terremoto en marruecos
Aragoneses en Marrakech: "Salimos a la calle en pijama sin saber qué estaba pasando, ha sido un buen susto"
El vuelo directo entre Zaragoza y Marruecos ha traído este sábado a turistas que han vivido el terremoto que ha arrasado una parte del país.
Más de 2.000 personas (2.012) han muerto y otras 2.059 han resultado heridas a causa de un terremoto de magnitud 7 en la escala Richter registrado en la provincia de Al Hauz en Marruecos. El seísmo se detectó a las 23.11 minutos de la noche del viernes (0.11 horas en la España peninsular) y a una profundidad de 10,7 kilómetros.
El devastador terremoto sorprendió a decenas de aragoneses en Marrakech y su entorno. Fely García estaba en el hotel con otros cinco miembros de su familia cuando todo empezó a temblar. “Salimos en pijama a la calle sin saber qué estaba pasando”, reconoció a su llegada a Zaragoza. Ella nunca había vivido algo así. “Quienes vivían allí parecían estar mucho más preparados. Salieron ya con mochilas e incluso con los visados”, recordaba.
Apenas 25 minutos después sintieron una de las réplicas, aunque posteriormente pudieron volver al hotel. “No hemos dormido tranquilos. Hubo gente que pasó la noche en las tumbonas de la piscina por miedo de volver a sus habitaciones. Al llegar vimos que había grietas en las paredes, los armarios no cerraban… Afortunadamente, todo se ha quedado en un susto, una anécdota más. Menos mal que era el último día. Si no quizá hubiésemos estado pensando todo el rato en volver a casa. Las zonas más pobres han quedado destrozadas”, agregaba.
Noche en el aeropuerto
Miriam Chouay, residente en Remolinos y natural de Marruecos, nunca había vivido un terremoto. “Era un caos. He estado en Rabat y ayer tenía que ir a Marrakech para coger el vuelo. Cuando todo empezó a temblar pensaba que se trataba de una máquina de gran tamaño, pero de repente, las lámparas empezaron a moverse. Sentí una sacudida muy fuerte. Lo que hice fue coger la maleta a las 0.00 e irme al aeropuerto. He pasado la noche en el coche, en el parquin. Estaba a tope de gente. Al ser un lugar abierto, todos pensamos lo mismo”, aseguraba.
Los hay, como Nassima, de Huesca, que pensaban que el ruido y el ajetreo procedía de una boda. Javier Ponzano, sin embargo, se puso en lo peor. “Creía que se trataba de un atentado, todo el mundo iba con prisas. Lo vivimos en la plaza principal de Marrakech, afortunadamente estábamos en un sitio abierto”, señalaba tras 12 días "descubriendo el mundo".
Su hotel estaba a 40 kilómetros. “Yo he tenido mucha suerte porque al final he cogido el avión, pero la zona de la medina, la más céntrica, era un caos. Era imposible circular por ahí, la gente estaba muy nerviosa, parecían al borde del infarto”, afirmaba.
El temblor llegó “de sopetón”. “Parecía que estábamos en un videojuego. Sentimos que se movía todo y empezamos a escuchar gritos por todos los lados. Llegué a pensar en una bomba, pero cuando vi que era generalizado y que todo el mundo en todas las direcciones reaccionaba igual me di cuenta de que no”, añadía.
