo del Prado.
  5. 21 de febrero de 2023, Zaragoza. Una colilla pudo causar el fuego que costó la vida a un anciano de 89 años.
  6. 25 de febrero de 2023, Cabañas de Ebro (Zaragoza). Muere un matrimonio mientras dormía al incendiarse de madrugada su casa.
  7. 23 de febrero de 2022, Abizanda (Huesca). Fallece un anciano de 82 años por inhalación de humo en la pedanía de Lamata.
  8. 31 de julio de 2021, Zaragoza. Una mujer de 59 años muere en un piso del grupo Salduba, junto al Parque Grande.
  9. 8 de abril de 2020, Zaragoza. Un incendio se cobra la vida de un hombre de 55 años en el barrio Oliver
  10. 30 de marzo de 2019, San Martín del Moncayo (Zaragoza). Una mujer de 86 años que vivía sola sufre una caída durante un pequeño fuego.

Uno de los sucesos más trágicos se registró hace poco más de un año, el 25 de febrero de 2023, en Cabañas de Ebro (Zaragoza), donde falleció un matrimonio (José Sancho, de 62 años, y su esposa, Teresa Castán, de 60) al arder por completo su unifamiliar de madrugada. Cuando su vecino escuchó “ruidos extraños” y dio la voz de alarma sobre las 7.00, la casa llevaba ya mucho tiempo en llamas. Tanto es así, que parte del techo y del forjado se habían venido abajo. El riesgo de desplome era enorme y los bomberos no pudieron entrar hasta pasadas casi dos horas. Las otras tres muertes por fuegos nocturnos se produjeron en la capital aragonesa: la de la anciana del barrio de Casablanca (enero de 2024), la de otro hombre de 89 años en un domicilio de la avenida de Cesáreo Alierta (febrero de 2023) y la de un varón de 55 años en barrio Oliver (abril de 2020). Todos ellos vivían solos.

Según el responsable del SPEI de la DPZ, “el 80% de la población de la provincia de Zaragoza vive a menos de 30 minutos de un parque de bomberos”. En la capital, los cuatro parques en servicio y el quinto que se prevé empezar a levantar este año en La Cartuja permiten dar una rápida respuesta, por lo que las complicaciones son otras. Por ejemplo, la mayor altura con la que se está construyendo, con edificios de hasta 30 plantas y 106 metros de galibo como Torre Zaragoza.

“Bastan dos bocanadas de aire tóxico para que te desvanezcas y no puedas salir vivo de un incendio”, recuerda Manuel Martínez Forniés

“Bastan dos bocanadas de aire tóxico para que te desvanezcas y no puedas salir vivo de un incendio”, recuerda Manuel Martínez Forniés para advertir de que tan peligroso es el humo como el fuego. Los profesionales del rescate dan algunos consejos básicos de actuación: uno de los más importantes, si no es posible apagar el fuego con un extintor, cerrar la puerta de la estancia en la que se ha declarado y salir de casa con las llaves (facilita la entrada después a los bomberos). Si es un bloque de pisos el que está ardiendo y no es posible evacuar la vivienda, lo mejor es no asumir riesgos, buscar dentro una zona segura e intentar hacerse ver: si es posible a través de una ventana o balcón y si no, mediante llamada telefónica al 112.

“Cuando los incendios son en un pueblo pequeño y alejado, se plantean más problemas. Por ello, que podamos saber cuanto antes qué magnitud tiene el suceso ayuda mucho. ¿De qué estamos hablando? Por ejemplo, de saber si la casa está en una calle estrecha, para no llegar allí y darnos cuenta de que el camión que hemos llevado no cabe”, explica el jefe de intervención de los bomberos de la DPZ. Según este, en estos casos, una videollamada en la que se vea el lugar del suceso sería muy útil. Pero también aguardar al equipo de salvamento a la entrada del municipio para guiarlo hasta el incendio. 

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