Se busca varón sano de 18 de 40 años para el Registro Español de Donantes de Médula Ósea

La probabilidad de encontrar un donante de médula ósea no familiar compatible es de 1 entre 3.500.

Acto celebrado en el Ministerio de Sanidad con motivo del Día Mundial del Donante de Médula Ósea
Acto celebrado en el Ministerio de Sanidad con motivo del Día Mundial del Donante de Médula Ósea
E. P.

Los chicos dan mejores resultados en los trasplantes de médula ósea, pero solo representan un tercio de los donantes: España necesita varones sanos de 18 a 40 años como Marcos, que hace 4 años se lanzó a "dedicar un poquito de tiempo para regalar un poquito más de tiempo a una persona".

De ese persona a la que Marcos salvó la vida hace dos años solo sabe que "era alguien muy pequeñito y de fuera de España", y eso le llena incluso "más de orgullo y satisfacción". "Lo haría una y mil veces y sigo animando a la gente a que lo haga", comenta a los periodistas en un acto celebrado en el Ministerio de Sanidad del Día Mundial del Donante de Médula Ósea que se celebra este sábado.

Marcos tiene 26 años y es uno de los 480.000 personas inscritas en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (Redmo) que gestiona la Fundación Josep Carreras por designación del Ministerio de Sanidad; el año pasado, se incorporaron 21.903 nuevos donantes, de los que algo más de la mitad, el 52 %, es menor de 40 años y solo el 36 % son varones.

El Redmo lo conoció por una compañera de trabajo, pero él que es "muy aprensivo", tuvo como primera reacción la de soltarle: "Uy, vas a donar médula, qué dolor, ¿no? Yo me imaginaba una aguja que se me metía en la columna, quita, quita".

Pero al final su compañera le aclaró esa imagen que tenía: "tranquilo, esto simplemente vas, te extraen sangre, te registran y, si tienes suerte, te van a llamar".

Esa llamada llegó dos años después -"hemos encontrado a alguien que puede que sea compatible contigo, tienes que volver a venir"-, así que allí se plantó, con otros 23 candidatos, con "la suerte" de que finalmente le tocó a él. La probabilidad de encontrar un donante de médula ósea no familiar compatible es de 1 entre 3.500.

La forma más óptima era hacer la donación por intervención quirúrgica, "lo cual también puede parecer que puede doler, pero no, porque te duermen, te van a pinchar un poquito en la cadera que ni te vas a enterar y ese mismo día te despiertas, tienes un poquito de dolor durante un día y luego al final haces vida normal"

Él es consciente de que la "parte bonita" se la lleva él, pero "lo difícil" lo pasan los pacientes, por supuesto, y los equipos que trabajan en poner toda esa maquinaria en acción. "Nosotros solo dedicamos un poquito de tiempo para regalar un poquito más de tiempo a una persona para que tenga más oportunidad de poder vivir".

Gestos como el de Marco salvan vidas como la de María, que en 2011 fue diagnosticada de una leucemia mieloblástica aguda cuando estaba embarazada de Eva. "En mi caso salvaron, no una, sino dos vidas".

De su heroína solo sabe que era una mujer americana de 44 años, en la que pensaba mucho al principio, ahora algo menos, pero hacia la que jamás tendrá "ni palabras ni forma de expresar" su gratitud.

Aunque "le encantaría en un momento dado poder contar la dimensión" de lo que ha vivido no tanto a los donantes, que supone que ya se la imaginan, sino a los que aún pueden inscribirse en el registro.

Porque, subraya, "realmente te puede tocar en cualquier momento. Son enfermedades que no se curan. Yo en diciembre estaba sana y el 9 de marzo me moría, no había más, y a julio llegaba por los pelos". Hoy tiene una hija de 12 años que sabe su historia "desde el minuto cero. Es que es un sentimiento de agradecimiento tremendo", culmina. 

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