Así es el Triángulo del Frío entre Aragón y Castilla que te dejará helado

No es un triángulo perfecto, es más bien achatado, pero desde siempre se trata de una de las zonas más frías de España.

Monolito del Triángulo del Frío en Fuentes Claras.
Monolito del Triángulo del Frío en Fuentes Claras.
Laura Uranga

Si el Atlántico tiene su Triángulo de las Bermudas, con todo tipo de leyendas e historias sobre barcos perdidos y nunca encontrados, Aragón tiene su Triángulo del Frío, compartido con la vecina Guadalajara. Lo forman Calamocha, Teruel y Molina de Aragón. Calamocha está a 73 kilómetros de Teruel, que a su vez dista 106 kilómetros de Molina, población que ya es castellana a pesar de su nombre. No es un triángulo perfecto, es más bien achatado, pero desde siempre se trata de una de las zonas más frías de España.

De hecho, el 17 de diciembre de 1963 se registró en el observatorio VOR de Calamocha (en el actual municipio de Fuentes Claras) una temperatura de -30 grados centígrados, la más fría de la historia de España en zona poblada. En las otras dos localidades no es extraño registrar casi todos los años temperaturas inferiores a 20 bajo cero. El Triángulo del Frío, de hecho, está materializado en una plaza de Calamocha, la del Peirón, y en un monolito en Fuentes Claras, que también reclama la titularidad de ese récord.

Qué ver en Calamocha

La localidad es jamonera por excelencia, y parada habitual de quienes salen de la autovía para aprovisionarse de ese tesoro turolense. Sin embargo, hay mucho más que ver, empezando por sus múltiples pedanías, desde Lechago con su biblioteca submarina dedicada a Félix Romeo a Luco de Jiloca, hogar del 50% del grupo musical Los Ases del Jiloca: el otro 50% está en la propia localidad de Calamocha.

Calamocha es también lugar para parada gastronómica de mesa y mantel: Carlos Arguiñano (con 'C'), el hotel Fidalgo, el Mesón de Luis o el Mariano son fijos en las guías. Además, hace unos años se trazó una atractiva Ruta de la Literatura hasta el parque local, que discurre por la orilla del río, con paradas poéticas incluidas.

Qué ver en Teruel

La capital del mudéjar, los Amantes, la plaza del Torico y, por supuesto, el jamón es una maravilla de visita, muy manejable además en el paseo. La Catedral de Santa María de Mediavilla es la materialización más impresionante del citado arte mudéjar en la localidad, y una de las más importantes de Aragón en este terreno. Es BIC (Bien de Interés Cultural) y Monumento Histórico Artístico.

Otra visita imprescindible, muy cerca de la plaza del Torico, es la torre mudéjar de El Salvador. Data del siglo XIV y además de su belleza y interior y exterior, ofrece una vista sensacional de la ciudad desde lo alto. También hay que detenerse en la preciosa Escalinata del Óvalo y, por supuesto, Dinópolis, el parque familiar que tiene su sede central en la ciudad.

Qué ver en Molina de Aragón

La localidad, de unos 4.000 habitantes, se caracteriza sobre todo por su fortaleza de origen musulmán, de los tiempos del rey almorávide Abengalbón. Tampoco puede faltar la caminata por su judería, todo un laberinto, y la cantidad de escudos heráldicos en las casas solariegas de su casco antiguo, que conforman una verdadera ruta. El Palacio del Virrey de Manila o el de los Marqueses de Villel son alguno de los mejores, junto al de Arias o el de Garcés de Marcilla, ahora Casino de la Amistad. También hay varias iglesias; destacan las de San Felipe, la de Santa María del Conde y la fachada de Santa Clara.

Otros puntos clave son el Convento de San Francisco y el precioso puente románico de tres arcos en arenisca roja sobre el río Gallo, afluente del Tajo. Molina de Aragón fue elegida para abrir el Parador Nacional número 100, y dispone de un alojamiento de primer orden en el Aura Luxury Hotel, localizado en el Palacio de los Molina. 

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