Huevos de pascua, una tradición que se remonta a hace más de 16 siglos

Una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa consiste en regalar huevos de chocolate y monas en Domingo de Pascua, una tradición que en España está calando cada vez más hondo, siguiendo el ejemplo de otros países como Estados Unidos o Inglaterra, donde estos presentes son muy populares.

Una tradición cuya historia hay que buscarla en el siglo IV, cuando los cristianos católicos seguían la abstinencia de la Cuaresma y no podían comer, entre otras cosas, huevos ni productos lácteos.

Con el fin de no tirar los huevos durante esos largos días y mantenerlos frescos, los bañaban con una fina capa de cera líquida y, una vez terminada la Cuaresma, se reunían delante en la iglesia y los regalaban.

Poco a poco, las normas religiosas se fueron relajando, pero la tradición de regalar huevos el domingo de Pascua siguió y esos huevos se comenzaron a pintar y decorar para que el regalo fuera todavía más bonito.

Cientos de años después, en concreto alrededor del siglo XII, la Iglesia bendijo la costumbre de regalar huevos como símbolo de Resurrección, tomando como partida el hecho de que el huevo siempre ha simbolizado la fecundidad y la vida.

De hecho, hay muchas teorías que insisten en que el huevo representa los cuatro elementos de la vida. La cáscara representa la tierra; la membrana, el aire; la clara, el agua; y la yema, el fuego.

Seiscientos años después, en el siglo XVIII, se comenzaron a vaciar los huevos frescos y se rellenaron de chocolate. Y este fue el inicio de una tradición que hoy en día se materializa en forma de elaboradas figuras de chocolate y huevos decorados con todo lujo de detalles. Presentes que la tradición marca que los padrinos tienen que regalar a sus ahijados para desearles toda la felicidad del mundo.