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Turismo morboso en Aragón: "Los visitantes se quedan sobrecogidos con lo que les contamos"

La comunidad aragonesa oferta algunos destinos turísticos que explotan la muerte, la guerra, los crímenes y la magia a los que muchos visitantes se acercan por curiosidad y morbo.

El pueblo viejo de Belchite, las momias de Quinto, el Ecce Homo de Borja y la cueva de las Güixas de Villanúa son algunos de los destinos que más morbo generan entre los turistas.
El pueblo viejo de Belchite, las momias de Quinto, el Ecce Homo de Borja y la cueva de las Güixas de Villanúa son algunos de los destinos que más morbo generan entre los turistas.
H. A.

No sabemos qué es lo que tiene la muerte y los sucesos paranormales que al mismo tiempo que los tememos nos atraen como un imán. La prueba está en el sinfín de películas, series de televisión y libros con este tipo de temática que consume una gran parte de la población.

Esta atracción llega también al turismo y la realidad es que los lugares que han pasado por experiencias traumáticas, en los que ha habido sucesos inexplicables o que cuentan con historias truculentas acogen cada año a miles de personas. “En una época de tanta saturación del consumo material, la gente va buscando nuevas sensaciones y un consumo más experiencial”, dice Juan David Gómez, sociólogo y profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza

Juan David Gómez: “Durante una época fue el turismo de aventura, luego de romance, también el turismo religioso y ahora se les suma el turismo de lo oscuro, lo censurado y lo tabú”

“Durante una época fue el turismo de aventura, luego de romance, también el turismo religioso y ahora se les suma el turismo de lo oscuro, lo censurado y lo tabú”, enumera Gómez. “Por eso, el ámbito de la muerte, lo esotérico y lo lúgubre genera nuevas experiencias. La gente busca sentir algo que no hayan sentido nunca y, en este caso, el miedo y el pánico remueven emociones, aunque se haga de una manera controlada", explica el sociólogo.

Este tipo de experiencias se dan también en Aragón y nuestra comunidad cuenta con una red de lugares turísticos que explotan este tipo de temática para atraer visitantes.

Pueblo Viejo de Belchite

Uno de ellos es el Pueblo Viejo de Belchite. Las ruinas que los años de Guerra Civil y abandono han dejado tras de sí han supuesto un importante reclamo turístico para la localidad que organiza visitas guiadas diurnas y nocturnas por las calles del antiguo municipio. En la diurna, el recorrido y el discurso se centra más en los temas históricos, en los hechos que sucedieron y en cómo afectó al pueblo la contienda. 

"Preguntan si murió mucha gente aquí (en Belchite), qué pasó con los cadáveres y dónde se escondía la población" 

“En la visita diurna más que morbo por lo que pasó aquí en la guerra, lo que genera es interés en el visitante”, dice Marta Beltrán, trabajadora de la oficina de turismo de Belchite. “Se quedan sobrecogidos por lo que les contamos”, confiesa. Sin embargo, reconoce que “también existe ese morbo de saber qué pasó con la población civil y lo que sufrieron", apunta. 

En este sentido "preguntan si murió mucha gente allí, qué pasó con los cadáveres y dónde se escondía la población”, enumera Beltrán. “Nosotros intentamos transmitirles, además de los hechos históricos, una experiencia más emocional para que se den cuenta de lo que es una guerra y las consecuencias que tiene en las vidas humanas”, informa la trabajadora.

Por la noche, la visita cambia en cuanto a contenido y al perfil del visitante. “Tanto en la visita diurna como en la nocturna, el hilo conductor que tenemos es la Guerra Civil, pero en la nocturna, además, se cuentan las leyendas más antiguas de la localidad y algunas de las historias más truculentas que pasaron aquí, ya que en Belchite hubo Tribunal de la Inquisición y también se cometieron algunos crímenes”, continua Beltrán. 

"En Belchite hubo Tribunal de la Inquisición y se cometieron algunos crímenes a lo largo de su historia".

Y no podían dejar de abordar el asunto que, además de la guerra, ha situado a Belchite en el mapa y ha llenado portadas de revistas, reportajes y programas de televisión. “Acabamos la visita hablando de las psicofonías y las apariciones fantasmagóricas”, afirma esta trabajadora de turismo. “Son visitas que van dirigidas a un tipo de público que no busca pasar miedo pero sí algo de tensión. Hay quienes se lo toman a broma pero hay otros para los que esta experiencia va muy en serio. Vienen preparados, se hacen fotos y buscan ese algo sobrenatural y paranormal en ellas. Miran si salen sombras o alguna luz que no estaba ahí antes”, reconoce. 

"Hay gente que se lo toma muy en serio y viene preparada para fotografiar algo paranormal".

“El salir en la televisión, en algunos programa especializados en esta temática, nos ha dado mucha publicidad”, asevera Bernal. De hecho, “hay gente que programa visitas especiales y privadas porque vienen solamente en busca de esa experiencia sobrenatural”, informa la trabajadora. En estos casos “acuden equipados con maletines, aparatos de grabación, cámaras de infrarrojos y objetivos especiales para hacer fotos en la oscuridad. Se pegan 3 o 4 horas y las guías les acompañamos en silencio para no interferir. Tenemos unas 3 o 4 visitas de esta índole cada año”, confirma.

Momias de Quinto

La localidad zaragozana de Quinto alberga desde 2018 el Museo de las Momias, el único de todo el país. Se encuentra ubicado en el interior de la antigua iglesia de la Asunción, que guarda en sus paredes las secuelas de la Guerra Civil y muestra “un conjunto de cuerpos momificados de forma natural y que datan del siglo XVIII y principios del XIX”, según reza su página web. 

Desde su apertura, este museo ha recibido miles de visitantes atraídos por la curiosidad de ver esos cuerpos momificados. En 2022 recibieron a 6.200 personas y en lo que llevamos de 2023 ya son más de 3.500 los visitantes que se han acercado hasta allí. “A todos ellos les parece muy curioso que se hayan quedado así estos cuerpos y preguntan qué les ha pasado y por qué se han momificado”, explica Encarna Moreno, gestora y guía del Museo de las Momias. 

"A la gente le impresiona ver que se han conservado con la piel, el pelo, la ropa y hasta el color de los ojos".

“Siempre hay gente que viene por el morbo y les impresiona ver a la gente en sus vitrinas conservadas tan bien a pesar de los años, con la piel, el pelo, la ropa. Se les ve hasta el color de los ojos”, asegura Moreno. “Como además, están en un edificio antiguo que fue dañado en la Guerra Civil, preguntan también si hay psicofonías, aunque la mayoría de los visitantes se acercan por el tema histórico y científico del museo”, informa la guía, pero reconoce que “aunque es muy morboso, intentamos no promocionarlo así porque queremos que vengan con respeto y hacer visitas pedagógicas, pero es inevitable”, insiste Moreno.

Eccehomo de Borja

Un caso curioso que nada tiene que ver con lo paranormal o la muerte es Ecce Homo de Borja. Hace 11 años, Cecilia Giménez cambió el curso de la historia de este municipio de 5.000 habitantes con su fallida restauración de la pintura que Elías García Giménez había pintado 80 años antes. La imagen retocada y esperpéntica que resultó recorrió todo el mundo, ocupó portadas de periódicos internacionales y programas de televisión extranjeros

Todo el planeta quería hacerse una foto con él y el Santuario de la Misericorida, donde se encuentra la pintura, llegó a recibir hasta 4.000 visitas al día. “Ya no es el mismo volumen de visitantes que en los inicios, que era surrealista total”, confirma Merche Pellicer, responsable y guía del centro de interpretación del Ecce Homo. Ahora tienen entre 10.000 y 11.000 visitas al año, pero hace una década llegaban a las 45.000.

"Los visitantes ya no vienen tanto por el morbo como por el cariño que le tienen a Cecilia".

“Los visitantes ya no vienen tanto por el morbo, como lo hacían al principio, aunque siempre hay alguien que viene por eso”, reconoce. “Ahora es más por el cariño que le tienen a Cecilia y por la historia de cómo se produjo la restauración y el edificio en el que se encuentra”, asegura la guía. “A los visitantes lo que más les llama la atención es la historia que hay detrás de la imagen. Sienten un gran respeto hacia Cecilia y, de hecho, creemos que lo que mantiene las visitas es el cariño de la gente hacia ella”, insiste Pellicer.

Ruta de las cárceles del Matarraña

En la provincia de Teruel también existen algunos destinos con cierto punto morbosos como es el recorrido por las antiguas mazmorras del Matarraña que ofrecen nueve localidades de la comarca. En ella, se muestran los espacios carcelarios de los siglos XVI al XVIII que están ubicados en los bajos de los ayuntamientos y muestran las cadenas, argollas y cepos originales que, en su día, contuvieron a los presos de la época.

La Bruja de Tella y la cueva de las Güixas de Villanúa

En los Pirineos abundan las historias y leyendas de brujas y algunos municipios tienen museos dedicados a ellas y a las historias relacionadas con su presencia en esas poblaciones. Es el caso de Tella, un lugar lleno de leyendas sobre brujería, aquelarres y magia.

También podemos encontrar historias de brujería en la Cueva de las Güixas, en Villanúa. Una gruta natural subterránea esculpida por el agua hace miles de años que se visita con un fin educativo y cultural pero que, según las leyendas orales de las zona, acogía reuniones y aquelarres de brujas durante los siglos XV al XVIII.

También pueden incluirse en este club del turismo morbosos algunas de las rutas nocturnas que se hacen por el cementerio de Zaragoza, la visita a la Torre del Homenaje, en La Aljafería, que fue cárcel o, en su día, el pueblo de Fago, por el mediático crimen que tuvo lugar allí y que atrajo durante meses a cientos de curiosos.

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