La Silent Route, el paraíso del ‘slow driving’ en Aragón para una experiencia inolvidable

¿Quieres desconectar de la rutina? Adéntrate en esta ruta por carretera para disfrutar de la naturaleza y de los pueblos de Teruel.

Mirador de Gúda, enclave privilegiado para ver la puesta de sol y las estrellas.
Mirador de Gúda, enclave privilegiado para ver la puesta de sol y las estrellas.
Laura Uranga

Disfrutar de la carretera y del paisaje sin prisas. Es lo que propone esta ruta por tierras turolenses, donde la naturaleza, la historia y la cultura se unen para crear una experiencia única. La Ruta Puertos del Silencio se extiende a lo largo de 247 km por el sur de Aragón, adentrándose en los agrestes suelos del Maestrazgo y las sierras y valles de la comarca de Gúdar-Javalambre.

Esta ruta se sucede por un terreno agreste rodeado de sierras, barrancos, muelas, extensos pinares, paredones rocosos y estrechas riberas que, sin duda, conforman un paisaje único y de gran valor para cualquier amante de la naturaleza. Sus pequeñas villas aún conservan la autenticidad de los pueblos turolenses, ofreciendo al viajero el destino perfecto para desconectar de las grandes ciudades y vivir un verano zen.

Paisaje de los Órganos de Montoro.
Paisaje de los Órganos de Montoro.
Javier Pardos

Una ruta en coche por la provincia de Teruel

La primera de las tres etapas en las que se recomienda dividir el viaje parte del Mora de Rubielos, en pleno corazón de Teruel. Esta hermosa villa cuenta con un casco urbano de trazado medieval, un castillo y cinco ermitas. Tomando la A-288 se llega a Alcalá de la Selva, que destaca por sus casas solariegas colgadas sobre el valle. A lo largo de la ruta destaca también el mirador de Gúdar, las casas construidas en piedra de Allepuz y la monumentalidad del casco histórico de Villarroya de los Pinares. La primera jornada terminará en Fortanete, al pie de una colina y rodeada de bosques de pino albar.

El segundo tramo va desde Fortanate hasta Cantavieja, pasando por diversas localidades que se alternan entre barrancos, cañones y ríos de aguas cristalinas. Uno de sus grandes atractivos turísticos son los Órganos de Montoro, una estructura rocosa formada por una mole de gigantescas agujas calcáreas de más de 200 m de altura que recibe ese nombre por su parecido con los tubos de este instrumento eclesiástico.

La última etapa pasa por Mirambel, La Iglesuela del Cid, Mosqueruela, Linares de Mora y Rubielos de Mora, el fin de la ruta. A lo largo del camino, los visitantes podrán disfrutar de villas amuralladas, iglesias, urbanismo medieval, arquitectura de piedra seca, mansiones renacentistas, arcadas góticas, castillos, masías y parajes naturales inconfundibles.

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