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Nuevo episodio de violencia en una cárcel aragonesa

Seis internos que portaban pinchos agreden a funcionarios de la cárcel de Daroca.

Prisión de Daroca.
Prisión de Daroca.
Oliver Duch

La prisión de Zuera vivió una jornada bastante tensa el pasado miércoles, 6 de septiembre. Varias peleas multitudinarias ocurrieron en los módulos 10, 7 y 4 a lo largo del día, sucesos que provocaron el traslado de diez presos a aislamiento para frenar la violencia que se desató. Un hecho que ha vuelto a repetirse este pasado fin de semana, pero en el centro de Daroca. En este caso, fueron arrestados otros seis reclusos que portaban pinchos y provocaron lesiones a varios funcionarios. Los reos fueron separados en varios módulos ya que la sección de aislados, donde habitualmente son trasladados, estaba llena.

Según explica un funcionario de Daroca, donde residen 350 internos, el pasado sábado se "vivieron momentos de mucho peligro" durante el reparto de la comida en el módulo 3 -de los nueve que hay en la cárcel-. "Utilizaron pinchos, bandejas, sillas y mesas. Varios funcionarios resultaron lesionados en el pómulo, codo y espalda”, señala un portavoz del sindicato de prisiones TAMPA (Tu Abandono Me Puede Matar).

Agrega el sindicalista que "la rápida intervención de los compañeros, arriesgando su integridad física, evitó consecuencias mayores”. Como las quince plazas del módulo de aislamiento estaban completas, los seis internos implicados en la violenta riña tuvieron que ser reubicados en diferentes secciones. “Eso provoca que se tensione aún más la vida regimental del centro”, recalca.

Control de la droga en la prisión

Los sindicatos Tampa y Asociación de Profesionales Funcionarios de Prisiones (APFP) consideran que la “escalada de violencia continua” ocurrida este verano en Zuera y Daroca  puede deberse a la “gestión de los problemas" que sufren los centros: las bandas, la extranjería y el comportamiento de los presos.

Al parecer, la pelea que se declaró entre los internos y los funcionarios se produjo por el control de la droga en la prisión, según versiones sindicales. De hecho, estas agrupaciones reclaman que se utilicen dos perros en la entrada para  detectar las sustancias tóxicas a los internos que lleguen al centro penitenciario y lograr así frenar su consumo dentro.

Además, "la ausencia en la inversión en sanidad, con la ausencia desde hace varios meses de médicos titulares, está colapsando la situación". Denuncian que desde el comienzo del verano han crecido las peleas.

En la prisión de Zuera recriminan que este verano se dieron dos casos de acoso verbal sexista de internos a funcionarias. En uno de ellos, "uno de los presos se insinuó a una trabajadora en un taller, mientras iba armado con unas tijeras. La mujer estaba sola en ese instante y tuvo que despacharlo del lugar". En otro suceso este verano, un funcionario sufrió una agresión en una costilla.

El preso que presuntamente agredió al jefe de servicio de la prisión de Zuera por la mañana de este miércoles en el módulo 10.
El preso que presuntamente agredió al jefe de servicio de la prisión de Zuera por la mañana de este miércoles en el módulo 10.
Heraldo

Traslado del preso que agredió al jefe de servicios

Por otro lado, fuentes penitenciarias han informado que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias decidió el pasado viernes trasladar al interno Bilial H. H., de 25 años, español de origen magrebí, de la cárcel del Zuera a otra de Castellón después de haber apuñalado en la cara a un jefe de servicios en la sala común del módulo 4. Cumplía pena por robo y estaba consierado como un reo peligroso.

En el momento de los hechos, reclamó la presencia de un jefe y acabó agrediéndolo en la nariz y la cara. Siete funcionarios tuvieron que frenarlo y el trabajador se encuentra de baja médica.

Un portavoz del sindicato Acaip-UGT alza la voz ante la situación de los funcionarios: "Nos sentimos desamparados cuando se produce una agresión. La Administración debería reactivar a la mayor brevedad posible para reconocer la consideración de autoridad del trabajador penitenciario, que actualice los protocolos frente las agresiones para que sean efectivos", manifiesta.

"Los funcionarios nos sentimos desamparados cuando se produce una agresión y los internos pueden verse impunes cuando no existen consecuencias de acción-reacción frente a desórdenes regimentales graves", recalca el sindicalista. "La Administración debe reactivar a la mayor brevedad posible para reconocer la consideración de autoridad del trabajador penitenciario, que actualice los protocolos frente las agresiones para que sean efectivos", manifiesta.

Además, Acaip-UGT considera que la reacción frente a la agresión de un funcionario es "insuficiente e ineficiente" y es necesario prestar "apoyo psicológico" al trabajador que ha sido víctima. "Sabemos que realizamos nuestras funciones en un entorno complicado, pero esto no quita lo difícil que es reincorporarse a tu puesto de trabajo tras sufrir una agresión de este calibre", concluye.

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