Carlos Pérez Naval, precoz fotógrafo de la naturaleza

A sus 16 años, lleva más de media vida puliendo su talento. En su pueblo natal, Calamocha, tiene su paraíso terrenal.

Carlos Pérez Naval, hace unos años.
Carlos Pérez Naval, hace unos años.
Vocento

El viento sopla con fuerza, el sol se pone a la altura justa y las cabras corretean tranquilamente, en una zona montañosa del término municipal de Calamocha, en Teruel. Las semillas y frutos del chopo flotan en el aire, en su momento de máxima dispersión. Son de color blanco y a contraluz parecen copos de nieve. O estrellas. O fuegos fatuos. Es el momento perfecto. Clic, clic, clic. No se le escapa nada a la cámara de Carlos Pérez Naval (Calamocha, Teruel, 2005). Tiene 16 años y la paciencia de un maestro zen. Lleva más de media vida sacando fotos del mundo animal en toda su variedad, lo mismo rabijuncos que guepardos, ranas o escarabajos, y atesora premios de prestigio internacional.

El primero se lo dieron a los nueve años en Londres. Fue el ganador más joven del 'Young Wildlife Photographer of the Year', que recibió de manos de la duquesa de Cambridge. Se las ingenió para captar la imagen de un escorpión que daba la impresión de estar a punto de clavar el aguijón al sol.

El joven fotógrafo de la naturaleza Carlos Pérez Naval.
El joven fotógrafo de la naturaleza Carlos Pérez Naval.
G. S.

«La verdad es que lo he vivido todo con naturalidad. Me regalaron a los cuatro años una cámara y desde entonces no he parado», recuerda Pérez Naval, camino de unos campos encharcados, muy cerca de la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta, entre Zaragoza y Teruel. Se desplaza en furgoneta con sus padres, Eva y Rodrigo (al volante). Es momento de escudriñar y admirar grullas, flamencos, archibebes y... lo que se tercie. El año pasado autoeditaron 'Aves de España. Guía fotográfica de identificación'. Tiene 416 páginas y recoge la imagen de 374 especies. Hasta ahora en España solo había guías de aves ilustradas por dibujos. El trabajo del adolescente incluye 1.500 imágenes y el 95% son fotos suyas. «La más antigua es la del pájaro moscón. La hice con seis años».

Alumno de sus padres

En el instituto de Calamocha, donde cursa 1° de Bachillerato, es alumno de Biología de su padre y hasta hace poco lo era también de su madre, que da clases de Tecnología e Informática. «Ha elegido la rama científica y me ha abandonado», comenta Eva Naval con tono jocoso.

Su padre recuerda que «en lugar de cromos de futbolistas, de pequeñito ya coleccionaba fotos». Los tres han viajado mucho, de China a Brasil, pasando por Malasia y Canadá. Carlos dispone de un archivo de más de 200.000 fotos y sabe bien que su mejor momento está por llegar. «Necesito dominar la fotografía nocturna y la de alta velocidad». En Calamocha tiene la naturaleza al alcance de la mano. Un verano no dudó en levantarse todos los días antes del amanecer con el único propósito de espiar a un martín pescador. Cada día se ganaba su confianza. Al cabo de un mes se posó en una ramita, con una rana en el pico. Clic, clic, clic. Misión cumplida.

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