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Alergia al polen en Zaragoza: "Va a ser peor que el año pasado, no dan tregua"
El doctor Carlos Colás, alergólogo del Clínico y profesor de Medicina de la Universidad de Zaragoza, augura una temporada difícil para los alérgicos, con síntomas intensos y cuadros complejos de tratar.
Estornudos incesantes, rinitis alérgica, conjuntivitis y ataques de asma, en el peor de los casos, hacen complicado para los alérgicos disfrutar al aire libre de la llegada del buen tiempo. Las altas temperaturas, sumadas a las lluvias de finales de enero y febrero, están provocando síntomas intensos en muchos pacientes, que se enfrentan además a una primavera que se prevé "complicada".
"La sensación es que va a ser más fuerte que la anterior, sin ninguna duda. Lo que llevamos hasta ahora, viendo que el ciprés y el plátano de sombra, que está ahora polinizando a pleno rendimiento, han alargado su temporada, verdaderamente creo que no hay menos sino más afección que el año pasado", señala el doctor Carlos Colás, jefe de alergología del Hospital Clínico y profesor de Medicina de la Universidad de Zaragoza.
En estos momentos, indica este experto, es el polen del plátano de sombra el que está causando mayores problemas a los pacientes de la capital aragonesa. "Ahora este árbol está en plena eclosión. De hecho, debajo de donde están los plátanos de sombra, hay unos manchurrones amarillos, que no deja de ser polen desparramado, que por efecto de la lluvia o del agua, al desprenderse esas bolitas, han causado esas manchas", explica.
¿Qué pasará con las gramíneas?
En la actualidad, hay varios factores que están afectando de forma importante a la polinización de las plantas y que preocupan a los alergólogos. Por un lado, el incremento mantenido de la temperatura -como conscuencia del cambio climático- hace que las estaciones polínicas se adelanten y, de mantenerse esta tendencia, "es probable que la estación de las gramíneas -el polen más abundante- se adelante dos, tres y hasta cuatro semanas", advierte este alergólogo.
Cabría pensar que en estas circunstancias, la afección también remitirá antes, pero sucede que cada vez más pacientes son alérgicos a diferentes tipos de polen, y acaban encadenando así síntomas durante muchos meses. "El cambio climático está claramente relacionado con este aumento, y al igual que afecta a la polinización de las gramíneas, también se adelantarán y se prolongarán las alergias de las capitanas, que son muy importantes en Aragón. El año pasado estuvimos desde verano hasta primeros de noviembre, y se alargó muchísimo la temporada; y este año vamos camino de lo mismo", añade este doctor.
La contaminación vuelve el polen más dañino
Además del calor, los expertos inciden en otro factor que juega en contra de los pacientes alérgicos: la contaminación.
"El incremento de C02 es un estimulante para el crecimiento de algunas plantas. En concreto, a aquellas que mejor se adaptan a las condiciones climáticas adversas, este contaminante las mantiene activas más tiempo", indica el alergólogo, quien repara a su vez en que los periodos anticiclónicos y más estables propician en zonas urbanas el aumento de la contaminación.
"En especial, las partículas de combustión del diésel tienen un efecto de incremento de alergenicidad de los pólenes, y se ha demostrado que en el plátano de sombra y el ciprés, derivado de la combustión de motores de gasoil, producen más cantidad de polen y es más agresivo", advierte.
Casos cada vez más complejos y difíciles de tratar
A medida que la exposición es más intensa y los fenómenos en las vías respiratorias se acumulan, los alergólogos alertan de que los síntomas se vuelven cada vez más agudos y difíciles de tratar. "Se necesita una cantidad de medicación más alta y prolongada para poder controlar los síntomas. En estos momentos, la complejidad de los pacientes nos complica la posibilidad de tratar con vacunas específicas de alergia, que es otro elemento importante, pero tienen que darse unas condiciones concretas y especiales para poderlo abarcar", añade el doctor Colás.
Por lo pronto, en relación a la medicación, los expertos coinciden en la importancia de seguir las recomendaciones de los especialistas y tener disponible el tratamiento antes de sufrir cualquier crisis. "Los medicamentos que empleamos para el tratamiento de la rinitis y el asma no tienen efectos secundarios a largo plazo. Es mucho más dañino sufrir los efectos de la enfermedad, y hay otro problema añadido: el no medicarse con regularidad conlleva desarrollar crisis graves que obligan a los pacientes a ir a Urgencias y a utilizar medicación mucho más agresiva, como corticoides por vía sistémica, que tienen más efectos secundarios", advierte este alergólogo, quien aconseja emplear la medicación programada habitual para prevenir medidas "más drásticas" ante un brote fuerte.
El reto de tratar a pacients polialérgicos
En sus clases en la Universidad de Zaragoza, cuenta que aflora mucho otra cuestión que preocupa a los alergólogos y a futuros médicos: el problema que supone la complicación de los que empiezan siendo alérgicos al polen, con una rinitis normal, y acaban desarrollando alergias alimenticias.
"Hay cada vez más pacientes que empiezan a ser alérgicos al polen y acaban siendo alérgicos a más polénes y a los alimentos. Esto está creciendo sin parar y está haciendo más complicado el tratamiento", confiesa este médico.
Se refiere, sobre todo, a las proteínas vegetales, y a la famosa 'LTP', que es una proteína de defensa de las plantas. "Cada vez más, debido a las condiciones de mayor sequía, mayor estrés, mayor producción intensiva de la agricultura... las plantas generan como respuesta más proteínas de este tipo, que son más alergénicas, y hacen que se incrementen las alergias a los alimentos vegetales, sobre todo a frutas de la familia del melocotón y a los frutos secos", detalla.
Afortunadamente, para abordar esta cuestión, adelanta que se está desarrollando ya alguna vacuna que actúe frente a la LTP (proteínas de transferencia de lípidos), y que están teniendo buenos resultados. La situación, ahora mismo, así lo exige. "Hablamos de pacientes que empezaron en la mayoría de los casos siendo alérgicos al polen en la adolescencia, y ahora, con 25 y 35 años, tienen este cuadro. Es un problema que está creciendo sin parar", concluye este alergólogo.
