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Las ventas de test de antígenos en farmacias siguen disparadas: un 506% más desde junio en Aragón

En la tercera semana de agosto se vendieron 13.385 unidades, según la consultora Iqvia. El repunte covid se refleja en una mayor presión asistencial en los centros sanitarios y en más ingresos hospitalarios.

Diferentes tipos de test de antígenos, en la Farmacia Valdespartera de Zaragoza.
Diferentes tipos de test de antígenos, en la Farmacia Valdespartera de Zaragoza.
José Miguel Marco

Las ventas de test de antígenos para confirmar casos covid-19 siguen disparadas en Aragón: en la tercera semana de agosto se han distribuido 13.385 unidades en las farmacias (frente a las 8.244 de los siete días previos), según la consultora Iqvia. Una cifra que representa un incremento del 506% respecto a a finales de junio. El aumento de la demanda de esta prueba diagnóstica se refleja en el repunte que está experimentando la incidencia de coronavirus en las últimas semanas y que se traduce, a su vez, en una mayor presión asistencial en los centros de salud y servicios de Urgencias y en más ingresos hospitalarios por esta patología.

Los niveles de venta de test de antígenos se ha triplicado en las boticas aragonesas en tan solo un mes. En la Comunidad, se ha observado un incremento del 506% desde finales de junio, cuando se registró el último valle, según el último informe de la consultora especializada en gestión sanitaria, Iqvia. Un porcentaje superior a la media nacional (372%), y por debajo de comunidades como Cantabria (949%), Extremadura (828%) y Castilla La Mancha (766). 

Desde las boticas reconocen que el aumento de demanda se registra durante el último mes. Hay quien acuden con síntomas similares a los de una gripe o un resfriado o quien lo adquiere para descartar el diagnóstico como medida preventiva para evitar contagios. Muchos piden, al mismo tiempo que el test de antígenos, una mascarilla, sobre todo, ffp2.

La farmacéutica Pilar Samper muestra test de antígenos a una clienta.
La farmacéutica Pilar Samper muestra test de antígenos a una clienta.
Oliver Duch

En la Farmacia Samper Casafranca, ubicada en el paseo de María Agustín de Zaragoza, su titular, María Pilar Samper, reconoce que las ventas de test de antígenos han aumentado "un 30%" respecto a julio. El incremento se observa desde principios del mes de agosto, aunque en este establecimiento, por ejemplo, no han dejado de tener 'stock' en ningún momento. Quienes demandan este producto, por lo general, "acude con síntomas similares a una gripe o catarro", es decir, con tos, fiebre, dolor de garganta... Son cuadros leves, la mayoría, que, salvo que se compliquen, se curan en el propio domicilio. Junto al test, muchos compran mascarillas, paracetamol para la fiebre o jarabe para la tos. "Nuestro consejo -indica- es reposo, que beban agua y que eviten el contacto social", además de usar la mascarilla para evitar propagar el virus. 

En opinión de Nacho de Blas, epidemiólogo y profesor de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, "existe un tipo de vigilancia epidemiológica, que se llama vigilancia sindrómica, que en lugar de calcular la evolución de la incidencia según los casos diagnosticados la estima en función de otras variables asociadas. El ejemplo típico fue un proyecto llamado Google Flu Trends, que hacía una predicción de la incidencia de gripe en función de las consultas que se hacían sobre fiebre, tos...". En este caso, "la venta de test de antígeno podría funcionar como un elemento de vigilancia sindrómica y un aumento sería indicativo de un incremento de la incidencia de covid".

Lejos de los datos alcanzados en sucesivas olas de covid desde que se desató la pandemia mundial, en marzo de 2020, el impacto de este virus conlleva casos más leves, y no añaden una presión excesiva a los centros sanitarios. De hecho, tras decretar el fin de la emergencia sanitaria, ya no se ofrece información sobre la evolución de coronavirus, positivos confirmados u ocupación de camas por esta patología. La situación se conoce, a grandes rasgos, a través del informe semanal del Sistema de Vigilancia Centinela de Infección Respiratoria Aguda (Sivira), del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad. 

En la última actualización, correspondiente a la semana del 14 al 20 de agosto, se observaba que, a nivel nacional, se mantiene la incidencia de covid-19, con fluctuaciones al alza en las tasas de hospitalización y predominio de las variantes XBB.1.5-like+F456L (como se le ha denominado, que incluye, entre otros, los sublinajes EG.5 y EG.5.1) y XBB.1.5. La tasa en Atención Primaria es de 76,8 casos por 100.000 habitantes, en aumento desde la semana 26 (entonces era de 30 casos por 100.000 habitantes). Las tasas más altas se observan en el grupo de los mayores de 64 años. Por su parte, aquellos casos que requieren hospitalización se concentran entre los pacientes a partir de los 80.

Desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Federico Arribas señala que "en Atención Primaria puede haber un aumento sostenido en los casos", una relación directa de que la covid sigue estando presente: "Afortunadamente, la mayoría de los casos son leves". Entre las causas podría estar el aumento de contactos sociales veraniegos y una mayor movilidad en estas fechas. En su opinión, la covid "no se está comportando estacionalmente como la gripe", y por ello hay más casos presentes en todo momento. 

Ya hay hospitales en distintas comunidades, como Cataluña o Comunidad Valenciana, que han recuperado la obligatoriedad del uso de la mascarilla. Hay que recordar que los centros sanitarios (junto a residencias y farmacias) fueron los últimos espacios donde se imponía su uso hasta hace unas semanas. Respecto a la posibilidad de que esa decisión se extendiera a Aragón, Arribas destaca que "lo importante es tener sentido común y que toda persona con síntomas debe usar mascarilla y abstenerse en lo que pueda de contactar con otras personas". Sobre todo entre la población más vulnerable. Habrá que ver, señala, "cómo evolucionan los casos". 

Respecto a casos de coronavirus, para Nacho de Blas, "los hospitalizados por covid se están situando en cifras similares a octubre-diciembre 2022, especialmente en mayores de 79 años (en Aragón en el último Boletín Epidemiológico se recogían 29 casos en cuatro brotes en residencias de Huesca)". "El que el virus sea endémico no es algo necesariamente bueno, sino que el peligro de los procesos endémicos es que están causando problemas todo el tiempo (y seguimos sin ver que el comportamiento estacional otoñal típico del resto de coronavirus endémicos)", añade.

Lo lógico sería, desde el punto de vista sanitario, "aplicar medidas preventivas adecuadas, y en este caso ante un proceso respiratorio lo normal en este momento del año es que sea covid (no gripe ni virus sincitial respiratorio)". 

Tal y como asegura De Blas: "Si hay que ir al sistema sanitario se debería usar mascarilla para proteger al resto de usuarios y a los trabajadores sanitarios y sociosanitarios. A pesar de que la sintomatología sea leve sería una práctica responsable por parte de personas con un cuadro respiratorio usar mascarilla en instalaciones sanitarias, residencias, transporte público y espacios cerrados, y más responsable sería evitar esos espacios para evitar contagiar a personas vulnerables. El uso de la mascarilla debería interpretarse con una muestra de respeto y solidaridad al resto de la sociedad". Por supuesto, "también habría que potenciar sistemas de ventilación y desinfección de aire (ultravioletas, filtros EPA...) en lugares de riesgo (donde las concentraciones de CO2 sean más altas).

Urgencias hospitalarias

El verano está siendo complicado para las Urgencias hospitalarios. A la falta de personal por las vacaciones de verano se suma el cierre de camas en planta, lo que ralentiza el ingreso desde estos servicios, unido al aumento de la presión asistencial, que se mantiene durante estos meses en niveles altos.

En el Royo Villanova tenían el jueves 16 personas en saturación y 20 pendientes de cama. Se trata de ancianos pluripatológicos, en su mayoría. Hubo algún traslado al Hospital General de la Defensa. Este jueves por la mañana hay 12 en boxes, cuatro en saturación, nueve en respiratorio y 17 en observación, con un máximo de espera de 45 horas. Hay siete pendientes de cama y tres esperando un traslado. 

En las Urgencias del Miguel Servet reconocen que los peores días suelen ser los lunes y martes, después del fin de semana, cuando se eleva la presión asistencial. En este momento todavía hay pacientes en saturación por el cierre de camas -a primera hora de este viernes son cinco las personas que esperan subir a planta-. Estos días, explican desde este servicio, han recibido más patología derivada del calor y más covid.

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